Santiago de Chile, 9 de Abril 2011. (Radio del Mar. Carmen de Carlos desde Lima para Agencias). El ex presidente Alejandro Toledo (Perú Posible) llega a la primera vuelta de las elecciones agobiado por los sondeos. El ultranacionalista Ollanta Humala (Gana Perú), con el 30 por ciento de apoyo, es claro favorito para un ballotage. Su adversario saldrá del triple empate técnico que encabeza ligeramente Keiko Fujimori (Fuerza 2011) con Pedro Pablo Kuczynski (Alianza por el Gran Cambio) y el propio Toledo.
—Ollanta Humala, cinco años después, vuelve a ser el favorito en primera vuelta…
— La democracia, a dos días de las elecciones, vuelve a estar en riesgo. El peruano, al estar disperso el voto democrático, podría encontrarse en una encrucijada: Tener que elegir entre regresar al pasado o dar el salto al vacío. Optar entre una candidata (Keiko Fujimori) que representa la violación de los derechos y libertades de las personas y otro (Ollanta Humala) que asusta las inversiones, detendrá el crecimiento, aumentará la inflación, el empleo y la pobreza. Por esta razón he propuesto (el jueves y sin éxito) al resto de los candidatos y fuerzas democráticas pensar juntos una estrategia que evite la caída de la democracia para ver cómo paramos esto.
— ¿No es un poco tarde?
— Si, pero yo pongo la democracia por encima de nuestros apetitos electorales presidenciales, por encima de esta competencia. Sin embargo, Pedro Pablo Kuczynski ha rechazado la iniciativa. Su conducta es de avaricia y falta de responsabilidad porque el futuro de Perú está en juego. Él, como es multimillonario, si el país se derrumba se va en un avión a vivir afuera y se olvida de todo. El escenario del caos también le conviene al Maquiavelo de arriba (Alán García) que dice: Después de mi el diluvio y luego regreso a salvar el país. No se dan cuentan que estamos jugándonos el destino de nuestros hijos.
— El problema es que PPK y usted se quitan votos. ¿Usted renunciaría para evitar que Keiko pase a una segunda vuelta?
— Lo que yo digo es: Pongamos todas las cartas sobre la mesa. No tengo ambición por la Presidencia, la logré en el año 2000. Todas las encuestas garantizan que yo venzo a Humala en segunda vuelta mientras que a Pedro Pablo lo destroza pero, insisto, sentemos a analizar una estrategia, la agenda está abierta.
— Se refiere a Keiko Fujimori como si fuera su padre.
— Son lo mismo, sin duda. Ella se presenta por el partido de su papá y asume su Gobierno como propio. Dice: hicimos estoy lo otro pero no sé por qué no menciona la Cantuta, Barrios altos (masacres por las que Alberto Fujimori cumple condena).
— ¿Cómo se explica que esos dos proyectos, que usted dice que ponen en riesgo Perú, concentren el 45 por ciento de apoyo?
— En el caso de Keiko tiene un voto duro que fluctúa entre 17 y 19 por ciento fruto del clientelismo que dejó su padre, regalando plata sin dar cuenta a nadie, como hacen en las dictaduras. Ella no es nada, es la hija que traicionó a su madre cuando la torturaron (Fujimori mantuvo incomunicada a Susana Higuchi) ni siquiera ha trabajado en su vida, la hija que papá con la plata del Estado la mandó afuera a estudiar.
— ¿Y Ollanta Humala que va en cabeza?
— Estos diez años de crecimiento no se han visto reflejados en el bolsillo de la gente común y corriente, hay un enojo mudo. No han sido capaces de ponerle un rostro social al crecimiento y Ollanta Humala está capitalizando ese enojo. La gente dice: ¿De qué me sirve esa bonanza? No tengo agua corriente, mi salario mínimo no me alcanza, mis hijos no tienen educación…
— Usted gobernó entre 2001 y 2006…
— Recibí la economía en recesión, tuve que revertir esa situación y logré sentar las bases de crecimiento. Dejé Perú con un 7 por ciento de crecimiento. Mi sucesor estaba en disposición de distribuir pero no lo ha hecho.
— Mario Vargas Llosa comparte sus temores y además, se ha animado a anunciar públicamente que votará por usted.
— Hay que agradecer muchísimo a Mario Vargas Llosa, es un referente de la democracia. Te podrá gustar o no lo que escribe, compartir o no su lectura de la sociedad peruana pero nadie puede ser tan mezquino de no reconocerle sus convicciones democráticas. Ha sido claro: Votar por Ollanta y Keiko es elegir entre el sida y el cáncer.*****FIN*****
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