20 - enero - 2025

11/09/1973 . Como los EEUU participaron activamente en el Golpe de Estado

Santiago de Chile, 11 de Septiembre 2011. (Radio del Mar). El Golpe de Estado en lo social significó el comienzo de un dominio sin contrapeso de los sectores empresariales, los cuales aprovecharon el desmantelamiento de la estructura productiva estatal llevado a cabo por el gobierno de Pinochet a fines de los 70 y comienzos de los 80, por medio de un proceso de privatización. Por otra parte, significó el comienzo de una pauperización de las clases medias y la precariedad e inestabilidad laboral para los sectores asalariados. También el golpe significó el comienzo de un largo exilio para miles de chilenos.

En lo estrictamente económico significó un cambio radical de orientación del papel del Estado en materia económica: de un rol productor y estatizador desarrollado desde la década de los 20, se pasaría a uno de tipo subsidiario, inspirado en las doctrinas económicas neoliberales; éstas privilegiaron en Chile un control estricto de la inflación y de la emisión del circulante, así como una política radical de privatizaciones de las empresas públicas y el fomento de las exportaciones de bienes producidos por el sector primario(agrícolas, mineros) y la importación de bienes de consumo y de capital.

En lo cultural, el Golpe de Estado significó el comienzo del llamado «apagón cultural», caracterizado por la represión y autorrepresión de ciertas manifestaciones culturales consideradas contrarias a la línea del régimen militar.

Intervención estadounidense

El destructor USS Jesse L. Brown (FF-1089) estuvo en las afueras de Valparaíso durante todo el proceso anterior y durante el Golpe de Estado.

El encargado de la operación fue el Vice Almirante Frederick J. Harlfinger II. Es de común consenso entre los estudiosos del Golpe de 1973, que fue un plan casi exclusivamente naval con miembros de la Fuerza Aérea a la que se sumó a última hora Pinochet y el Ejército de Chile. Los organismos de inteligencia naval de Estados Unidos tenían libre acceso a las dependencias de la Armada y al Ministerio de defensa. El Golpe Naval se hizo bajo la cobertura de la Operación UNITAS. Muchos de los oficiales de la Office of Naval Intelligence que participaron en las etapas previas y en las acciones primeras del golpe estaban embarcados en Buques de la Armada de los Estados Unidos navegando en las afueras de Valparaiso.

Los barcos de la Armada de Estados Unidos en la Operación UNITAS XIV fueron: l el USS Richmond K. Turner, destructor USS Vesole (DD-878), de la fragata misilera USS Talbot ( FFG-4) y del submarino convencional USS Trumpetfish (SS-425). En forma anexa habían barcos que acompañaban por afuera, encargados de la comunicación con el Pentágono.El destructor USS Jesse L. Brown (FF-1089) estuvo en las afueras de Valparaíso sirviendo de nexo directo con el Pentágono. El Jesse Brown es de un tipo especial de destructor destinado a la guerra electrónica. Otro de los de la clase, fue el USS Maddox (DD-731), famoso por el Incidente del Golfo de Tonkìn. También es reportada la presencia de un barco CIA ultrasecreto.

La participación norteamericana a gran escala fue ratificada en múltiples testimonios. Comandos clandestinos de las fuerzas especiales del Ejército y de la CIA habrían participado en allanamientos, el asalto a La Moneda y operaciones en Valparaiso Viña del Mar. También hay testimonios de la presencia de personal norteamericano en interrogatorios a extranjeros en el Estadio Nacional.[32]
«una persona civil, que mandaba más que los otros, era el encargado de interrogar a los extranjeros «**, y presumía de pertenecer a la CIA.
Preso venezolano[32]

Un ex suboficial de Marina, detenido en la investigación interna de agosto de 1973, declaró que en la cárcel de Valparaíso un ex infante le confidenció su participación en «allanamientos dirigidos por soldados norteamericanos, a quienes resultaba más fácil gritar y romper puertas».

