Santiago, 16 de junio de 2011. (Radio del Mar)– “No estamos dispuestos a negociar”, dice tajante Fabiola Flores, férrea opositora al proyecto termoeléctrico Castilla. Flores explica que la transnacional brasilera está dividiendo a la comunidad, incluso “hay distanciamiento al interior de las familias”.
“La situación es terrible”, explica en relación a la peligrosa estrategia que ha iniciado CGX para reducir la resistencia al proyecto energético, quebrar la oposición, dividir a la comunidad y así imponer el mega proyecto termoeléctrico a base de carbón.
Fabiola levanta la voz y expresa que “no entiendo la estupidez que dicen de que la empresa no va a contaminar”, si es claro que este proyecto es nefasto para el territorio de la comunidad totoralina. “Si nosotros no cuidamos la naturaleza y nuestro territorio, ¿quién?”, se cuestiona.
Fabiola Flores cuestiona el accionar de la Municipalidad por haber recibido el 1% de la inversión de CGX, dinero que ahora se distribuye a través de las reparticiones públicas sin transparenar su proveniencia. “Esas platas son de Castilla”, exclama Flores, “aparecen como del Estado, pero una vez que se reciben aparece la empresa a sacarte la foto”. Por esta poca transparencia del Estado es que “el pueblo se está negando a todo”, porque no quiere recibir nada de Castilla.
Narra su decepción con la Familia Domínguez, quienes luego de alzar la voz y comprometerse públicamente frente a la comunidad de Totoral a que llegarían hasta las últimas consecuencias en la oposición a Castilla, simplemente negociaron dinero a cambio de 50 exigencias, y nunca más aparecieron por Totoral. Aún no dan la cara.
Fabiola cuenta lo extraño que ha sucedido con un Recurso de Protección que puso el pueblo de Totoral y que se tramitará en Antofagasta a más de 600 kms de lejanía, aún cuando debió verse en Copiapó.
También Semillas de Agua entrevistó a Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA, quien relacionó esta estrategia de Castilla de dividir a las comunidades, impulsando a que los adherentes al proyecto motiven a la oposición para que dejen de hacer resistencia, con lo sucedido en la pequeña caleta de Mehuín con el conflicto con la Celulosa Arauco y constitución – CELCO. En esa experiencia, la resistencia ha evitado la concreción de un proyecto, pero la estrategia de la empresa motivó una división al interior de la comunidad que terminó con violencia entre ellos mismos. “Se sabe donde se empieza, pero no donde termina”, explica Cuenca.
Además, el ambientalista explicó la venta de las últimas acciones de agua que tienen los chilenos y chilenas en los Servicios Sanitarios y que el gobierno de Piñera ha decidido vender. “Se está liquidando lo poco que le queda al país”, opina Lucio, quien agrega que “se está llegando la privatización a una situación extrema” porque “el Estado está renunciando a controlar a regular” este mercado.
Cuenca concluye la conversación a un llamado a la ciudadanía a empoderarse, informarse y a activarse para defender los derechos que las empresas vulneran en el Valle del Huasco, Totoral, Mehuín y en la Patagonia, entre otros.
Finalmente conversamos con Javiera Espinoza, de Patagonia sin represas, quien nos comentó de la burda actuación de Daniel Fernández, director ejecutivo de HidroAysén, en una exposición practicamente protegido por el rector de la Universidad Finis Terrae, quien censuró las preguntas conflictivas.
Todo esto acompañado con la música de Patricio Manns, Mauricio Redolés y Shorypunk grabados por los equipos en terreno de Semillas de Agua que estuvieron en las actividades del 4 de junio en el Centro Cultural de Vallenar posterior a la marcha.
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