Santiago de Chile, 1 de Abril 2011. (Radio del Mar). El cardenal Jorge Medina, chileno que vive en los palacios de la alta curia vaticana, no deja de sorprender con sus declaraciones. Desde su posición ultraconservadora que lo hubiera hecho sentir a gusto en la época de la inquisición, trató ahora de demistificar las acusaciones de abuso sexual en contra del sacerdote Karadima, aduciendo que se trataba de un simple caso de homosexualidad, ya que uno de los acusadores habría tenido 17 años cuando eso sucedió y «a esa edad un joven sabe lo que quiere». Es decir, por conclusión, que el acusador debe ser también homosexual y haber actuado con consentimiento.
Por lo que se puede entender, abuso es siempre abuso sin importar la edad, pues se hace de forma impuesta por una persona sobre otra, en base a fuerza física o recurriendo a cualquier otra forma de dominación. Es claro que lo el cardenal busca, es que se considere suficiente el castigo canónico y no sea juzgado por la justicia como cualquier ciudadano.
Deberá esperarse la reacción que tendrá ante esta declaración Monseñor Ricardo Ezzati jerarca de la iglesia chilena y ver si lo hace con la misma rapidez y firmeza que utilizó para defender a Monseñor Errazuriz cuando fué acusado de «criminal» por uno de los querellantes del caso Karadima.
Su situación no deja de ser complicada, pues siguen surgiendo nuevos antecedentes en esa acusación y ahora también se ha iniciado un proceso contra la religiosa Paula Lagos por abuso sexual en contra de mujeres. Al conocerse ciertos hechos que motivaron su destitución como directora de una orden religiosa, Ezzati se comprometió a que «en un par de días» se darían a conocer todos los antecedentes vinculados al caso, lo que no ha sucedido.
No deja de ser extraño, que la religiosa haya partido de inmediato a Alemania y eso no puede haberse hecho sin el consentimiento y apoyo de la iglesia chilena. El Arzobispo de Santiago, ha declarado hoy de que, en caso de ser necesario, la religiosa deberá regresar a Chile para comparecer ante la justicia, pero con seguridad, los costosos estudios de abogados que trabajan para la iglesia, buscarán la forma de impedirlo para acallar el escándalo.
Pero sería interesante apreciar si hay en Ezzati una consecuencia sincera, pues de la misma manera, debiera emplear sus altas influencias para lograr que regresen al país para enfrentar a la justicia , Monseñor Cox de La Serena y los otros sacerdotes acusados de abusos sexuales que huyeron del país, gracias a la protección entregada por la Iglesia*****FIN*****
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