Punta Arenas de Chile, 17 de noviembre, 2010 (Ecoceanos News). Sobreproducción salmonera, uso de un incinerador de dudosa legalidad, irregular procedimiento para la disposición final de la mortalidad de peces enfermos, y la posible comercialización para consumo humano de ejemplares infectados con virus, son parte de los graves cuestionamientos que envuelven la aparición del brote de la Anemia Infecciosa del Salmón (virus ISA), que se registra en la Región de Magallanes.
La responsabilidad recae sobre la empresa Acuimag, propietaria del infectado centro de Bahía Perales, en la Provincia de Última Esperanza, cercano a las reconocidas internacionalmente Torres del Paine; pero también en las autoridades locales y regionales que no han hecho valer su rol fiscalizador, controlador y de información a la ciudadanía. Situación que demuestra que persisten las malas prácticas históricas de la industria salmonera y que la autorregulación y autocontrol por parte de las empresas no funciona.
El concejal de Punta Arenas Mario Pascual y el consejero zonal pesca Jorge Cofré informaron este martes que un porcentaje aún no determinado de salmones contaminados con virus ISA fue incinerado ilegalmente por la empresa Acuimag al interior de su centro en Bahía Perales.
Mientras que varios miles de kilos se destinarán para ser congelados en la planta procesadora de Pesquera Edén, en Punta Arenas, y se desconoce aún el destino de comercialización de este producto infectado. Además, el centro de Acuimag estaba en fase de engorda al momento de detectarse el virus ISA, proceso que no estaría autorizado.
Fue el propio Director regional de Sernapesca, Patricio Díaz, quien en respuesta a una consulta ciudadana proporcionó esta información, pero aclaró que según la Resolución respectiva, el centro podía hacer smoltificación, engorda y reproductores. Informó además, que la empresa Acuimag fue sancionada por sobreproducción.
Pero la organización Ecocéanos había denunciado esta semana que el centro cultivo de Bahía Perales presenta una ilegal sobreproducción de 600 toneladas de salmones Atlántico en sus 10 balsas-jaulas, triplicando el máximo permitido en su Declaración de Impacto Ambiental (DIA), autorizada por la CONAMA en 2002. Además esta DIA, solo permitía a Acuimag mantener salmones reproductores y smolt, y no mantener una producción en engorda.
Además, Sernapesca en un comunicado informó que Acuimag había sido sancionado con anterioridad por violar las regulaciones vigentes en materia sanitaria.
El concejal Mario Pascual y Jorge Cofré llamaron al gobierno regional ha pronunciarse sobre esta seguidilla de ilegalidades, e incrementar el control y la fiscalización a esta industria exportadora.
Ambos dirigentes temen que finalmente una partida de los salmones infectados sea destinada para el consumo humano local. “Exijo que si esos productos son comercializados tengan el rótulo que informe a los ciudadanos que están infectados con virus ISA, porque desconocemos los daños que puede provocar su consumo en la salud del ser humano. Además, nadie va a comprar un producto que tiene un virus”, dijo Pascual.
Mientras que Jorge Cofré llamó a la autoridad a que investigue y entregue un informe oficial para saber el destino final de estos salmones enfermos. Y es que hasta ahora el Sernapesca, es quien ha llevado el proceso de fiscalización ante la emergencia sanitaria de este primer brote de ISA.
OTRA VEZ SOBREPRODUCCIÓN
El Director de Centro Ecoceanos, el médico veterinario Juan Carlos Cárdenas, dijo que «las ilegal sobreproducción salmonera, que supera las capacidades de carga de los ecosistemas acuáticos, fueron uno de los principales factores que provocaron la gravísima ‘crisis del virus ISA’ en el archipiélago de Chiloé entre el 2007 y 2009. Ambas situaciones evidencian que ahora estamos ante el inicio de un far-west salmonero en la Patagonia austral».
Para Cárdenas, «este primer brote de virus ISA en Magallanes demuestra que persisten las malas prácticas históricas de la industria salmonera y que la autorregulación y autocontrol por parte de las empresas no funciona. Esto ha significado para la región de Magallanes y Antártica chilena perder su principal patrimonio sanitario: el de ser una mega región libre de los principales virus, bacterias y ectoparásitos que asolan a la industria acuícola y ecosistemas marinos a nivel mundial».
El 2008, otro centro de engorda de Acuimag ubicado en caleta Délano estuvo envuelto en una confusa situación sanitaria que significó la detección por primera vez de un ejemplar de salmón Atlántico con presencia de virus ISA en aguas de la Patagonia chilena. Este centro era arrendado a la transnacional noruega Marine Harvest para la engorda de peces. Con posterioridad, el Sindicato de Tripulantes de Naves Especiales (Sitoner) de Magallanes denunció que funcionaba ilegalmente en un área 30 veces mayor a la originalmente autorizada, razón por la cual le solicitaron a la Armada de Chile desalojar dichas instalaciones.
