23 - febrero - 2025

Los nuevos tiempos exigen organizaciones sindicales democráticas, escribe Jorge Bustos

Jorge Bustos
Presidente de Congemar
08 de agosto de 2011

Los dirigentes de los trabajadores tenemos una responsabilidad que de no asumirla, entonces nuestra generación será conocida por la historia como cagona e inútil.

Se trata de construir una sola organización de trabajadores que esté a la altura de los desafíos. Lo que ha habido hasta ahora, es un remedo de lo que debe ser la actitud de una organización que entiende su rol.

Un primer paso debiese ser reunir a dirigentes de distintos sectores para dar un impulso unitario, entendiendo que sin los trabajadores será más costoso profundizar los cambios que exigen de manera heroica los estudiantes. Asumimos la responsabilidad de hacer nuestro aporte.

El movimiento sindical está debilitado por las prácticas oscuras que durante muchos años han desarrollado muchos de sus dirigentes. Falta de democracia interna, dependencia de los partidos políticos, manejos desprolijos en sus finanzas y la ausencia de una estrategia que ponga en el centro no sólo los intereses de los trabajadores, sino que también defina qué país queremos construir.

Un proceso democratizador para el país, pasa por democratizar nuestras organizaciones sindicales y gremiales. La necesaria coherencia entre medios y fines, hace exigible que quienes levantan las consignas democráticas, también lo sean al interior de sus organizaciones sindicales y gremiales.

Las condiciones que las movilizaciones que los estudiantes han llevado al país, exige de los trabajadores y sus dirigentes una conducta mucho más activa. Es necesario que cada trabajador participe mucho más de su organización, que exija de sus dirigentes cuentas claras de su gestión y que haga valer su condición de trabajador organizado.

No es posible imaginar un país con grados mayores de avances democráticos sin la participación de los trabajadores, informados, críticos, alertas, disponibles para ponerse a la altura heroica de nuestros muchachos.

Para estos efectos es que nos proponemos rescatar las organizaciones sindicales y ponerlas a disposición de las luchas que emergen de la decisión inquebrantable de los estudiantes.

Debemos exigir que en nuestras organizaciones que, un hombre valga un voto, que se respete la mayoría, que se transparenten las gestiones de todo tipo, y que se destierren los métodos oscuros que en muchos casos son peores que el sistema binominal.

Que las asambleas, de cualquier nivel tengan el derecho a la revocabilidad de sus dirigente y que no exista la posibilidad de reelegirse mas de una vez.

Que para ser candidato a cualquier organización superior (federación, confederación o central), debes a lo menos tener el respaldo de su sindicato base.

Que cada aspirante a ser dirigente superior, tenga cotizaciones previsionales en empresas reconocidas.

Que dirigentes y organizaciones de trabajadores tengan de verdad independencia política y gubernamental.

El aire limpio de tiempos democráticos recorre el territorio. Los trabajadores debemos escuchar ese aviso y hacer lo que corresponde en nuestras organizaciones.

Esperando, que seamos activos constructores de un nuevo Chile, los invito a discutir y a cumplir los sueños de Luís Emilio Recabarren, de Clotario Blest y también de Manuel Bustos.

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