Santiago de Chile, 21 de Mayo 2011. (Radio del Mar). En un tensionado Congreso Pleno, el Presidente Sebastián Piñera entregó su segundo Mensaje a la Nación. Fue una muy estudiada puesta en escena, en que hasta la sonrisa de felicidad y satisfacción por la «misión cumplida» de Ministros y altos funcionarios parecia copiada, los aplausos de los parlamentarios de la Alianza por Chile y partidarios del gobierno no cesaron y sólo faltó que aplaudieran las comas del discurso, la señal oficial de transmisión por TV ocultó toda forma de protesta, sobre todo las referidas a HidroAysén y las que se`produjeron en las tribunas parecieron no haber existido, pese a que se desalojó a casi 20 personas que fueron detenidas.
En una clara muestra de intolerancia, el Presidente calificó de «violentistas» a parlamentarios opositores que le hicieron sentir su molestia, haciendo recordar la famosa expresión de Augusto Pinochet que trató de «malagradecidos» a los trabajadores de ese mismo edificio cuando le hicieron sentir su rechazo por la visita que realizaba.
Fué un discurso marcado por una absoluta falta de autocrítica, con anuncios sobre la creación de nuevos ministerios y reparticiones públicas y donde todo estaba destinado a mostrar que las cosas se están haciendo mejor, más rápido y en forma más eficiente. No hubo una sola palabra sobre los miles de damnificados por el terremoto del año pasado y que continúan viviendo en situaciones deplorables, porque los planes de reconstrucción han fracasado y sólo han servido para que algunos realicen grandes negocios a costa del estado. Tampoco se mencionó el gran fracaso de las políticas de vivienda y los escándalos y estafas asociados, como pareció que Magallanes nunca haya existido, como tampoco los miles de estudiantes en la calle reclamando por una mejor educación y menos que los ciudadanos se hayan volcado a las calles diciendo NO a HidroAysén. Eso no existió.
Sólo se hicieron grandes anuncios y se prometió el envío de decenas de proyectos de ley al Congreso Nacional para hacerlos posible. También se mostró satisfacción por la victoria contra la delincuencia, aunque todas las cifras e informes indican que ha aumentado y el Presidente aprovechó esa tribuna exclusiva para defender abiertamente HidroAysen con el mensaje de que era «eso o el desastre».
Pero hubo dos hechos que no dejaron de sorprender. Primero un innecesario ataque al Presidente de Bolivia Evo Morales, reprendiéndolo por defender los intereses de su país haciendo uso de todas las posibilidades que el derecho internacional le ofrece y segundo, su llamado a todos los actores políticos en aras de una unidad necesaria para solucionar los problemas que tiene el país, cuando eso no lo ha logrado en sus propios aliados, ya que Carlos Larraín senador y Presidente de Renovación Nacional, había manifestado pocas horas antes que Rodrigo Hinzpeter Ministro del Interior y Vicepresidente de la República, debe ser sustituido por no «estar a la altura de las circunstancias». Eso no puede llamarse unidad.*****FIN*****