Santiago de Chile, 3 de Junio 2011. (Radio del Mar. Fuente: entrevista realizada al vicepresidente García Linera por Jorge Marirrodriga). «Es un acto inédito que supone una nueva experiencia para el mundo». El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera (Cochabamba, 1962), explica en Madrid el nuevo paso hacia lo que el Gobierno de Evo Morales denomina la «refundación» del país: la elección directa por sufragio universal el próximo octubre de los 56 magistrados del Tribunal Constitucional, el Consejo de la Magistratura y el Consejo Agroalimental. Un proceso observado con cautela desde el exterior, donde por un lado se reconoce, como ha hecho Naciones Unidas, la oportunidad de renovar un sistema judicial paralizado. Pero al mismo tiempo se advierten varios peligros. Los candidatos serán propuestos por el Parlamento, de mayoría oficialista, y la ley que regula estas elecciones ha provocado el enésimo enfrentamiento con los medios de comunicación y asociaciones de la prensa que acusan al Gobierno de haber recortado drásticamente la libertad de prensa.
«Se trata de una elección de autoridades judiciales y no una elección política y la Constitución establece que no puede haber campaña electoral. Puede haber información pero no campaña», subraya García Linera, considerado el ideólogo del proceso que vive Bolivia. «El Congreso aprobó una ley que establece que no puede haber propaganda pero sí información. Y eso hay quien lo ha interpretado como un ataque a la libertad de prensa. La ley establecía la diferencia entre opinión e información y el presidente Morales incluso propuso una reforma para ampliar la opinión. Los candidatos pueden ser entrevistados, pero no puede conducir un programa de televisión o radio. Un candidato puede opinar sobre la Constitución pero no sobre otro candidato. Esto parece sensato».
Este matemático de formación, ex miembro de la guerrilla del Ejército Guerrillero Tupak Katari, considera que la oposición política se ha refugiado en los medios. «Los sectores conservadores desplazados del poder se han atrincherado y han convertido algunos medios en palestras políticas. Un ejemplo de hasta dónde llegan las cosas. Hace dos meses un medio informó que el avión presidencial había sido detenido por llevar droga. Yo le garantizo que si eso sucede en EE UU el responsable de ese medio estaría en Guantánamo arrastrando cadenas. Normalmente se insulta al presidente llamándole incapaz, ignorante, bueno para nada… Apelamos a la autorregulación para hacer de la información ecuánime y educativa».
En plena transformación institucional el Gobierno boliviano se ha lanzado a jugar la carta del litigio exterior con el anuncio de que el próximo martes presentará ante la Organización de Estados Americanos una reclamación contra Chile exigiendo la salida al mar que Bolivia perdiera en la guerra del Pacífico en 1879. «Con [el presidente chileno Sebastián] Piñera las cosas se han puesto más difíciles», reconoce García Linera, quien justifica esta ofensiva diplomática. «Antes se estaba cumpliendo la agenda sistemática y gradualmente ascendente y con Piñera esta agenda se ha detenido», asegura.
Bolivia y EE UU
La llegada de Evo Morales al poder en enero de 2006 supuso, entre otras cosas, un reposicionamiento de Bolivia en el mapa internacional con dos movimientos principales. La nacionalización de los recursos naturales, por un lado, y el deterioro de las relaciones con Estados Unidos en paralelo a la alianza con la Venezuela de Hugo Chávez, por otro. Sobre el primero, Bolivia quiere, pasado el tumulto de las nacionalizaciones y la renegociación de contratos con las multinacionales, entre ellas Repsol, atraer inversión extranjera, máxime cuando las ayudas y acuerdos comerciales con EE UU han disminuido drásticamente o sido cancelados por las fricciones entre ambos países. La Paz expulsó en 2008 al embajador estadounidense.
«Nosotros somos amigos de todos, pero EE UU no entendió eso y cuando llegamos al Gobierno creyó estar ante un grupo de personas tolerante y pasivo ante las intromisiones. Nosotros necesitamos al mercado más grande el mundo pero no queremos intromisiones en nuestra vida política», afirma García Linera, quien recuerda como la cancelación de un acuerdo preferencial por parte de Washington «dejó colgados a miles de pequeños productores». La Paz destaca entre las presiones estadounidenses el bloqueo de las ayudas económicas de la llamada Cuenta del Milenio para construir infraestructuras y el descenso desde 132 millones de dólares anuales para la lucha contra el narcotráfico a 10 millones.
Las palabras del vicepresidente boliviano detallan que las cosas no han mejorado con la llegada de la Administración Obama a la Casa Blanca. «No buscamos una confrontación con EE UU, queremos que nos dejen gobernarnos a nosotros mismos. Si eso sucediera nuestras relaciones saltarían a un nivel de fraternidad absoluta pero EE UU mantiene una actitud de intromisión y chantaje político. Ahora estamos negociando un acuerdo. Ojalá que pueda salir».
El hueco estadounidense ha sido cubierto por la Venezuela de Hugo Chávez, aunque García Linera defiende que el acercamiento a Caracas viene de antiguo. «Venezuela siempre ha tenido una actitud muy generosa hacia Bolivia. Y este vínculo se ha reforzado. Nuestro déficit de gasolina y diésel lo cubrimos con productos venezolanos, hemos sustituido los mercados que se cerraron en EE UU por los de Venezuela, el proyecto Evo Cumple se ha mantenido durante todos estos actos. Hace unas horas se ha inaugurado una base militar del ALBA y se está construyendo una estrategia de defensa continental. Hay marinos bolivianos formándose en Venezuela», explica el vicepresidente boliviano, que prevé una menor presencia de Chávez en Bolivia en los próximos meses debido a los procesos electorales en ambos países.*****FIN*****