INCINERADOR DE DUDOSA PROCEDENCIA
“Hay una mínima parte de la biomasa que también se ha eliminado en el incinerador del propio centro de cultivo”, responde Patricio Díaz, Director regional de Sernapesca, a la consulta hecha por un consejero de pesca, respecto del destino de los salmones infectados por virus ISA.
Este proceso de incineración se habría realizado ilegalmente, ya que, tal como lo había informado Ecoceanos, anticipándose al aumento de mortalidades de peces por causas virales, Acuimag presentó el 29 de octubre del 2010 una Declaración de Impacto Ambiental para la aprobación de un sorprendente proyecto para la instalación de una planta de incineración en el medio marino, dentro del área de concesión de la empresa.
La misma salmonera admite que este proyecto responde a un fin: abaratar los costos del manejo, tratamiento y disposición final de la mortalidad de peces.
“Debido a la falta de servicios que reducen mortalidad, a la lejanía de los centros de cultivo, costos estimados en transporte de mortalidades y las inconveniencias del manejo de residuos del sistema de ensilaje, se ha optado por una alternativa técnica y económicamente viable, y contemplada en el inciso segundo, letra d del artículo 22 bis del D.S. Nº 319 de 2001, el que permita reducir a cenizas lo desechos mortalidades de peces y su transporte como residuo sólido inertizado a los vertederos de la provincia que cuenten con los permisos ambientales correspondientes”, dice la DIA de la empresa Acuimag.
Lo preocupante es que el proyecto “consiste en la instalación de un equipo incinerador a gas licuado de petróleo (GLP) de las mortalidades producidas en el centro de cultivo de Bahía Perales (…). Para ello se contempla el montaje sobre una plataforma flotante exclusiva para esta actividad dentro de la concesión de acuicultura del centro ya mencionado, por lo que la operación del sistema se proyecta exclusivamente en mar”.
VERTEDEROS SIN AUTORIZACIONES
En otra arista de este caso, el Director regional de Sernapesca, también informa que al vertedero municipal de Punta Arenas fueron destinados 50 toneladas de mortalidades de salmón ocn virus ISA. Este envío forma parte de un total de 100 toneladas de peces infectados. Pero esta cifra podría haber aumentado, porque son 600 toneladas de salmones las que están en riesgo de ser infectadas.
En la prístina y remota Región de Magallanes no existen vertederos, ni rellenos sanitarios autorizados para la disposición final de desechos industriales. Por ello, el Servicio Nacional de Pesca ha manejado esta situación de emergencia sanitaria con cierta reserva y sin informar a la Secretaría Ministerial de Salud del traslado por vía terrestre de las mortalidades de peces, desde Bahía Perales hasta el vertedero municipal de Punta Arenas, situado a casi 250 kms. Y es que el basural contiguo al área del brote de virus ISA, en Puerto Natales, se encuentra totalmente colapsado y sólo cuenta con permisos sanitarios temporales.
Al vertedero de Punta Arenas también se le cuestiona su forma de operar. El concejal Mario Pascual denunció que el Ministerio de Salud a través de un decreto le otorgó al recinto la calificación de relleno sanitario, procedimiento inédito e irregular para permitir a los industriales disponer sus desechos. La industria del salmón no ha invertidos en rellenos sanitarios, argumentando que no es su negocio y de tal manera siguen utilizando la infraestructura pública. De esta forma es el Estado, y en este caso la comunidad de Magallanes, quien subsidia la solución del problema de los residuos contaminantes que genera esta industria exportadora.
Frente a esto, el Director del Centro Ecocéanos, Juan Carlos Cárdenas, dijo que esta seguidilla de ilegalidades “demuestra la falsedad de la propaganda relacionada con la ‘nueva salmonicultura 2.0’. Este primer brote de virus ISA ocurre cuando existen 8 centros de cultivo de salmón Atlántico en Magallanes, los que ocupan menos del 2% de la superficie costera regional y presentan una producción anual de 6 mil toneladas. ¿Qué sucederá cuando a partir del 2011 se aprueben gran parte de las 1.600 solicitudes de nuevas concesiones salmoneras, para ocupar 4.800 hectáreas y producir 80.000 toneladas de salmones y truchas anuales?».
La organización ciudadana Centro Ecoceanos se encuentra impulsando una campaña en la Región de Magallanes contra la destructiva expansión de la industria salmonera en esta zona sur austral, junto a organizaciones de trabajadores, concejales, parlamentarios, y representantes del turismo regional. *****FIN*****