Santiago de Chile, 5 de enero 2011. (Radio del Mar). La República Argentina tiene algo especial que la identifica de manera muy particular y que es la forma de expresar sus sentimientos y admiración por quienes considera sus ídolos. Cuando alguien llega a ese sitial reservado para los «elegidos», ya no se le olvida más, independiente de lo que se haya pensado de esa persona en vida. Allí, entre los argentinos la situación es muy clara cuando está en juego el «recuerdo de los grandes», el que ama ama y el que no ama respeta.
Por eso, al cumplirse este 4 de enero un año del fallecimiento de Roberto Sánchez al que todos conocieron como Sandro, el recogimiento fue general. Es que murió joven «como mueren los grandes», según la expresión popular, con sólo 64 años en una clínica de la ciudad de Mendoza, dos meses después de haber recibido un trasplante de pulmón y corazón.
Su carrera artística iniciada a mediado de los sesenta en que incluso llegó a llamársele el Elvis Presley argentino, fue un éxito total con más de 53 álbumes publicados, mas de 8 millones de copias vendidas y una docena de films que guardarán su imagen para la historia.
«Las nenas» como él llamaba a sus admiradoras, visitaron su casa, el cementerio donde reposan sus restos, celebraron una misa en una iglesia de Banfield su ciudad y depositaron rosas rojas en una plazoleta que lleva su nombre. Fueron múltiples las canciones que se escucharon, como las expresiones de dolor de muchos argentinas y argentinos. Pero la viuda de Sandro Olga Graventa no participó de estos recordatorios, aunque envió un mensaje en que pidió » respeto y comprensión a la prensa para poder llorar a solas y en paz». Sandro se alejó pero del corazón de los argentinos nunca se irá.*****FIN*****