Un ex boina verde mexicano-estadounidense relató al Periódico estadounidense Berkeley Barb[33] [34] que integró un comando de fuerzas especiales (834 boinas verdes, 14 rangers y 34 miembros de la CIA) trasladado a Chile, vía Panamá, para participar en el asalto a La Moneda. Este testimonio parece descabellado, pero coincide con un relato confidencial que hizo un periodista de San Rafael, California:[33] un amigo suyo integró la tripulación del Glomar Explorer, barco de investigación científica usado como fachada de la CIA, cuando recogió frente a la costa chilena a unos comandos que habrían participado en el asalto a La Moneda.
Chile’s coup de etat was close to perfect,»(Golpe de Estado en Chile cercano a lo perfecto)
«SitRep»– situation report — de MilGroup ( U.S. military group en Valparaiso.) Escrito por el Oficial de la Oficina de Inteligencia Naval de los Estados Unidos Marine Lt. Col. Patrick Ryan»[35]

Un desgarbado periodista norteamericano de ideas liberales tuvo la mala suerte de quedar encerrado en medio de los oficiales de inteligencia naval norteamericanos que celebraban el golpe casi perfecto. Tras la borrachera se darían cuenta que había quedado un periodista muy cargado de apuntes con las pruebas de la participación norteamericana en el Golpe. Lo decidió todo. Su nombre era Charles Horman y se convirtió en el ícono de la palabra «Desaparecido». Hasta tendría su propia película. Según relató el padre, en los últimos meses de su vida su hijo investigaba el tema de los autores intelectuales, cómplices y ramificaciones del Caso Schneider, en el que también estuvieron implicados funcionarios norteamericanos, lo que habría sido constatado por el Senado de EE.UU. en 1975.

Convencido que su país complotaba en gran escala contra Allende, por casualidad le tocó vivir el día del golpe y los cuatro días posteriores, precisamente entre militares del U. S. Navy, veteranos de Vietnam y agentes de inteligencia fanáticamente anticomunistas. Estos coordinadores del apoyo logístico para la ejecución del golpe, operaban con sus congéneres chilenos desde un centro habilitado en el exclusivo Hotel Miramar de Viña del Mar. Además, el padre investigó infatigablemente las circunstancias del asesinato de su hijo, hasta que falleció en Nueva York en 1994. «He pasado varios años de mi vida investigando la muerte de mi hijo y, contra mí voluntad he llegado a concluir que se está desviando la responsabilidad del gobierno militar chileno por una razón muy sencilla: si el dedo acusador (¿se refiere al Presidente Ricardo Lagos?) lo señalara, de inmediato surgiría detrás la mano de Washington «, afirmó Ed Horman.

«La auténtica responsabilidad de la muerte de mi hijo está en la propia embajada de EE. UU. Su vida fue sacrificada para encubrir las actividades estadounidenses en Chile», insistió. Ed Horman concluyó que Charles y su amiga Terri «tropezaron en Viña del Mar con pruebas concluyentes de la participación de EE.UU. en el golpe de estado». Al principio, el personal militar habló sin reparos en presencia de la pareja de jóvenes gringos, pero a los pocos días, alguien de la cúpula de la embajada, se inquietó por lo que pudieron haber visto y oído. El padre de Charles informó que su testimonio pudo asestar un golpe contundente a los responsables. «En 1973, los medios de comunicación no mostraron gran sagacidad en comprender el alcance de las operaciones encubiertas en Chile: la administración Nixon, acosada por el Caso Watergate, negaba una y otra vez la intervención ilegal contra el gobierno de Allende «, dijo Horman padre. «Las informaciones recogidas por Charles pudieron cambiar las cosas. A fin de impedirlo, se facilitó su nombre y dirección a las autoridades militares chilenas para que lo detuvieran e interrogaran», sostuvo finalmente.*****FIN*****

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