Santiago de Chile, 15 de Septiembre 2011. (Radio del Mar. Fuente: Agencias). El papel de la especulación en la escalada de los precios de los alimentos continúa siendo objeto de debate por parte de los economistas. Sin embargo, pocos ponen en duda el hecho de que el uso masivo de sofisticadas herramientas financieras como los fondos indexados, la comercialización informatizada de alta frecuencia o las operaciones over-the-counter (fuera de plazas reguladas, como las bolsas) ha tenido una influencia en la volatilidad de los precios.
Cuando se trata de consumidores y productores pobres, los dientes de sierra pueden ser mucho más dañinos que una subida lenta de los precios, porque el margen de maniobra de los afectados es muy estrecho: para una familia africana o centroamericana que destina entre el 50 y 70 por ciento de sus ingresos a la alimentación, un incremento súbito del precio de los productos básicos significa sencillamente que dos de los niños (niñas, más habitualmente) deben abandonar la escuela.
Un informe presentado esta semana por la ONG World Development Movement (WDM) ofrece nuevos argumentos sobre este asunto, utilizando como punto de partida un hecho objetivo: durante los últimos cinco años, tanto el índice combinado de precios de alimentos que publica la FAO como el volumen total de operaciones especulativas en este sector se han multiplicado casi por dos.
La pregunta del millón es en qué medida estos dos hechos están relacionados entre sí, y los investigadores del WDM parecen tener clara la respuesta: la especulación copa espacios amplios de las operaciones financieras que se producen en los mercados alimentarios (en el caso de algunos productos, seis de cada diez operaciones son estrictamente especulativas). Este desembarco puede afectar a los alimentos de diferentes maneras:
– La conformación de los precios ya no depende solo de la oferta y demanda de cada producto, sino también de las opiniones subjetivas de unos operadores cuyos incentivos difieren a menudo del interés público (de eso, ay, sabemos algo en España). Más aún, al pasar a formar parte de fondos mixtos de inversión, el precio de los alimentos depende de otras materias primas aparentemente desvinculadas, como los metales.
– Las inversiones especulativas aceleran las presiones inflacionistas de los mercados, hinchando artificialmente el precio de varios productos.
– La presencia abrumadora de estos operadores ejerce un efecto conocido como ‘herding’ (‘seguir al rebaño’, literalmente), mediante el cuál los operadores siguen los pasos de los especuladores, con independencia de la información objetiva con la que cuenten en ese momento.
Otros informes -como el publicado por la organización alemana WEED con respecto a la crisis de 2008- ofrecen conclusiones parecidas. El problema es que esta información todavía es insuficiente. Por increíble que parezca, un asunto tan sumamente relevante para el bienestar y el futuro alimentario de regiones enteras ha despertado escaso interés entre los investigadores de las universidades y think-tanks. Eso dificulta el consenso para poner en marcha medidas que detengan el casino financiero en el que estamos atrapados. Los tímidos pasos que se han ido dando en EEUU y Europa -como la propuesta de la Comisión Europea para regular mejor las operaciones over-the-counter- podrían estar muy por debajo de lo que es necesario.*****FIN*****