La petición de Unesco a Chile de detener la construcción del Mall Barón y el Terminal Nº 2 no solo es un gran espaldarazo al relato de defensa de nuestra ciudad que hemos construido ya hace más de una década, algunos desde el principio y los más estos últimos años, discurso sensato por sobre todo que busca defender las cuestiones historiológicas e identitarias que nos son propias y que nos diferencian de otras ciudades de nuestra patria y del mundo.
Por: Jorge Bustos
Nueva Fuerza
05 de mayo de 2014
La sensatez intelectual del mundo reunida en la Unesco ha llamado a terreno al estado de Chile, para exigir la detención de las obras que delirantes autoridades han anunciado reiteradamente para nuestra ciudad, inconsultas e impuestas por ese centralismo que cada día es más evidente que debe ser superado. Hace presente que ser Patrimonio de La Humanidad, no es título que permite a mediocres y mercanchifles inventar proyectos que “embellecerán” y aran más “atractivo” el sitio patrimonial.
Uno cada día se convence más que los jóvenes pusieron la consigna precisa y necesaria sobre el tapete político “Educación de Calidad” es que no se entiende si, la declaratoria y el contrato con UNESCO dice que se debe cuidar y preservar la ciudad, se siga pretendiendo modificar su esencia, con edificios y proyectos de mal gusto desechados por sus mentores.
Es evidente que lo planteado por la UNESCO tienen un sabor amargo para quienes han defendido este proyecto, es decir el recado o el mensaje que envía el organismo internacional al estado chileno, es simplemente que las autoridades y los supuestos líderes políticos que propusieron esto son un grupo de mediocres solamente buenos para los negocios, dentro de ellos destacan diputados, ex ministros, ex intendentes, ex vicepresidente de la república y claro varios alcaldes.
Ahora en el funeral del Mall Barón aparecerán discursos y personajes que han estado al cateo de la laucha, dirán que nunca estuvieron con el proyecto y que la ausencia de su opinión crítica fue una decisión política, en buen chileno “cobardes”. Sin afán de ser sectario y para que todo vuelva a su normalidad, me gustaría que en su oportunista discurso integraran la necesidad de anular el decreto presidencial Nº 144 que firmara el 2006 la actual presidenta.