Santiago de Chile, 2 de Mayo 2011. (Radio del Mar). Desde su establecimiento en 1889, por acuerdo del Congreso Socialista de la Segunda Internacional celebrado en París, el 1º de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, se erige en celebración universal donde los trabajadores manifiestan reclamos, exigen reivindicaciones o festejan sus conquistas.
La efemérides conmemora el inicio de los trágicos sucesos acaecidos el sábado 1º de mayo de 1886, en Estados Unidos, que desembocaron en la farsa judicial legitimadora del linchamiento de los Mártires de Chicago.
En medio de la incipiente revolución industrial e infrahumanas condiciones laborales -que incluían jornadas de hasta 18 horas- miles de obreros se lanzaron a la huelga.
En enfrentamientos contra la Policía, durante los cuatro primeros días de mayo, un gendarme resultó muerto, mientras decenas de huelguistas fueron baleados a quemarropa.
Con la aplicación del estado de sitio y el toque de queda, cientos de trabajadores fueron arrestados, torturados y acusados de haber detonado el artefacto que mató al policía. Entre los últimos retenidos, ocho terminaron procesados por asesinato y cinco condenados a la horca.
El 11 de noviembre de 1887 se consumó la sentencia. La ejecución fue relatada por el joven periodista cubano de 33 años, José Martí, quien por aquel entonces se desempeñaba como corresponsal en Chicago del diario argentino La Nación, de Buenos Aires.
«(…) salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hileras de sillas delante del cadalso como en un teatro (…)».
«Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el de Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: «la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable (…)».
Los Mártires de Chicago son símbolos e iniciadores del largo camino de luchas por reivindicaciones laborales, mejoras económicas, derecho al respeto y al amparo social. Pugnas en que si bien el proletariado mundial se anotó progresos, desde la última década del pasado siglo XX comenzó a experimentar retrocesos, debido a la globalización de las políticas neoliberales.
Hoy en pleno siglo XXI los trabajadores, sin olvidar el largo camino recorrido desde ese ya histórico día, se enfrentan a nuevos desafíos. Hoy los trabajadores reclaman un país productivo y con justicia social. Más y mejor redistribución de la riqueza. Un código del trabajo discutido democraticamente. Mejor empleo y nueva ley de negociación colectiva. Mejor salud y más y mejor educación. Menos precariedad en el empleo y mejor cobertura social. Sin duda alguna, el gobierno escuchará la gran mayoría de los reclamos y responderá con grandes anuncios mirando las encuestas, pero entre eso y tomar las medidas concretas para que «los más infelices sean los más privilegiados» y terminar con las vergonzosas desgualdades existentes en Chile, hay un abismo.*****FIN*****