18 - enero - 2025

Cantando, Fidel abandona el último Congreso del PC cubano

Santiago de Chile, 21 de Abril 2011. (Radio del Mar). Al margen de lo que se pueda pensar, de estar o no de acuerdo con su ideología, Fidel Castro es, a esta altura de la vida moderna de nuestras sociedades, casi un milagro. No sólo lideró una revolución en las narices de Estados Unidos, sino que construyó una nueva sociedad en una isla donde aún sus pobladores siguen cantando los poemas de Nicolás Guillén, mientras disfrutan del ron y de la música para sentir la vida en el movimiento de sus caderas.

Ninguno de los grandes pensadores del mundo, hubiera pensado alguna vez en su vida que en esa isla con forma de lagarto, surgiría una personalidad como la de Fidel, que cuestionaría al más calificado país capitalista del mundo.

Con cara de niño y coqueta barba entró triunfante a La Habana, encabezando a un pequeño grupo de guerrilleros, que expresaban el sentimiento de la mayoría de los cubanos que reclamaban más democracia, más soberanía, más justicia social y dignidad.

Fue así que durante 50 años dedicó su vida a construir una nueva sociedad, inspirada en las ideas socialistas. Cometíó errores, quizás algunos pecados, pero se ganó la consideración de la gente por haberse atrevido a gritarle en la cara a Estados Unidos, «fuera yanquis.de América Latina».

Ya viejo y gastado, sufrió hace unos años un severo quebranto de salud, que lo puso más cerca de la muerte que de la vida. Cuando ya el velorio estaba preparado, con lujos de detalles, un día abrió ojos, más tarde se puso de pie y comenzó a andar.

A partir de ahí comenzó a escribir, sustituyendo sus largos discursos de la juventud. Una reflexión hoy y otra también. Su poder pasó a ser la palabra, la reflexión, más que su presencia física y su capacidad discursiva.

Siguió de cerca las transformaciones políticas y sociales de Cuba, por cierto lentas, que inició su hermano Raúl. En ningún momento se enfrentó a ellas. Su silencio fue un apoyo incondicional a los pasos que se comenzaron a dar.

Hace unas horas, Fidel Castro hizo su última aparición pública como político en la clausura del VI Congreso del Partido Comunista Cubano. Sabe que este puede ser su último gesto político, pero lo asume con seriedad y responsabilidad, con la idea de haber puesto detrás de sus ideas el pellejo.

En esta hora, el mejor regalo para Fidel sería recordar aquel canto de María Elena Walsh, «Como la cigarra».

«Tantas veces me mataron,

tantas veces me morí,

sin embargo estoy aqui

resucitando.

Gracias doy a la desgracia

y a la mano con puñal

porque me mató tan mal,

y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra

después de un año bajo la tierra,

igual que sobreviviente

que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,

tantas desaparecí,

a mi propio entierro fui

sola y llorando.

Hice un nudo en el pañuelo

pero me olvidé después

que no era la única vez,

y volví cantando».

Y Fidel se fué cantando: La Internacional.*****FIN*****

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