Reino Unido, 05 de Julio de 2011 – La falta de gobernanza es uno de los principales factores que ha impedido a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) adoptar medidas para evolucionar hacia una organización moderna que represente los intereses actuales de uso no letal y conservación de los cetáceos a nivel global.
Esto porque las decisiones para enmendar el reglamento que orienta el trabajo de la Comisión requieren del 75% de apoyo de los países miembros de la CBI y Japón ha implementado una política de “compra de votos” en varios países de África y el Caribe que ha bloqueado exitosamente medidas de conservación como la creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur y le ha permitido avanzar hacia el debilitamiento de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas.
Sin embargo la situación para Japón podría cambiar si la mayoría de los países miembro de la CBI – que realizará su próxima reunión anual a partir de la próxima semana en la pequeña isla Jersey (Gran Bretaña) – apoyan una propuesta que será presentada por el Reino Unido que busca reformar los anacrónicos procedimientos de trabajo de la CBI que datan de 1946 y que son responsables de malas practicas al interior de este organismo internacional.
En particular, la resolución del Reino Unido pondría fin a la insólita situación donde los 89 países miembro de la CBI pueden pagar la membresía anual (que les permite participar con derecho a votación en las reuniones anuales e intersesionales) ya sea con cheques o en efectivo, en vez de hacerlo mediante transferencia bancaria, como ocurre en la gran mayoría de organismos internacionales. La adopción de esta medida por parte de la CBI terminaría con las crecientes e irrefutables evidencias sobre el involucramiento de Japón en el pago de las membresías anuales de los cuestionados países a cambio de votos favorables a la política ballenera de la nación asiática.
La resolución también busca mejorar la rigurosidad de los informes realizados por el Comité Científico de la CBI así como transparentar la reunión de este organismo técnico, criticado por su carácter cerrado y excluyente, para facilitar la participación de representantes de la sociedad civil.
A pesar que inicialmente la resolución inglesa iba a ser presentada en nombre de la Unión Europea, la resistencia de Dinamarca – única nación pro ballenera del bloque europeo – impidió que así fuera. Groenlandia y las Islas Faroe son territorios asociados a Dinamarca que conducen operaciones de matanza ballenas y delfines respectivamente.
Para el ministro de pesca inglés, Richard Benyon, el carácter de la resolución es “limpiar la CBI, ya que actualmente carece de los mínimos estándares de gobernanza”. En relación a las acusaciones de corrupción al interior de la CBI realizadas el año pasado por el diario inglés Sunday Times, el ministro afirmó que “a pesar de haber sido muy graves no fueron llevadas a ninguna Corte por lo que tenemos que enfrentar la realidad que toda la organización se ve afectada cuando éstas se realizan y necesitamos dejar de tener un organismo donde este tipo de acusaciones no resultan en nada”.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea de Chile y observadora acreditada ante la próxima reunión de la CBI en Jersey, “la falta de gobernanza en la CBI es una de las mayores amenazas para el futuro de las ballenas y la propia Comisión. La política de compra de votos realizada por Japón ha mantenido a la CBI rehén de los intereses pro balleneros de una minoría y estancado la necesaria evolución de un organismo que fue creado hace más de 60 años cuando el único uso dado a estos mamíferos marinos era extractivo. Esperamos que esta propuesta cuente con el apoyo de los países de América Latina en la CBI – conocido como Grupo Buenos Aires – con el fin de avanzar hacia una reforma positiva de la CBI que permita la efectiva representación de nuestros intereses regionales en este foro multilateral”.
Por su parte José Truda Palazzo, representante de CCC Brasil afirmó que “ya es tiempo que la CBI adopte medidas para proteger los intereses de los países pequeños y vulnerables en contra del imperialismo económico de naciones hiper-desarrolladas”. Sin embargo agregó que resulta difícil lograr cambios institucionales al interior de este organismo internacional.
Fuente: The Independent, Centro de Conservación Cetacea