Santiago de Chile, 7 de enero 2011. (Radio del Mar)– Nuevamente la voz de la sociedad civil se ha hecho escuchar y esta vez desde Punta Arenas y Puerto Natales, en la austral Región de Magallanes. Con una manifestación y movilización masiva de los ciudadanos en que extrañamente se veían pocos jóvenes, se protestó contra el incumplimiento de lo comprometido por Piñera durante la campaña presidencial ya que el precio del gas fué incrementado en 16.8% y se disminuyó el subsidio para el mismo producto, fundamental para la vida de esa región debido a sus condiciones climáticas. Al margen de considerar justo o no el precio del gas para esa zona del país, lo que aquí está en juego es la palabra empeñada por quien hoy ejerce la Presidencia de la República y que nuevamente utiliza subterfugios para hacer olvidar ese engaño en tiempos de campaña.
En este tiempo, en que los ciudadanos aparecen como indefensos ante la actitud de determinnadas autoridades y existen claras señales de abuso de poder de parte de la alianza empresarios, gobierno y sectores políticos, es fundamental que la sociedad civil se exprese y se organice, pues cuando lo hace, realmente se alcanzan objetivos que son relevantes para la vida cotidiana.
Fué una expresión ciudadana la que impidió la construcción de la central termoeléctrica en Mejillones; otra movilización permitió la difusión de la huelga de hambre de los comuneros mapuches que se intentó silenciar y desprestigiar durante largo tiempo; fue la gente misma la que impidió que desde las altas esferas se expulsara a Marcelo Bielsa que el país entero quería retener como director Técnico de la Selección; y han sido organizaciones civiles las que han denunciado la contaminación de nuestros mares, la venta de salmón contaminado en el mercado interno y últimamente las que tuvieron la valentía de denunciar a la multinacional Nestlé venciendo la complicidad del Ministerio de Salud y del Instituto de Salud Pública, por la venta de alimentos para lactantes con un alto grado de toxicidad.
En un momento en que las instancias políticas tradicionales aparecen débiles, inoperantes y más preocupadas de sus luchas internas de poder que de la gente que los eligió, la ciudadanía no debe dejar escapar ninguna oportunidad de hacer escuchar su voz.*****FIN*****
