06 - noviembre - 2024

El desafío de Mons. Ricardo Ezzati, que se conozca toda la verdad. (1a. parte)

Santiago de Chile, 6 de marzo 2011. (Radio del Mar. Equipo de Prensa). Pese a ser Chile un Estado laico, la sociedad en su conjunto tiene una relación particular con la Iglesia Católica. Es cierto que las razones culturales juegan aquí un papel importante, pero, sobre todo, nadie puede olvidar el rol jugado por ésta en defensa de los Derechos Humanos durante la dictadura militar y la relevancia histórica de una figura como el Cardenal Raúl Silva Henríquez, recordado también como el «Cardenal de Chile».

Sin embargo, después de él, sucedido por Francisco Fresno, Carlos Oviedo Cavada, y Francisco Javier Errazuriz, se produjo un cambio que alejó a la Iglesia de los temas sociales y fundamentalmente de aquellos relacionados con los sectores más desposeídos. Pero también se produjeron otros hechos que oscurecieron esa imagen y es por eso que el reciente nombramiento de Ricardo Ezzati como Arzobispo de Santiago, fué visto por muchos con esperanza.

El vergonzoso caso de pedofilia y abuso de menores en que se vió involucrado el sacerdote Fernando Karadima recientemente sancionado por la jerarquía eclesiástica, dejó al descubierto el ocultamiento y desprecio por varios años de las denuncias hechas contra él, con el  consentimiento del Cardenal Errazuriz y la complicidad de otros personajes como Andrés Arteaga, Obispo Vice Gran Canciller de la Universidad Católica, aunque eso no hace olvidaar otros hechos oscuros y de gran gravedad que necesitan ser aclarados por Mons. Ezzati si  realmente se desea recuperar la confianza de la ciudadanía.

El país se pregunta y desea se haga claridad sobre esas stuaciones y  que se entienda que la Iglesia Católica no puede seguir funcionando como un Estado dentro de otro Estado, sometiéndose a las leyes chilenas por sobre todas las cosas, pues la «Igualdad ante la Ley» (Art. 19 No.2 de la  Constitución Política del Estado), implica no sólo derechos  sino establece que «no hay persona ni grupos privilegiados».

Por eso se quiere saber, en primer lugar, que pasó realmente con los «suicidios» de sacerdotes, rápidamente ocultos bajo un estado de «depresión». Así están los casos de: Lucho Díaz (2004); Hugo Enrique Navea Santibáñez (2004); Javier Aliz Chandía (2004); José Maulén Merino (2007); René Aguilera (2010); Jean Pierre Bouteil (2010) y Rimsky Rojas (2011).

De la misma manera, se debe clarificar los casos de acusaciones de pedofilia realizadas contra sacerdotes, dónde están éstos, y que funciones cumplen actualmente. Algunos de estos casos son: Jorge Baeza (1996); Mons. Francisco Javier Cox (1997); Víctor Hugo Carrera Sales (2001); José Ramón Zuñiga (2001); Gerardo Araújo (2001); Juan Arnoldo Henríquez Zapata (2002): Víctor Hugo Carreras (2002); Enrique Valdebenito (2003); Miguel Leturia (2005); José Enrique Galaz (2005);  Jaime Low Cabezas 2008); Marcelo Morales (2008); Eduardo Olivares Martínez (2008); René Benavídez (2009; José Angel Arregui Eraño (2010); Ricardo Muñoz (2010).*****FIN*****

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