Santiago, 29 de Noviembre. (Radio del Mar). Tratar de encontrar información seria e independiente en este país, es algo muy difícil, pero lo es más aún, si se trata de situaciones que ocurren fuera de nuestras fronteras y no tienen que ver con lo deportivo o algún desastre natural. No existe claridad si eso tiene que ver con el provincianismo chileno, de sólo preocuparnos de lo nuestro mientras lo que pase afuera no nos afecte o de lo pobre y limitada que es la prensa local.
Eso ha hecho que el conflicto existente entre las dos Coreas, pase casi desapercibido, aunque pueda tener consecuencias a nivel mundial si termina en un enfrentamiento. La información internacional de los principales medios, se limita a transcribir cables de agencias informativas parciales y que responden a conocidos intereses, sin demostrar el menor interés en profundizar en la noticia. Eso hace que no tengamos ninguna certeza de la veracidad de lo que llega a nuestras manos y la historia reciente, nos ha demostrado como, por los mismos canales, se ha manipulado la realidad. No olvidar como se justificaron las intervenciones militares de EEUU en América Latina; como la supuesta agresión, que nunca existió, a un barco de esa nacionalidad fue la excusa para iniciar los bombardeos a Vietnam del Norte y las armas químicas en Irak justificaron ante el mundo, la invasión a ese país, aunque nunca fueron encontradas y sólo fueron un invento del gobierno de Bush.
Pero todo eso fue asumido como verdad, como también ahora el supuesto bombardeo a una pequeña isla de Corea del Sur, por su vecino del norte y sin razones aparentes que lo justifique. Eso es lo que traen los cables de las agencias, para demostrar que esta es una nueva lucha contra la maldad del Norte que dura desde el fin de la guerra cuando en 1953 ambas naciones firmaron el armisticio y el paralelo 38 quedó establecido como frontera.
Pero en este momento, 75 millones de coreanos se encuentran preparados para una guerra que nadie puede y que a nadie le interesa ganar. El norte, con sus 25 millones de habitantes y su monarquía comunista, no tiene la capacidad militar para iniciar esa aventura y el sur, no tiene ningún interés en hacerse cargo de esa población en caso de una victoria, pues sería catastrófico para su economía y significaría el desplome de todas las Bolsas asiáticas. China por su parte, no desea involucrarse como ya lo hizo en la década del 50 ni puede permitir el derrumbe de uno de sus aliados y por último, casi como siempre en los grandes conflictos, mucho depende del rol que pueda jugar Estados Unidos. Parece muy difícil que esté en condiciones de iniciar otro conflicto mayor, que se sume a los problemas que enfrenta en Irak y Afganistán, pero sobre todo, porque la paz en la región afectaría seriamente a su industria de armamento, que tiene en Corea del Sur uno de sus principales clientes a nivel mundial.
Por eso, es difícil de entender esta extraña situación en que las amenazas no cesan y sin embargo a nadie le interesa que haya una paz duradera. *****FIN*****