Santiago de Chile, 16 de Septiembre 2011. (Radio del Mar. Ricardo Cappeletti). Ha pasado el largo invierno y la languidez expresada en los rostros curtidos por la pobreza va dando paso al color y a la luz de una nueva primavera. Es setiembre… En estas anchas alamedas de ciclópeas luchas una nueva generación vuelve a transitarlas y a poblarlas de esperanza y mística.
Me asomo al bandejón central de la emblemática Bernardo O’Higgins, frente al Cerro Santa Lucía y desde la escalinata de la Biblioteca Nacional no puedo dejar de emocionarme y revivir inconscientemente mi prontuario de estudiante universitario en dictadura, marchando en los años 80 por democracia, autonomía universitaria y libertad para los presos políticos. Son cientos, miles de niños, adolescentes, adultos y adherentes espontáneos, en el movimiento social más trascendente de esta década, que marca un punto de inflexión y sobre el que Noam Chomsky y otros intelectuales de la aldea global han puesto su atenta mirada y estudio.
Los estudiantes han colocado en el centro de la discusión la piedra de toque del sistema neoliberal imperante: el ánimo de lucro, amo y señor de nuestras vidas por sobre los derechos humanos más elementales. En este caso la educación, herramienta determinante en el grado de cohesión e integración y movilidad social, que continúa en manos de privados coludidos en su afán de enriquecerse a costa de esclavizar a generaciones enteras, bajo la premisa expresada por el propio presidente Piñera de que la educación, un derecho inalienable, representa para él y quienes como él piensan, un bien de consumo, una mercancía.
La «inteligencia tecnocrática» continúa abasteciéndose de conocimiento y fabricando gerentes en serie desde los «ghettos» de la Pontificia Universidad y otras santificadas casas de estudio, en desmedro de las grandes mayorías populares, bajo los preceptos de Hayek, Friedman y los especuladores de Chicago quienes cotizan a los seres humanos como una acción en cualquier bolsa de valores.
Y la autoproclamada «clase política» , dónde está?…
Las ideologías y los héroes que dieron su vida por los valores democráticos parecen ser una reliquia y testimonio de un pasado ajeno y distante al mundo actual del acceso virtual al conocimiento y la información y a una nueva modalidad de hacer política. La política de redes, ha modificado la relación gobernantes-gobernados en el mundo entero.
Los movimientos de masas convocados a través de las redes sociales se replican: Egipto, Israel, España en una serie interminable de democráticas y pacíficas puebladas de contenidos diversos impactan en los actores chilenos autoconvocados a gigantescas protestas. Los ciudadanos de a pie no se sienten representados por los actores de la política tradicional. El telégrafo digital y la red social han instalado un terreno insospechadamente innovativo, democrático y transparente de interacción y conocimiento entre diversos actores del cual Chile y ninguna sociedad podrá sustraerse.
En este rincón del mundo las demandas del movimiento más dinámico transversal, heterogéneo y auténticamente representativo del sentir popular en las últimas tres décadas dice relación, entre otros, con una reforma a fondo de la constitución política que otorga actualmente privilegios de clase a un selecto grupo de personas que vienen alternando en el poder por más de 20 años, con una reforma tributaria de equidad y muy especialmente con una educación a la que accedan los integrantes del quintil más pobre y desvalido de Chile.
Este pueblo vuelve a ser vanguardia de grandes movimientos sociales en América Latina. Sus estudiantes, faros de luz y dínamos en los procesos de transformación social, junto a los trabajadores y las capas medias pauperizadas, son los indignados de una conspiración democrática de alcance nacional y popular y de un nuevo paradigma de expresión política que llegó para quedarse.*****FIN*****
