21 - febrero - 2025

SERGIO NUÑO, se defiende y escribe carta publica ¿Qué opina Ud.?

Santiago, 08 de abril de 2011. (Radio del Mar)– Esta es la carta públicada por Segio Nuño. Dice que ha hecho sus meyores esfuerzos, que «algunas personas han iniciado una campaña destinada a deshonrarme y denostarme»; que «no me pareció ni a mí, ni a los científicos que me acompañaron, que las causas de lo ocurrido en el Santuario durante el 2004, fuesen solo producto de la puesta en marcha y operación de la planta de Celulosa Valdivia»…

Lee a continuación el escrito firmado por Segio Nuño:

“Estimados amigos, esta es mi respuesta ante vuestras respetuosas inquietudes así como para quienes demostrando su más absoluta intolerancia a la diversidad de opiniones me han denostado y acusado injustamente de vender mi consciencia.

Como director y responsable de los contenidos de La Tierra en que Vivimos, por más de 30 años y más de 140 capítulos, siempre he hecho los mayores esfuerzos por mostrar la naturaleza y los impactos causados por el hombre de la manera más objetiva posible. Soy un realizador muy estudioso, cuento con la asesoría de grandes y experimentados científicos en todos los ámbitos de las ciencias naturales, para poder escribir mis guiones con el máximo rigor científico y apego a la verdad y realidad.

Es por esta razón, que ver como algunas personas han iniciado una campaña destinada a deshonrarme y denostarme, todo esto, sólo por haber expuesto mi punto de vista respecto de lo ocurrido el Santuario del Río Cruces en el 2004 cuando se produjo la migración de miles de cisnes y la muerte de algunas de estas aves así como la desaparición de una planta exótica, no nativa de Chile, como es la Egeria Densa o Luchecillo, me produce el más profundo dolor.

Cuando inicié el estudio de lo ocurrido en el rio Cruces, no me pareció ni a mí, ni a los científicos que me acompañaron, que las causas de lo ocurrido en el Santuario durante el 2004, fuesen solo producto de la puesta en marcha y operación de la planta de Celulosa Valdivia. Desde un principio, y como pueden ver en mis anteriores programas, nunca aprobé dicho proyecto por contaminar las aguas de este Santuario de la Naturaleza. Sin embargo, a medida que fui profundizando en el tema, luego de recorrer el rio y el estuario con mis asesores científicos, nos dimos cuenta que faltaba mucho por investigar. De allí que tardamos un largo tiempo en revisar los centenares de estudios que cada día surgían sobre el tema, la mayoría de los cuales planteaban un manto de duda sobre las conclusiones que entregó el primer informe de una prestigiosa Universidad sobre el cual se sustenta gran parte de la culpabilidad absoluta que se le da a Planta Valdivia tanto en lo ocurrido a los cisnes como en la desaparición del luchecillo.

Para entender el problema, fue fundamental conocer el funcionamiento de la planta productora de celulosa accediendo libremente a todas sus instalaciones con mis asesores, realizando experimentos con las aguas industriales, y solicitando toda la información que pudiésemos requerir de parte de Arauco. También examinamos detalladamente el lecho del rio con buzos especialistas y cámaras submarinas, descendimos el curso del rio Cruces desde la Planta hasta Valdivia, realizando observaciones aéreas, desde Villarrica hasta Corral, exploramos toda la cuenca del río San Pedro, en síntesis, nunca habíamos hecho un estudio tan completo de un problema que me tenía en extremo complicado pues no era fácil entenderlo y mucho menos, tomar el camino fácil y socialmente aceptable de simplemente culpar de todo a un solo responsable.

Con el apoyo adicional de científicos principalmente de las Universidades de Concepción, de Chile y Católica, llegamos a la conclusión que no se podía culpar a la Planta Valdivia como la única protagonista de la desaparición de los cisnes ni del luchecillo, planta que había comenzado a reducir su superficie de cobertura varios años antes de la puesta en marcha de la Planta de Celulosa, tal como diversos estudios lo plantean y la propia prensa de Valdivia lo destacó hacia fines de los 90.

De los más de 4.000 cisnes que se contabilizaron el verano anterior a la puesta en marcha de la Planta, seis meses después no quedaba prácticamente ni un solo ejemplar. Casi la totalidad había migrado hacia otros lugares y los que se quedaron, los más viejos y tal vez desnutridos, murieron en la parte sur del humedal, a casi 40 kilómetros de la planta. Estaban tan débiles que no podían volar, ni nadar. En cuanto al luchecillo, casi había desaparecido por completo de todo el humedal.

Creo que esta no es la oportunidad de explayarme más profundamente sobre nuestras conclusiones relacionadas con las causas del problema expuestas en el programa, ya que tendría que emplear varias páginas para exponer cada detalle. Ya tendré la oportunidad de hacerlo, mas adelante.

La Planta Valdivia produce casi 800 litros por segundo de un efluente que por más que lo traten lo mas adecuadamente posible, indudablemente contiene elementos contaminantes, que incluyen productos químicos y desechos orgánicos, todo lo cual debe diluirse en un caudal pequeño, que luego de 30 kilómetros llega al encuentro del Humedal y Santuario, causando alteraciones al medio ambiente . Sin embargo, no creemos que hayan sido solo las aguas contaminadas vaciadas por la Planta Valdivia, el único responsable de lo ocurrido a los cisnes y la desaparición de solo una especie vegetal.

Es nuestra opinión, que ante la problemática que reviste la operación de la planta, solo existen dos opciones : Cerrarla definitivamente con lo que se dejaría de contaminar generando un enorme impacto social y económico en la región, o encontrar un lugar donde vaciar sus efluentes que cause un daño menor que en el rio Cruces, y por ahora, la única opción que se ha presentado ha sido la del mar, donde se afectaría a los pescadores y sus familias. Este es un conflicto de magna envergadura que no alcance a tratar debidamente en e pl programa.

La verdad científica y no necesariamente la que dictamine una corte, servirá mucho para poder comprender lo que ocurrió en el Santuario, contribuyendo a mejorar las condiciones naturales de este, preservando así la extraordinaria riqueza biológica que allí existe.

Sergio Nuño” (sic)

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