Concepción, 02 de marzo de 2011. (Radio del Mar)– A 9 días de sufrir un accidente cerebrovascular, el poeta Gonzalo Rojas, continúa grave pero estable en su casa de Chillan, donde los últimos días ha sido visitado por diversos representantes de la cultura chilena, informó la Fundación que lleva su nombre.
Rojas es considera, junto a Nicanor Parra, uno de los dos grandes poetas vivos que tiene Chile. Ha publicado «Qué se ama cuando se ama», «La miseria del hombre» y «Contra la muerte», entre otras obras obras y ha obtenido el Premio Nacional de Literatura, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana premio Cervantes de Literatura.
La Fundación Gonzalo Rojas emitió un comunicado que afirma que «el poeta sigue grave, pero estable, no ha habido cambios significativos en su condición basal» y se mantiene en estado de adormecimiento, tranquilo y sin molestias significativas.
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SIEMPRE ESTARÁ LA NOCHE
Siempre estará la noche, mujer,
para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
con la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que te destruye. Siempre vas a tener
tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono
para escuchar mi adiós de un solo tajo.
Te juré no escribirte;
por eso estoy llamándote en el aire
para no decirte nada, como dicen en el vacío:
nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes,
eso que nunca me entiendes
nunca, aunque las venas te arden
de eso que estoy diciendo.
Ponte el vestido rojo
que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo
con la herida visible de tu belleza.
Lástima de la que llora y llora en la tormenta.
No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro
en un relámpago tal como eres:
dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz de arcángel y una boca de animal,
y una sonrisa que me perdona, y algo sagrado
y sin edad que vuela en tu frente, mujer,
y me estremece,
porque tu rostro es rostro del Espíritu.
Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata
con su espuma, y te quedas como inmóvil,
oyendo que te llamo en el abismo de la noche,
y me besa lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás.
No volarás conmigo.
Aquí mujer, te dejo tu figura.
Autor :Gonzalo Rojas
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EL HELICÓPTERO
Ahí anda de nuevo el helicóptero dándole vueltas y vueltas a la casa,
horas y horas, no para nunca
el asedio, ahí anda
todavía entre las nubes el moscardón con esa orden
de lo alto gira que gira olfateándonos
hasta la muerte. Lo indaga todo desde arriba, lo escruta todo hasta el polvo con sus antenas
minuciosas, apunta el nombre de cada uno, el instante
que entramos a la habitación, los pasos
en lo más oscuro del pensamiento, tira la red,
la recoge con los pescados aleteantes, nos paraliza.
Máquina carnicera cuyos élitros nos persiguen hasta después
que caemos, máquina sucia,
madre de los cuervos delatores, no hay abismo
comparable a esta patria hueca, a este asco
de cielo con este cóndor venenoso, a este asco de aire
apestado por el zumbido del miedo, a este asco
de vivir así en la trampa
de este tableteo de lata, entre lo turbio
del ruido y lo viscoso.