Hermano y padre Obispo Francisco Javier Errázuriz
Mi nombre es Francisco de Ferari y soy religioso de la Congregación de los Sagrados Corazones. Ayer junto a otras religiosas y religiosos de las nuevas generaciones de Vida Religiosa fuimos a la procesión de la Virgen del Carmen en el día de oración por Chile, creyendo que sería un espacio para realmente rezar por Chile y sus problemáticas y profundas heridas. Caminamos toda la procesión como todas las personas con una pequeña pancarta que decía: “PAREMOS ESTE VIA CRUCIS” y que llevaba un kultrún y sobre éste una corona de espinas. Nos duele la situación de nuestros hermanos mapuche en huelga de hambre y quisimos solidarizar con ellos en aquel espacio, que era precisamente para ello.
En el caminar la gente se acercaba y nos preguntaba qué significaba el cartel y le explicábamos. Algunas personas nos lo agradecían. Cuando llegamos de vuelta a la plaza de armas y mientras enrollábamos nuestro cartel me toma un hombre – carabinero de civil- y me dice que lo tengo que acompañar a la comisaría número 1 que estaba a dos cuadras de allí. Mis compañeras y compañeros religiosos que quedaban no me quisieron dejar sólo y me acompañaron.
Cuento corto, estuvimos detenidos por alrededor de tres horas en un galpón enjaulados con el argumento del artículo 85 del código penal, la antigua detención por sospecha. Se nos argumentó que estábamos en una falta, pero ¿qué falta? A otro joven que estaba allí lo detuvieron por tener una polera con la bandera mapuche en el pecho, ¿qué falta es esa?
Obviamente los carabineros se hacían los divertidos y no tenían argumento alguno para tenernos detenidos allí. Supimos que Piñera había estado en la eucaristía y que había hecho alguna cosa allá. Es decir, tener a más de 50 policías de civil en la plaza de armas y muchos carabineros más durante la procesión, ¿es esa la nueva forma de gobernar?, ¿no será que hemos vuelto a prácticas irracionales de represión? ¿Creen que de esta manera podrán hacer y construir una “mesa para todos”?.
Me parece una vergüenza que para que no hayan imprevistos se nos trate como verdaderos delincuentes siendo que hemos hecho nada y más encima todo transcurre en la procesión como si nada pasara, todo políticamente correcto. Creo una vergüenza todo esto y no me cabe duda que nuestro hermano Jesús estaba partiendo y compartiendo el pan con nosotros y las demás personas enjauladas en ese lugar.
Con mis disculpas pero así no se puede festejar ningún bicentenario ni tampoco celebrar una eucaristía
Unidos en la terca esperanza que brota del Evangelio,
Fraternalmente.
Francisco de Ferari C. sscc
Santiago, septiembre 27 de 2010.