31 - enero - 2025

Gobierno y sus funcionarios le entregan Aysén a Endesa y a los Matte

Santiago de Chile, 8 de Mayo 2011. (Radio del Mar). El megaproyecto Hidroaysén, que contempla la construcción de cinco represas en la Patagonia chilena, afronta mañana una votación clave tras tres años de tramitación de esta polémica iniciativa, a la que se oponen muchos sectores sociales, económicos y políticos en todo el país.

La Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) de la región de Aysén, a unos 1.800 kilómetros al sur de Santiago, se reunirá este lunes para aprobar o rechazar el estudio de impacto ambiental (EIA) de Hidroaysén, impulsado por Endesa Chile y por la chilena Colbún. El clima que el gobiernoo ha generado en torno a la votación es especial y peligroso, ya que ha transformado a quienes deben tomar la decisión en verdaderos prisioneros, con custodia policial permanente, intimándolos e intimidándolos con supuestas amenazas contra sus personas, de las que nadie conoce el origen ni se hace responsable, salvo que toda esta información proviene de fuentes de gobierno.

Este proyecto, ideado en 2006, supone la construcción de cinco represas en el cauce de los ríos Pascua y Baker, en la Patagonia chilena, con una inversión de 3.200 millones de dólares, para generar en total una media anual de 18.430 gigavatios por hora.

El Gobierno no ha expresado abiertamente su apoyo a este proyecto, pero sí ha defendido que el país debe duplicar su matriz energética en los próximos 10 años para alimentar un crecimiento del 6 % que le permita salir del subdesarrollo.

«Si no hay energía hidroeléctrica, entonces lo que va a haber serán más centrales a carbón», advirtió el presidente Sebastián Piñera en una entrevista que publica hoy el diario La Tercera. Esta costumbre que ha tomado el presidente y los personeros de su gobierno de amenazar con los peores escenarios si no se está de acuerdo con sus planteamientos, ya se ha transformado en algo poco creíble.

Ante la oposición ciudadana, Piñera canceló en 2010 la central térmica de Barrancones, que se iba a construir cerca de un santuario de la naturaleza.

Piñera recalcó que «si se aprueba Hidroaysén, es porque cumple cien por cien con toda la legislación medioambiental chilena».

Según el mandatario, «el proyecto que ingresó y el proyecto que eventualmente puede ser aprobado son totalmente distintos, porque decenas de agencias han planteado cientos de observaciones para mitigar los efectos dañinos y proteger mejor la naturaleza».

Tras la presentación en agosto de 2008 del estudio ambiental del proyecto, los 32 organismos públicos con competencia ambiental emitieron 2.643 observaciones, pero con la presentación de otras dos adendas estas se redujeron a unas 200.

La CEA deberá decidir mañana si presenta una cuarta agenda con nuevas observaciones o si, tal como se espera, somete a votación este proyecto.

Con esta decisión debe redactar una resolución de calificación ambiental y notificarla tanto al titular del proyecto como a los organismos involucrados, que tienen un plazo de 30 días para reclamar ante un comité formado por los ministros de Medio Ambiente, Salud, Economía, Agricultura, Energía y Minería.

Si finalmente obtiene la aprobación, el consorcio tendría que realizar otros trámites administrativos, como obtener los derechos de agua.

Hasta el momento, la mayoría de los chilenos no mira con buenos ojos este proyecto. Según la última encuesta Ipsos, conocida a principios de abril, un 61,1 % de los ciudadanos rechaza el proyecto, frente a un 29,1 % que lo apoya. Con la costumbre del gobierno de criminalizar todo lo que se manifiesta en contra de sus propuestas, pronto va a tener necesidad de «un estado de excepción», porque prácticamente todo el país está en contra de este proyecto, pese a que no ha traslucido la amplitud del daño ambiental que genera.

También agrupaciones ecologistas se oponen al considerar que la Patagonia es «uno de los principales patrimonios naturales de la humanidad» y que ese proyecto «sólo beneficia a grandes compañías altamente rentables a costa de la ciudadanía».

En las últimas semanas, grupos ambientalistas de la región de Aysén colgaron en las calles carteles con las fotografías de los doce funcionarios, todos ellos dependientes del Ejecutivo central, que integrarán esa comisión.

Entre ellas se encuentran la intendenta (gobernadora), Pilar Cuevas, diez secretarios regionales ministeriales y el director suplente del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), Bolívar Ruiz, quién es un oscuro funcionario proveniente de gobiernos concertacionistas que por años fue el jefe ambiental de la Región del Bio-Bio, donde siempre tuvo posturas favorables a los industriales de la energía, pesca y forestal.

Cuatro de los secretarios, los de Vivienda, Minería, Economía y Medio Ambiente, se abstendrán de participar en la votación, ante las acusaciones de «conflicto de interés» hechas por los grupos ecologistas, y serán sustituidos por sus subalternos.

En tanto, Bolívar Ruiz fue designado a fines de abril para ocupar ese cargo tras la inesperada renuncia voluntaria del anterior titular del SEA, Eduardo Lagos Reyes, que adujo motivos personales para dejar el puesto.

Ante la expectación que se vive en Coyhaique, capital regional de Aysén, la Policía ha desplegado un operativo para proteger tanto la sede de la Intendencia como las viviendas de cada uno de los doce funcionarios involucrados, según informan hoy medios locales.

En tanto, los parlamentarios por la zona, tanto oficialistas como opositores, se dividen entre quienes creen que este proyecto abaratará el coste de la luz y creará empleos, y quienes advierten que afectará al turismo en una zona de gran riqueza natural.*****FIN*****

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