La encuesta Adimark que se acaba de publicar, muestra una caída en la aprobación al Presidente Piñera que llega al 39% en Santiago y un importante aumento en el rechazo a su gestión, que también se refleja en las cifras con respecto a su Gobierno.
Santiago de Chile, 1 de Febrero 2011. (Radio del Mar). Desde hace dos décadas en que Chile volvió a tener gobiernos democráticos, se ha tenido 5 Presidentes de la República, con planteamientos, personalidades, estilos y visiones diferentes sobre lo que se quería para el país. Pero siempre ha existido un denominador común y es que han gozado del respeto de los ciudadanos, al margen de la posición política que se pudiera tener. Esto parece haber cambiado con el actual Presidente Sebastián Piñera, pues éste no es querido, no es respetado y tampoco es creíble para la población. Así se desprende de la lectura de las últimas encuestas sobre percepción de la ciudadanía acerca de temas políticos.
Patricio Aylwin, fue el padre de la transición de una dictadura militar a la democracia, en un periodo de tensiones, dolor y horror por lo vivido. De él se esperaba eso y cumplió, pese a tener a un Pinochet en servicio activo en el ejército. El informe Retig, sobre violaciones a los derechos humanos y que impulsó en busca de conocer la verdad de esos tiempos oscuros y sus lágrimas de verdadero dolor al pedir perdón por los sufrimientos cometidos por agentes estatales, le hicieron merecedor al reconocimiento de todo el país.
Eduardo Frei, un ingeniero parco, poco simpático, sobrio, impulsó las primeras reformas del Estado y dió comienzo a la apertura comercial de Chile. Puede decirse que no se le quiso, pero se le respetó.
Ricardo Lagos, economista y abogado, tampoco se destacó por su simpatía, pero mantuvo ese culto a la sobriedad. Hacedor nato, dió un gran impulso a la modernización de la infraestructura, multiplicó los Tratados de Libre Comercio y demostró gran dignidad al resistir las presiones internacionales para apoyar la guerra de Irak siendo Chile miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Al igual que sus antecesores, fue parco en el trato y no se destacó por repartir abrazos. También se le respetó.
Llega después Michelle Bachelet con un estilo distinto, más cercano a la gente, la cual supo apreciar su calidez, simpatía, con profundas reformas sociales y especial preocupación por la situación de las mujeres y las personas de la tercera edad. También fue una Presidenta que dió innumerables muestras de vida sobria, capacidad de enfentar la vida pese a los momentos difíciles que le tocó vivir y con capacidad de asumir con orgullo su condición de madre soltera y jefa de hogar, como tantas otras mujeres en este país. Se le respetó y se le quiso.
Hasta que aterriza en la escena política un millonario ostentoso, decendiendo de su helicóptero, amante de los deportes extremos, con sus grandes mansiones y oscuros negocios millonarios, que besa, abraza a todo el mundo, siempre sonríe y que hace sentir que nada de lo hecho anteriormente está bien, que promete todo y sin límites, que ha hecho bajar el desempleo y crecer la economía, pero que tiene un gran problema que su fortuna no puede solucionar. A este Presidente, no se le quiere, no se le respeta y no se le cree. Su aprobación en medio del éxito se desploma al 41% y mas del 46% del país lo rechaza. ¿Será capaz de aprender la lección o pensará como siempre lo ha hecho, de que todos están equivocados y él siempre será el mejor?*****FIN*****
