La huelga de hambre de más de presos políticos Mapuche en vísperas del tan esperado Bicentenario dejó en evidencia las falencias del sistema político chileno, marcando para siempre los primeros años de labor de la periodista de Radio Universidad de Chile, Paula Correa, que desde sus años de estudiante intenta defender y difundir la memoria frente al olvido, motivo que se imprime en el libro “Nace una voz”, que se desprende de su tesis de pregrado y que se podrá conocer este martes 10 de junio.
Por: Paola Henríquez
Mapuexpress.org
– Cuéntame cómo gestaste escribir el libro “Nace una voz”
– Siempre me dio vuelta la idea del 2010 como “el año del Bicentenario”, pensando en que, en este Bicentenario del que tanto se hablaba, había algo más que no se estaba mencionando. Se apuntaba a la eterna promesa de la modernidad, pero habían otras cosas estaban pasando ese año 2010… y empezaron las huelgas. Yo hice la práctica en la radio Universidad de Chile y me tocó justamente cubrir este tema, siendo pajarito nuevo. La cobertura fue casi mía, porque era un asunto al que comencé a hacerle seguimiento, por lo que tuve todo el material de las entrevistas que había hecho a los comuneros, a los voceros principalmente, a las autoridades políticas: senadores, diputados, los diálogos con la Iglesia, las negociaciones. Y dije: “tengo un material tremendo de un fenómeno que pasó el mismo 2010, que es mirar la fecha en la que estamos desde un punto de vista totalmente diferente y no quiero que se pierda. Quiero que, cuando la gente recuerde este año, sepa que hubo una huelga de 81 días con una cantidad de dirigentes que era descomunal, sobrepasando las 36 personas.
– ¿Cómo viste a la sociedad civil frente a este fenómeno?
– Hubo un fenómeno interesante de vinculación con la sociedad civil, en el sentido de como la sociedad chilena tomó consciencia y se empezó a movilizar, desde momentos que fueron súper criticados, como la huelga de los parlamentarios que se tomaron la cárcel y que duró poquito, a otro tipo de apoyo solidario como fue por ejemplo el ayuno voluntario de la Fech, al que se sumaron dirigentes sindicales, ambientales, de toda índole. Al final era ver queel movimiento iba aumentando como un alud, una bolita de nieve chiquitita que va creciendo y creciendo hasta llegar al mes de septiembre, el mes del Bicentenario y realmente estalla. Este fenómeno fija un precedente bien relevante, de lo que hoy día es la continuidad de esta lucha y como fueron los años anteriores. Yo creo que el 2010 es un punto de inflexión.
– ¿Cuál es el rol de Natividad LLanquileo en tu libro?
– En la huelga hubo varios voceros, de los distintos centros penales. En Concepción estaba Natividad Llanquileo. Me llama la atención como Natividad comienza a aparecer en los medios de comunicación, de repente con más fuerza que los otros voceros, y me pregunto ¿qué pasa con ella?, ¿qué pasa por ella?, entonces veo que en paralelo se está dando un proceso interior en la vida de Natividad. Además, me llamó la atención que Natividad y yo teníamos la misma edad y estábamos en la misma etapa de la vida. Era como un proceso simultáneo y me interesó la figura de este personaje, porque en una entrevista contó que antes de ser vocera de los huelguistas, tenía pánico escénico y me pareció sorprendente. En el libro se trata cómo fue el cambio de ella y cómo es eso paralelo con un proceso que está ocurriendo con los comuneros Mapuche y con la sociedad chilena. Lo que hago es conversar con ella y hacerle una entrevista más en profundidad, recopilo todas las entrevistas que le han hecho para ver cómo fue su experiencia como vocera de la huelga de hambre. Fue una colaboración que ella me prestó de muy buena onda y le estoy muy agradecida de haber tenido esas conversaciones que me permitieron intercalar tres momentos del libro con su experiencia, “interrumpiendo” de alguna manera el relato sobre los huelguistas.
– Cuando llegue recién a ejercer el periodismo este fue el primer tema en que me metí en profundidad y tuve que leer, investigar y observar para entender bien lo que estaba pasando. Fue un proceso bien desgastador para el pueblo Mapuche, porque fue una huelga larga y polémica. Surgía siempre mucha información, había que estar atento. Yo aprendí mucho de la huelga de hambre y me impacto muchísimo también el hecho de que un grupo de personas esté dispuesta a estar tanto tiempo sin alimentarse y por una causa que tiene raíces históricas, que es un tema político, y que al 2010 parecía que estaba siendo casi ignorado en su origen, lo que me llamaba profundamente la atención y hacía que me involucrara con el trabajo. Así que si alguna vez dudé de ejercer el periodismo, después de reportear la huelga, ya no dude más.
– ¿Cómo se vincula tu libro al proceso de lucha de la nación Mapuche?
– Sería soberbia si dijera que yo puedo aportar a la lucha de los comuneros. Lo que pretendí era dejar un registro de lo que había pasado, porque mi sensación era que lo sucedido era tan potente que no podía diluirse y no tener un registro claro al cual se pudiera acudir. Suele pasar con estos temas que están al margen de la agenda informativa, y que incluso son parte de lo que muchos comuneros y organizaciones han denunciado como “el cerco informativo”, que no hay material formalmente escrito y trabajado. Lo que yo quería hacer era que en una misma fuente de información estuviera todo junto, a mano. Lo que pretendí hacer no es un aporte a la causa o al movimiento mapuche, es un aporte al trabajo de documentación, dar voz y dejar registro del proceso, que es a lo que creo que puedo aspirar.
– ¿A quiénes quieres que llegue tu libro?
– Si estamos en Chile o en el Wallmapu todos debemos leerlo, creo que para los comuneros, para el pueblo Mapuche es importante releer esta historia y creo que es más fundamental para la sociedad chilena revisar la historia. También a los que no entienden que sucede, a los que están al medio del conflicto, yo creo que el libro les puede ayudar a ver otra cara. También la Iglesia, los políticos, las organizaciones, para que revisen su participación… Creo que es un tema tan importante y transversal que deben leerlo los Mapuche y no Mapuche.
– Podrías hacer una invitación al lanzamiento de tu libro
– (Ríe)…Para interesarlos, un llamado a ver que en este libro hay un esfuerzo por romper el silencio, darle la voz y registro a un tema que fue súper importante para la sociedad en su conjunto. Acá en el lanzamiento van a poder acceder al libro. Quienes lo van a presentar que son personas súper valorables para mí, que fueron guías de este trabajo. José Bengoa es el rector de la Universidad de Humanismo Cristiano, e investigador del ICIIS que becó mi tesis. Creo que la mirada que puede tener él como antropólogo chileno es interesante. Paula Vial, ella fue Defensora Nacional justamente para el 2010, el año de la huelga y al final el gobierno de Sebastián Piñera le pidieron su renuncia, después de manifestarse fuertemente frente a las irregularidades jurídicas que se estaban cometiendo y que sin un tema que atraviesa todo el libro. Ella hizo también, como José Bengoa, el esfuerzo de sacar la voz. Y Natividad Llanquileo, allí tienen que leer para ver su proceso, pero ella también hizo una transformación desde su pánico escénico a ser uno de los voceros con más figuración en la prensa. Se juntan estás tres miradas y me parece que eso para la gente que esté acá puede ser súper importante. Estará también Juan pablo Cárdenas, el director de la radio y quien tuvo un rol importante como guía de mi tesis. Así que invitarlos a poder llegar, escuchar y revisar lo que puede salir de esta presentación y a acompañarme porque yo también estoy en este mismo proceso de sacar la voz.*****FIN*****