Por David Garcia
Agencia de Prensa de
América del Sur
21 de junio de 2011
AgrandarReducirRestablecerUna de las características relevantes que desarrollada desde hace más de una década en varios países de Sudamérica, es el arribo de gobiernos nacionales y populares elegidos democráticamente, tales los casos de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina.
Sin embargo estos gobiernos de izquierda y centroizquierda deben lidiar cotidianamente con las presiones y maniobras de desgaste de los partidos opositores, los grandes grupos empresarios y los monopolios mediáticos.
A estos grupos se les suman curiosas organizaciones no gubernamentales (ONG) que bajo la consigna de la defensa de la democracia, los Derechos Humanos y las libertades, intentan imponer su agenda y desestabilizar a estos gobiernos profundamente democráticos.
Entre estas organizaciones se puede mencionar la Fundación Libertad, creada en Rosario, Argentina, en 1988 por un grupo de empresarios, profesionales e intelectuales. Mario Vargas Llosa fue una de las personalidades que tuvo participación en la fundación.
La Fundación Libertad fue en muchas ocasiones anfitriona de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), fundada en España en 1989, presidida por José María Aznar y vinculada desde sus inicios con el Partido Popular español.
La FAES aboga por la libertad individual, a la que se llega a través de la democracia; y con respecto a la economía, su búsqueda consiste en presupuestos equilibrados, impuestos reducidos, gasto público racionalizado y economías regidas por el principio de mínima intervención pública.
FAES se presenta como una organización cuyo propósito es crear “ideas capaces de ofrecer alternativas políticas y de pensamiento diferentes a las del socialismo” .
Pero en Sudamérica la organización más significativa es la Unión de Organizaciones Democráticas de América (UnoAmérica)venezolano Alejandro Peña Esclusa.
UnoAmérica se auto proclama como la contraparte del Foro de San Pablo, el Foro Social Mundial, y señala que en la región existen varios gobiernos vinculados a éste que “aunque llegaron al poder por vía democrática, están destruyendo la democracia y coartando las libertades, como es el caso de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Kirchner y Daniel Ortega”.
Además sostiene que esas administraciones, una vez en el poder, no solo no solucionan los problemas que aquejan a los ciudadanos, sino que “introducen un modelo ideológico socialista, que divide a la sociedad, la polariza en dos bandos, y provoca violencia y anarquía”.
Desde la organización se afirma que estos gobiernos populares destruyen la democracia a partir de los intentos de modificación de las constituciones, con el fin de “controlar los poderes públicos y eternizarse en el poder”.
UnoAmérica ha estrechado lazos con el partido de ultraderecha italiano Forza Nuova y con el ex presidente del Partido Popular en Cataluña, Joseph Piqué.
En El Salvador se vinculó con miembros del partido ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), fundado por Roberto D´ Aubuisson, creador de los escuadrones de la muerte en la década de 1980.
En Estados Unidos los contactos de la organización llegan a George Shultz, ex secretario de Estado de Ronald Reagan en tiempos de la guerra sucia en América Central.
En septiembre de 2008, UnoAmérica envió una comitiva a Bolivia para realizar una investigación sobre la masacre llevada adelante por el prefecto de Pando, en la que fueron asesinados 19 campesinos que apoyaban a Evo Morales. El objetivo la de montar una investigación que arrojara como resultado la culpabilidad del gobierno de Morales por la masacre.
Sin embargo, el rápido accionar tanto de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) como de la Organización de Naciones Unidas (ONU), permitieron comprobar que los francotiradores estaban vinculados al prefecto de Pando y a dirigentes opositores al gobierno boliviano.
Pero la relación UnoAmérica con Bolivia no concluyó allí. En 2009 fue desarticulada una célula terrorista de mercenarios extranjeros, acusada de intentar asesinar a Evo Morales. Entre los detenidos se encontraba el ex militar carapintada Jorge Monez Ruiz, representante, además, de UnoAmérica en Argentina.
Antecedentes
Alejandro Peña Esclusa es cofundador de la rama venezolana de la organización católica de ultraderecha “Tradición, Familia y Propiedad”, y fue candidato a presidente durante las elecciones de 1998, obteniendo tan solo el dos por ciento de los votos.
Por otro lado, el gobierno de Hugo Chávez acusó a Peña Esclusa como participe del golpe de Estado del 11 de abril de 2002; acción que es denominada por Esclusa como “la crisis de 2002”.
En diciembre de 2009, Alejandro Peña Esclusa recibió, de manos del golpista Hondureño Roberto Micheletti, la “Orden José Cecilio del Valle en el grado de Comendador”, por haber realizado “importantes acciones a favor de Honduras”.
Para este venezolano, lo que ocurrió en Honduras no se trató de un golpe de Estado sino de una “destitución constitucional”. Al día siguiente de que se arrancó a Manual Zelaya del poder, UnoAmérica emitió un comunicado “reconociendo al nuevo gobierno de Honduras, presidido por Roberto Micheletti”.
Alejandro Peña Esclusa se encuentra detenido desde el 12 de julio de 2010 por posesión de explosivos y por una supuesta vinculación con el terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca.
En los últimos días se puso en marcha una campaña mediática, en gran medida a través de en Internet, en la que se exige la liberación de Peña Esclusa por tratarse de un preso político.
En una nota de opinión editada en el sitio oficial de UnoAmérica y firmada por Emilio Martínez, se señala que “Alejandro Peña Esclusa es el verdadero líder moral de Venezuela”, y agrega que “Chávez está sentado en la silla de la presidencia pero ya nadie lo quiere”.
Ante la asunción en Sudamérica de gobiernos de fuerte base popular y elegidos democráticamente, los grupos opositores de derecha intentan maniobras desestabilizadoras ante la imposibilidad de recurrir la los golpes militares tradicionales. Organizaciones destituyentes con la máscara de ciudadanas son herramientas vigentes para la penetración de la derecha internacional en los procesos soberanos.