Una Cadena Nacional de radio y tv fue la forma elegida por la Presidenta de Argentina, Kristina Kirchner, para su primera aparición pública después del fallecimiento del ex Presidente y su compañero de vida por más de 35 años.
Pero hubo algo significativo en ese mensaje a la nación argentina, pues mientras su voz reflejaba la emoción y dolor de esos días, como al agradecer a esa enorme multitud que les acompañó, retomó toda su firmeza para asegurar que continuará gobernando con el legado de su esposo, es decir, ratificó el carácter nacional y popular que seguirá teniendo su gobierno.
No es casualidad, que en la multitud que se tomó las calles de las principales calles de todo el país para expresar su dolor por la pérdida de su carismático líder, las palabras que más se escucharon fueron: pueblo y patria.
Para los argentinos no es fácil olvidar la situación en que el ex Presidente recibió el país después del abandono en que los dejó De La Rua y los Presidentes por algunas horas que lo sucedieron. Tampoco es fácil olvidar la forma en que enfrentó a los acreedores de su deuda externa, para decirles que el país no se encontraba en condiciones de cumplir sus compromisos en las condiciones pactadas y como se negó a cumplir con las exigencias del Fondo Monetario Internacional, ya que esto hubiera significado un grave deterioro en el nivel de vida de los trabajadores.
Nosotros en Chile, tan formales en el cumplimiento de nuestros compromisos externos, no pudimos entender y rasgamos vestiduras cuando no pudimos importar su carne y vimos cortado nuestro suministro de gas, porque se privilegió eso a permitir un desabastecimiento de la población en el vecino país.
Según los que pretenden actuar como los adivinos de la política, se prevee un complejo escenario para la Presidenta. A solo un año de las elecciones generales, deberá decidir sobre una posible reelección, para lo cual necesitar imponerse a todas las fracciones y tendencias del peronismo, sumergiéndose en un juego político que su esposo, manejaba con maestría.
La oposición, ideológicamente fragmentada, aparece como un peligro menor, pero hará en este periodo todo lo posible, para evitarle un exitoso fin de gobierno.
Argentina entonces, aparece enfrentada al sino de décadas, no de quien gobernará sino de que peronista conducirá el país para darles estabilidad, que parece ser lo que mas se requiere, después de los gobiernos inconclusos de quienes hoy son oposición.