Santiago de Chile, 22 de septiembre de 2011. (Radio del Mar)—Las más de 150 mil personas que este jueves marcharon en Santiago rechazando la “educación de lucro” reafirmaron la vigencia y las demandas del movimiento estudiantil enfrentado a un gobierno intransigente, cada vez más criticado por la ciudadanía y realizando mañosas maniobras para seguir defendiendo el enriquecimiento inmoral de empresarios y políticos a través del sistema educacional.
La masiva caminata además envió una potente señal de rechazo a las peculiares pero violentas propuestas del gobierno que amenaza a los escolares movilizados y que no se inscriben en los cuestionados programas especiales de estudio, de repetir y perder el año escolar.
Según la presidenta de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile, Camila Vallejo, que afirmó que en Santiago marcharon 180 mil personas, la masiva convocatoria refuerza «nuestras demandas que con o sin diálogo nosotros seguimos el movimiento y la movilizaciones también, porque todavía no cumplimos el objetivo y el gobierno ha dado respuestas insuficientes”.
En tanto el Alfredo Vielm vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) afirmó que el movimiento estudiantil está “retomando el ritmo luego de un clima de conversación hostilmente roto por el gobierno».
«Estamos volviendo a las calles y hoy tenemos una manifestación de carácter pacífico y cultural”, dijo el dirigente de los estudiantes secundarios.
Palabras que fueron apoyadas por el presidente de los estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson, quien señaló que las convicciones del movimiento estudiantil “llegaron para quedarse y estamos en un momento peak. Si el gobierno no está a la altura de estas demandas, tendrán que venir otros. Esperamos que el gobierno entienda esta señal”.
Frente a esto, el vocero de gobierno, el primo del presidente Sebastián Piñera, Andres Chadwick, de la derechista UDI, intentó desviar la atención de la masiva marcha y reafirmó la intransigente y violenta posición de Sebastián Piñera de no escuchar las voces de la ciudadanía organizada. «Una marcha más, una marcha menos, una marcha más grande, una marcha más pequeña, no va a cambiar lo que es el tema y la preocupación fundamental del Gobierno».