Santiago de Chile, 22 de Septiembre 2011. (Radio del Mar. Fuente: Agencias). La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, abrió ayer con su discurso la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra en Nueva York. Fue la primera vez en la historia que una mujer dio inicio al encuentro.
Rousseff se enfrentó ante los líderes de prácticamente todos los países del mundo haciendo una propuesta que puede ser tomada como un ejemplo de su carácter: sostuvo que los países emergentes ya están prontos para ayudar a los desarrollados, y que esta es la fórmula para salir de la crisis internacional. Brasil es parte del grupo de los BRICS, que completan Rusia, India, China y Sudáfrica.
Rousseff, advirtió que la debacle financiera puede provocar una «grave ruptura social y política» en el mundo y pidió unidad para salir de ella. «O nos unimos todos y salimos vencedores o salimos todos derrotados», aseveró.
Rousseff manifestó que ya no interesa buscar responsables a la crisis, sino que lo importante es encontrar «soluciones colectivas».
«No es por falta de recursos financieros que los líderes de los países desarrollados todavía no encontraron una solución para la crisis, sino por una falta de recursos políticos y claridad de ideas», criticó duramente Rousseff.
Según la presidenta brasileña, «el desafío impuesto por la crisis es reemplazar teorías anticuadas, de un mundo viejo, por nueva fórmulas para un mundo nuevo».
«Como otros países emergentes -continuó Rousseff-, hasta ahora Brasil fue menos afectado por la crisis mundial, pero sabemos que nuestra capacidad de resistencia no es ilimitada».
Los países emergentes, aseguró, «queremos, y podemos, ayudar» a las naciones «donde la crisis es ya aguda».
Y, en ese sentido, Rousseff propuso «un nuevo tipo de cooperación, entre países emergentes y desarrollados» que sea «la oportunidad histórica para redefinir, de manera solidaria y responsable, los compromisos que rigen las relaciones internacionales».
Para lograr ese objetivo, explicó Rousseff, se debe, por ejemplo, coordinar «las políticas fiscales y monetarias» y «combinar» la solución del problema de la deuda «con el crecimiento económico».
Además, aseveró, «es urgente profundizar la reglamentación del sistema financiero» global y «controlar esa fuente inagotable de inestabilidad», además de supervisar «la guerra cambiaria». Rousseff también declaró estar en contra del «proteccionismo».
Otro Consejo. La presidenta aseguró que «Brasil está listo para cumplir con su parte» y, después de referirse a la situación en Haití y en Medio Oriente, entre otros, Rousseff dijo que -en ese frente- «la actuación del Consejo de Seguridad es esencial».
Pero «la legitimidad del Consejo depende cada día más de su reforma», estimó la presidenta, quien criticó la «falta de representatividad» del organismo, donde solamente cinco países cuentan con puestos permanentes y derecho de veto.
«El mundo precisa un Consejo de Seguridad que refleje la realidad contemporánea, que incorpore nuevos miembros permanentes y no permanentes, en especial representantes de los países en desarrollo».
Y «Brasil está listo para asumir sus responsabilidades co-mo miembro permanente» del Consejo, aseguró, repitiendo un reclamo que ya había hecho el expresidente, y su padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva cuando gobernaba.
Rousseff también expresó desde el podio el apoyo de su país al ingreso de un Estado palestino como miembro de pleno derecho a las Naciones Unidas, porque ese reconocimiento, dijo, «amplía las posibilidades de una paz duradera en el Medio Oriente».
Mujeres. «Es por primera vez en la historia de las Naciones Unidas que una voz femenina inaugura el debate general, es la voz de la democracia y de la igualdad», manifestó Rousseff al comenzar su discurso, levantando una salva de aplausos en el recinto.
«Tengo la certeza de que este será el siglo de las mujeres», agregó.
Tradicionalmente, a Brasil le corresponde abrir el debate de la Asamblea General en la sede de las Naciones Unidas, y por ello Rousseff fue la primera jefa de Estado en dirigirse a la tribuna de líderes mundiales reunidos en Nueva York, justo antes del presidente estadounidense, Barack Obama.*****FIN*****