16 - febrero - 2025

Rechazan secretismo estatal y empresarial sobre árboles transgénicos en día contra monocultivo forestal

Santiago de Chile, 21 de Septiembre de 2011. (Radio del Mar)— En el marco del Día Internacional contra el monocultivo industrial de árboles, Organizaciones de medio ambiente y de estudiantes rechazaron este miércoles el modelo forestal chileno que “destruye los ecosistemas naturales, agota los recursos hídricos y el suelo y viola los derechos de las comunidades locales”.

Las organizaciones además rechazaron el secretismo estatal, empresarial y de sectores de la comunidad científica acerca de los intentos por transformar a Chile y territorios Mapuche en zonas donde se pueda cultivar árboles transgénicos.

Para informar a la ciudadanía, las ONGs realizaron este 21 de septiembre una feria ciudadana en el Paseo Bulnes, a metros del Palacio La Moneda y frente a las oficinas del Servicio Agricola y Ganadero (SAG) y de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), dos oficinas estatales que en el último tiempo han guardado silencio respecto a la destructiva expansión de las plantaciones de monocultivo de pino y eucaliptus.

En entrevista a Radio del Mar, Lucía Sepúlveda, de la Red de Acción en Plaguicidas (RAPAL-Chile) y vocera de la campaña “Yo no quiero Transgénicos”, afirmó que “las forestales con fondos públicos están experimentando para transferirle determinadas condiciones a los árboles para obtener un producto que les dé más rendimiento económico”.

Pero además en el caso “de los árboles transgénicos hay tanto o más secretismo que en el de los semilleros transgénicos en nuestro país, o sea nadie sabe dónde se están plantando estos árboles.

Además “son experimentos prolongados en el tiempo porque los resultados se ven en uno o dos años y entonces se requiere tiempo y varias hectáreas, pero no tenemos idea donde están los pinos y eucaliptus transgénicos que se han ido desarrollando en el último tiempo”, afirmó Sepúlveda.

La representante ambientalista denunció también la preocupación que existe en las comunidades porque se está experimentando también con especies nativas. “Se habla del desarrollo de esta estrategia en especies nativas, en Lenga y en Raulí, y eso es mucho más preocupante, porque cuando comienzan a trabajar la transgenia en nuestros árboles nativos es como una amenaza final a nuestros bosques”.

Por su parte Eduardo Giesen del Colectivo Viento Sur, junto con rechazar el secretismo en la estrategia de imponer plantaciones de árboles transgénicos, rechazó también que el gobierno, la FAO y la industria señalen que los monocultivos industriales son bosques. “no podemos concebir que las plantaciones a gran escala, de árboles exóticos sean considerados como bosques. Los bosques son los bosques nativos, los que contienen vida, biodiversidad y que además se les llaman selvas, como la selva valdiviana y tiene ecosistemas característicos”.

“La definición que han realizado los sucesivos gobiernos no es antojadiza, claramente lo han hecho para confundir a la ciudadanía de tal manera que los ciudadanos no reacciones frente la imposición de un modelo y ocupación de un territorio. Lo que están logrando a través de esta manipulación ideológica es usurpar territorios campesinos e indígenas”, agregó Giesen.

En tanto Lucio Cuenca del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) afirmó que el modelo forestal chileno no solo se expande en territorios del país, sino que la misma forma de funcionamiento están utilizando estas compañías para ampliar sus producción en otros países de latinoamérica.

“Las plantaciones y la expansión de monocultivos ha significado sustitución de bosque nativo, pérdida de biodiversidad, perdida de suelos agrícolas, es decir hay una buena cantidad de suelos que antes producían alimentos claves y ahora son monocultivo de pino y eucaliptus”, afirmó Cuenca.

Respecto a los sistemas de certificación forestal como los impulsados por la organización internacional WWF el director del OLCA afirmó que “lo que están buscando es legitimar un negocio que no se hace cargo de sus impactos, que está siendo subsidiado por el Estado, es decir todos los chilenos y chilenas y los pueblos indígenas están obligados a transferir sus recursos para engrosar los bolsillos de los Matte, los Angelini o del empresario suizo Stephan Schmidheiny, que además son los que están ligados este proceso de certificación que es maquillaje verde y marketing”.

Cuenca también afirmó que los impactos de las plantaciones forestales no solo se dan en los lugares donde están los monocultivos o en las comunidades aledañas sino que también en el sector costero a través de las factorías de Celulosa. “El 50 por ciento de estas plantaciones son transformadas en celulosa, y en Chile esta producción es la más lucrativa y de menor costo para las empresas, pero de alto impacto para las comunidades”.

El director del OLCA además alertó a las organizaciones de otros países pues el mismo modelo chileno se está exportando a toda Latinoamérica.

En la actividad estuvieron presentes las siguientes organizaciones:

Colectivo VientoSur • Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, OLCA • CCAA Ing. Forestal, Universidad de Chile • Radio del Mar • Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, AIFBN • Marcha Mundial de las Mujeres, Chile • ECOCEANOS • Campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile • Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina, RAP-AL • Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI • AMAPACH • Mapuexpress.

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