18 - enero - 2025

CRISIS EN MAGALLANES: La “fiesta” del gas

Por: Alejandra Mancilla Drpic

Antes que nada, un reconocimiento: ¡Gracias, magallánicos, por cumplir apenas comenzando el 2011 mi pedido de Navidad, formulado hace un par de semanas en este mismo espacio! Decía ahí que esperaba que “los consumidores por fin nos demos cuenta de que tenemos el poder, lo asumamos y lo ocupemos para batallar contra las injusticias globales y locales, para mejorar fallas que pueden fácilmente corregirse y para hacer de este frágil planeta un lugar más acogedor no sólo para unos pocos humanos afortunados, sino para todos los que lo habitan.” Dicho y hecho. La amenaza de un alza de casi 17 por ciento en las cuentas de gas de la región ha logrado generar una movilización ciudadana transversal, como de las que hace tiempo no se tenía noticia, y Magallanes se muestra ante el país y el mundo como un bloque unido y organizado. Al tiempo que escribo, comienza el paro indefinido hasta que el gobierno dé una mejor respuesta que un par de subsidios y la ofensiva recomendación de  “acabar la fiesta” (como si consumir gas natural fuera un hobby magallánico). Aquí aprovecho la ocasión para analizar tres justificaciones –a mi parecer insuficientes– que se han dado para la medida.

Primero, se ha dicho que ésta tiene como finalidad permitir la sobrevivencia y el futuro desarrollo de la ENAP. No soy ingeniera, pero no hay que serlo para darse cuenta de que esta afirmación no resiste análisis. La diferencia que pagarán los clientes magallánicos –residenciales, industriales, vehiculares y EDELMAG– no va a pagar la deuda de 4 mil millones de dólares que desangra hoy a la empresa estatal. Más aún, en proporción éstos consumen sólo un décimo de lo que se lleva Methanex, así que si es por juntar fondos, hacia otro cliente debiera dirigirse la mirada. El problema de ENAP no es meramente financiero, sino ante todo de estructura y cultura institucional. Si en algún lugar debería acabarse la fiesta es en esa empresa, donde algunos todavía se creen en tiempos de bonanza, cuando los trabajadores se tomaban el jugo de las latas de duraznos y botaban el resto a la basura (Literalmente. Ésta era una de las historias favoritas que me contaba mi padre cuando niña).

Segundo, se ha justificado el alza como una medida de justicia para el resto de los chilenos, que pagan hasta ocho veces más por un consumo similar. Objeción 1: la gran mayoría del “resto de los chilenos” viven en un clima donde el uso del gas se limita gran parte del año a calentar el agua para la ducha y cocinar los tallarines, y además poseen otras alternativas energéticas. Objeción 2: Si ecualizar para peor es el concepto de justicia que manejan nuestras autoridades, pues entonces con la misma lógica que apliquen precios magallánicos a las frutas y hortalizas del Mercado Central. A ver qué cara pone la casera cuando le cobren dos lucas por el kilo de tomates.

Tercero, se ha dicho que el alza responde al agotamiento del recurso, que se nos acaba el gas en un par de años. Me parece poco creíble que éste sea el caso (dadas las noticias aparecidas en años anteriores sobre nuevos yacimientos), pero más allá de eso creo que es aquí donde la crisis debería transformarse en oportunidad. Si por “derroche” se entiende un uso desmedido, entonces es cierto que en Magallanes se derrocha gas (y energía en general), pero no con dolo, sino por la simple razón de que la mayoría de las casas no cuentan con la aislación térmica adecuada. Y en esto estamos lejos de ser la excepción nacional. Si la idea de desarrollar fuentes energéticas alternativas es en serio, ¿por qué no hacer de Magallanes la pionera? Con paneles solares se tendría una excelente fuente de calefacción y agua caliente; y el viento podría gracias a granjas eólicas convertirse por fin de enemigo en aliado. Esperar que esta iniciativa surja de los privados, sin embargo, no tiene destino. Sólo el Estado fijando requerimientos de construcción más estrictos, haciendo campañas para el ahorro energético, dando incentivos económicos adecuados y creando subsidios constructivos (y no meramente parche) puede gatillar un cambio así. Sería histórico.

Por:Alejandra Mancilla Drpic
http://alejandramancilla.wordpress.com

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