Omar Cid fue seminarista de los Hermanos Inmaculada Concepción. Conoció a Mariano Puga y trabajó con José Aldunate en el Movimiento contra la tortura, Sebastián Acevedo. Omar Cid considera que el actual cardenal Ezzatti ha preferido alinearse con los sectores más conservadores y defender los privilegios y discriminar a los curas que han sido generosos con el pueblo.
“Tenemos contraída con Cristo la obligación de cambiar con la mayor rapidez posible la realidad nacional, para que Chile sea Patria de todos los chilenos por igual. No queremos actitudes violentas y superficiales que dejen intacta la miseria. No queremos tampoco contentarnos, dejando las cosas como están, con vagas promesas de un cambio que nunca llega”.
(El deber social y político en la hora presente. Carta Pastoral de los Obispos de Chile. 18 de Septiembre 1962).
La iglesia católica ha jugado un papel fundamental en las transformaciones sociales del Chile de los últimos cincuenta años, no se puede entender ese proceso sin hacer mención al Concilio Vaticano II, a la Encíclica “Mater et Magistra” elaborada por el Papa Juan XXIII en 1961 y en un plano más terrenal y político, al programa de ayuda económica para América Latina conocido como “Alianza para el Progreso” digitado desde el Pentágono, cuyo objetivo principal era evitar la expansión de la revolución cubana en el continente.
Tal proyecto contenía tres ejes fundamentales: Una reforma agraria, para mejorar la productividad agrícola, abrir las puertas del libre comercio en la región y mejorar el acceso a la educación intentando erradicar el analfabetismo, en nuestro país uno de sus principales exponentes fue Eduardo Frei Montalva.
Así la iglesia católica chilena de inicios de los años sesenta, era plenamente consciente de la necesidad de transformar la realidad, tanto el Cardenal Raúl Silva Henríquez como uno de sus grandes obispos, Manuel Larraín de Talca, facilitaron el proceso de reforma agraria entregando los fundos de su pertenencia a un número de 301 campesinos, dicha acción legitimó la reforma como un camino concreto de justicia social.
Los sacerdotes y religiosas de ese entonces, la Conferencia Episcopal de ese entonces, abrieron sus ventanas y puertas a los nuevos tiempos, donde los pobres tenían un lugar destacado, preferencial en su ministerio.
Hoy Chile se encuentra bajo nuevos vientos de cambio, ya no es la reforma agraria, es la educación, la segregación espacial, social y económica, la que nos afecta gravemente. Es otro período, con distintos sacerdotes y Obispos, con otros modos de concebir el papel de la propia iglesia en la sociedad, sin embargo ante la injusticia, la desigualdad y la segregación, el actual cardenal Ezzatti, ha preferido alinearse con los sectores más conservadores, ha preferido defender los privilegios de la institución católica en el ámbito educacional, ha privilegiado seguir consumando la discriminación, los de ayer tuvieron un gesto generoso, convocados, remecidos por la realidad, el señor cardenal en cambio, prefiere las comodidades y prebendas del color púrpura.
Ezzatti y seguro otros integrantes de la actual Conferencia Episcopal, se han sentido interpelados por los dichos de algunos sacerdotes, cuyo testimonio de vida, han sido una bendición para los que son creyentes y motivo de admiración para quienes no profesan el credo católico, el profundo sentido humano de religiosos como José Aldunate, Mariano Puga y Felipe Berrios, su solidaridad con los que sufren, su voz fuerte y clara, se han transformado en un gesto de “santa indignación” ante la inconsistencia de quienes debieran tener en el centro de sus preocupaciones, a los más sencillos, los excluidos, los despojados de toda dignidad de seres humanos.
Reciban ustedes José, Mariano y Felipe, nuestra solidaridad, nuestro respeto y admiración como medio cuyo objetivo es informar, en cuanto a usted señor Ezzatti, la historia y la opinión de los hombres de buena voluntad que sea su condena.
Por Omar Cid, Director de www.cronicadigital.cl
Santiago de Chile, 13 de octubre 2014