Santiago de Chile, 31 de Mayo 2011. (Radio del Mar. Fuente: Agencias). Milán, Nápoles, Trieste, Novara, Cagliari, Gallarate, Rimini, Rho y hasta Arcore, la localidad de las afueras de Milán donde se levanta la residencia del Cavaliere famosa en todo el mundo por sus fiestas bunga-bunga…
La oposición de centroizquierda festejó ayer, como no lo hacía desde hace años, la aplastante victoria que obtuvo en la segunda vuelta de las elecciones municipales parciales que se celebraron en Italia ayer y anteayer.
Los comicios estuvieron marcados por la «reconquista» de Milán, feudo del premier Silvio Berlusconi y capital financiera del país, y por el inesperado triunfo en Nápoles de un outsider que derrotó clamorosamente al candidato del Partido del Pueblo de la Libertad, en el gobierno.
Las urnas fueron impiadosas y le propinaron al Cavaliere un voto castigo de lo más humillante. El resultado provocó un terremoto político en la derecha y le devolvió aire a la oposición de centroizquierda, que reclamó la dimisión del Ejecutivo y elecciones anticipadas.
Con el 53,5% de los votos, Giuliano Pisapia, candidato de la centroizquierda, derrotó a la actual alcaldesa de Milán, Letizia Moratti (46,5%).
La gran sorpresa fue que el ex juez Antonio de Magistris, candidato de Italia de los Valores (el partido del ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro), apoyado por fuerzas de centroizquierda, arrasó en Nápoles: obtuvo el 65,34%, contra el 34,65% del empresario Gianni Lettieri, del Partido del Pueblo de la Libertad (PDL), que le había ganado en primera vuelta.
Para Berlusconi, de visita en Rumania y cuya popularidad ha ido cayendo en picada durante los últimos meses debido a sus escándalos judiciales y sexuales, se trata de un golpe mortal.
El premier, de 74 años, personalizó como nunca estos comicios al convertirlos en un referéndum sobre su gobierno. Además lanzó una campaña de lo más agresiva para apoyar a Moratti, que buscaba un segundo mandato en Milán, ciudad símbolo del país, y a Lettieri, que apuntaba a desbancar a la centroizquierda de Nápoles, ciudad azotada por el escándalo de la basura.
La derrota del Cavaliere -especialmente en Milán, donde nació-, pero también en Nápoles, Novara, Trieste, Cagliari (Cerdeña), Gallarate, Rimini, Rho, e incluso en la localidad de Arcore, en las afueras de Milán, donde se levanta su lujosa villa, famosa por las orgías con menores de edad, fue como un verdadero tsunami para el PDL.
De hecho, incluso antes de que terminara el recuento de votos, el ex ministro Sandro Bondi, coordinador del PDL, presentó su renuncia, lo que abre una complicada etapa de rendición de cuentas.
La Liga Norte
La gran pregunta es qué hará la xenófoba Liga Norte, principal socia del gobierno, que también perdió en varios de sus bastiones del próspero norte y que, sin duda, pasará factura. Llegado el caso, la Liga Norte, que culpa al PDL de su debacle, podría decidir «desenchufar» el cable que mantiene con vida al gobierno de Berlusconi, según algunos analistas.
Desde la ruptura con su ex aliado Gianfranco Fini, Berlusconi cuenta con una mayoría parlamentaria exigua, que logró conquistar comprando diputados, según denuncia la oposición.
«Fue un cachetazo, hace falta reflexionar y hace falta un golpe de timón», admitió ayer el ministro del Interior, Roberto Maroni, de la Liga Norte, que afirmó que «la situación podrá revertirse solamente si hay un fuerte relanzamiento de la acción de gobierno».
Desde Bucarest, donde está de visita oficial, el propio Berlusconi reconoció el golpe, pero igual se mostró combativo. «Hay que mantener la calma, el gobierno sigue adelante», afirmó. «Ahora los milaneses deberán rezarle al buen Dios para que no les pase nada», dijo también, al agregar que, así como en Milán, también en Nápoles «se arrepentirán todos muchísimo».
Al cabo de las dos vueltas de elecciones municipales parciales -que tuvieron lugar el 15 y el 16 de mayo y ayer y anteayer-, la centroizquierda obtuvo una victoria aplastante, que no se veía desde hacía tiempo: le ganó a la derecha en 29 comunas contra 12.
La paliza sufrida por el PDL, de la cual todo el mundo cree que el único responsable es Berlusconi, abre escenarios de lo más turbulentos, en los que no se pueden descartar ni futuras crisis de gobierno ni elecciones anticipadas, como de inmediato reclamó la oposición.
«Pedimos la renuncia del gobierno. Un líder que quiere a su país no puede hacer como si nada ante cosas de este tipo», reclamó Luigi Bersani, el líder del Partido Democrático, el principal de la oposición, al exigir elecciones anticipadas.
Si bien Berlusconi ya abrió el paraguas hace unos días al advertir que en caso de derrota en Milán y Nápoles no iba a haber una crisis de gobierno -como ayer reiteraron muchos de sus lugartenientes y él mismo-, para la mayoría de los analistas esta debacle del Cavaliere marca un punto de inflexión importante o el principio del fin de su larga y controvertida carrera política.
Festejos en Milán
«Si la burguesía industrial de Milán dejó caer a Berlusconi y votó por Pisapia, que tiene un pasado bastante extremista, es porque el Cavaliere está políticamente muerto», dijo a La Nacion el analista Paolo Tangredi.
Miles de personas vestidas de naranja (el color que marcó la campaña de Pisapia) se reunieron ayer en la emblemática plaza del Duomo de Milán para festejar la reconquista de esta ciudad símbolo, cuna del berlusconismo, en manos de la derecha desde hace 18 años.
«Hemos liberado Milán, la ciudad necesitaba cambiar y el voto lo ha demostrado», dijo el nuevo alcalde, de 62 años, que ya había sorprendido a todo el mundo al ganarle en primera vuelta a Moratti.
En Nápoles, donde el Partido Democrático retenía el poder desde hacía 18 años, De Magistris, un virtual outsider del partido de Italia de los Valores, de 43 años, tuvo una reacción similar.
«Nápoles ha sido liberada y será libre por los próximos cinco años», enfatizó en medio de festejos que la centroizquierda no veía desde hacía años.*****FIN*****
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