Por: Manuel Ahumada
Hace algo mas de un mes nos encontramos en la Alameda, a medio camino entre la sede de la CGT y la CUT. Como siempre nos detuvimos un momento para preguntar como estábamos y comentar alguna generalidad. Luego nos despedíamos con un abrazo afectuoso, hasta la próxima vez en que podríamos llegar a encontrarnos.
Lamentablemente ese encuentro de finales de Marzo fue el último. Mientras culmino el Pulso Sindical de la semana, este frío 6 de mayo del 2011, me he enterado de su muerte.
Seguro que se preparó para ese encuentro con sus amigos, con todos los que quiso y que partieron antes que ella. Sostenida en su fe y convicciones, habrá preparado la primera de muchas reuniones con Manuel y las otras y los otros camaradas con los que luchó codo a codo por lo que creían y que la antecedieron en este viaje.
Acá quedan dolidos los que estuvieron siempre contigo. A ellos mis respetos.
Ya no hay distancias ni barreras, no es necesaria ninguna reunión política para resolver que hacer, solo hay que estrechar las manos y recordarte.
Recibirá, por que se lo ganó, el reconocimiento de quienes trabajaron y compartieron con ella, será una constante en estas primeras horas si su presencia física.
Se hace necesario destacar a quienes, como María fueron de frente en la defensa de sus ideales y se la jugaron por ellos. Fuimos adversarios políticos, discutimos y más de una vez nos dimos con todo en la defensa de nuestras posiciones, siempre con respeto pero con fuerza para no ceder en lo que considerábamos de principios.
María Rozas Velasquez la sufrió como muchos y pagó un alto precio por la osadía de desafiar al dictador y sus esbirros. Ahí estuvo, cuando no era cierta para nadie la posibilidad de llegar al final del día.
Ahí estuvo, y de que manera. Por eso te despido así, con este texto breve lleno de afecto.
Mi saludo y mi sentimiento de pesar a tu familia y tus camaradas.
Hasta siempre, María Rozas Velasquez.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE