Por Omar Pérez Santiago
¿Quién es David Lagercrantz, el reemplazante de Stieg Larsson en la saga Millenium? ¿Qué ha escrito antes de sustituir a Stieg Larsson? Escribió un libro sobre Zlatan, el futbolista más famoso de Suecia.
Papa Sefik era un alcohólico y cuando Zlatan se fue a vivir con él, descubrió que en el departamento de su padre no había ninguna comida ni nada comible en el refrigerador. Solo tarros de cerveza y basura y música de Yugoslavia. En los patios de Rosengård, en el suburbio de Malmö, Zlatan jugaba a la pelota con Tony Flygare, un campañero de curso del idioma materno, cuyos padres también venían de los balcanes. A los 13 años, Zlatan llegó con una bolsa de plástico a probarse en Club de Malmö. Y quedó. Y en bicicletas robadas iba a estrenar fútbol. Se hizo profesional a los 17 años.
La historia la escribe «UN Lagercrantz». La escribe el escritor David Lagercrantz, en un libro que ha vendido miles de ejemplares, «Jag är Zlatan Ibrahimovic«. David Lagercrantz, un hijo de la máxima elite de Suecia, cuyo padre, el fino escritor Olof Lagercrantz dirigió el más alto puesto en la dirección de las páginas culturales del Dagens Nyheter. Un liberal critico monstruoso e inteligente. Es la elite Lagercrantz que construye la saga de un niño pobre que se hace famoso y millonario jugando a la pelota. Un jugador que finalmente se divierte arrancando de la policía en su porsche, en los juegos de play y en las fiestas con chicas bonitas.
El libro se lee en las escuelas, se recomienda a los niños, se hacen versiones simples y cortas, para que la lean también los niños semi analfabetos. Aquí construye, un miembro de la elite, un Lagercrantz, en un subproducto cultural, una biografía que ha vendido más en toda la historia de Suecia, y que vuelve a relatar el cuento de la Cenicienta, o el sueño o la pesadilla actual de los niños pobres de los suburbios. La pelota que te saca de la miseria. La pelota que te eleva a Dios. Una ideología bien empaquetada difícil de cuestionar, sobre todo frente a masas y masas de gente, millones de gente, que nunca han terminado sus estudios básicos o que no reciben una educación de calidad.
Como subproducto cultural, como una ideologia para pobres, un Lagercrantz construye la tensión narrativa del libro en las peleas de los goleadores con los estrenadores, como Guardiola de Barcelona, por ejemplo. Estrenadores como Guardiola que desean el control de los camarines, frente a jugadores ambiciosos que son asesorados por sus representantes aún más ambiciosos y desconsiderados. No le hagas caso al estrenador. Eso les dicen sus managers, sus administradores. Se trata de meter goles. Allí está el valor del jugador. No hay que jugar para el equipo. No hay que jugar, como dice Guardiola, bajando a buscar la pelota. No. Todos los problemas de un futbolista goleador se arregla con goles. Más goles, mejores contratos, mejores equipos, mejores ganancias, mejores porsches, ferraris y mejores fiestas con chicas bonitas.
Si no hay educación de calidad, hay una ideología para niños pobres escrita por la elite.
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