09 - noviembre - 2024

Marqués de Sade: Bicentenario de su muerte y los deseos reprimidos y los corazones sin placer del chileno

sade_1800x1075
Por Omar Pérez Santiago

Las víctimas engendran los verdugos
Octavio Paz

La monarquía, la iglesia y el control social se fracturaron cuando el Marqués de Sade nombró los deseos reprimidos.

La mojigatería, la beatería y la ridiculez pudorosa lo encerraron en cárceles y manicomios. Hace doscientos años murió un día 2 de diciembre de 1814 en el manicomio de Charenton, un gulag francés, «un escondrijo secreto para los desechos morales de la sociedad burguesa» (Alfonso Sastre dixit).

Pero, el Marqués de Sade subversivo y transgresor dejó una profunda huella en la cultura, en escritores, artistas y cineastas como Delacroix, Rodin, Degas, Cézanne, Picasso, Man Ray, Bacon, Pasolini, Buñuel, Baudelaire, Flaubert, Huysmans, Apollinaire y los surrealistas.

El chileno que más cerca ha estado de la obra y el espíritu del Marqués de Sade es Alejandro Jodorowski. Desde su participación en el frenético grupo Pánico, con Fernando Arrabal y Roland Topor en los años 60, un grupo surrealista delirante que hacía papilla con las vaquillas sagradas. Y en que el resurgimiento de Marqués de Sade era el antecedente de la gran revolución sexual en proceso.

Son los inicios de los años 60, pues.

Con Jean Benoit, el grupo Pánico habían ejecutado el testamento del Marqués de Sade, «Ejecución del testamento del marqués de Sade», donde involucran a Roberto Matta y Octavio Paz, todos sudacas surrealistas en París que le rindieron culto a su santo patrono, el Marqués de Sade, «el ente más libre que jamás haya vivido».

Llegarían los años 80, y la desmesura punk de Sex Pistols o las performances sexuales en el escenario de Wendy O Williams, contenían algo o mucho del alma del Marqués de Sade y de la arista delicuencial de Jean Genet.

Jodorowski estrenaría su famosa película freak, “Santa Sangre” (1989), influenciada por la película de Fernando Arrabal, “Viva la muerte” (1971). Que a su vez se alimentaba del cine de Luis Buñuel, cine sádico desde sus inicios, el año 1929, con “Un perro andaluz” y la escena del globo ocular seccionado.

“Marat-Sade” de Peter Weiss se estrenó en el moderno Instituto de teatro de la Universidad de Chile el 25 de noviembre 1966, un hecho cultural apasionante, dirigida por William Oliver, con Franklin Caicedo y Tennyson Ferrada en los roles centrales.

Pero, hoy se recuerda el montaje más por que un joven Víctor Jara fue ayudante del director, que por las circunstancias vitalistas y revolucionarias de la obra: esto es: una renovación y crítica de las ideas de una cierta izquierda, esa llamada izquierda que soñaba el paraíso de la libertad, pero terminaba en tiranías, como las tiranías soviéticas. «El sueño de la razón produce monstruos».

(¿Cuándo se detendría la sangría de la guillotina?).

Un Marat que no olvida que el actor debe ser el pueblo y no una elite de oportunistas.

(Esto también es actual hoy: Ayer los aristócratas, hoy los funcionarios oportunistas).

En Chile, el Marqués de Sade entró y salió en la poesía de Gonzalo Rojas.

Braulio Arenas, el capitán del grupo Mandrágora, le escribió un poema a Sade y tradujo las 19 páginas de “Estatutos de la Sociedad de los Amigos del Crimen”, publicada por Ediciones Mandrágora en 1958 y el cuento “Diálogo entre un sacerdote y un moribundo”, editado en Buenos Aires en 1948.

El Museo d’Orsay de París ha organizado ahora una exposición bajo el título “Sade. Attaquer le soleil” (Sade. Atacar al sol).

El Marqués parece estar vivito.

Se vuelve a debatir y a discutir sobre el deseo, el exceso, la ferocidad, la libertad.

¿Quién escribe radicalmente hoy en Chile sobre los deseos reprimidos, sobre los tantos corazones sin consuelo y sin placer, sobre los extensos deseos reprimidos en Chile?

¿La represión del instinto, vigilar y castigar, que nos está llevando a la demencia?

El sistema brutalmente sádico que pide que nos inclinemos mental y físicamente.

¿La piel escoriada de tanto estar sentado sumiso, viendo televisión manipulada?

¿Quiénes son acusados de ofensas literarias?
Pocos.
Pocos escritores.
Pocos, pero buenos.

Omar Pérez Santiago ha publicado los libros de cuentos Memorias eróticas de un chileno en Suecia y Nefilim en Alhué. Recientemente ha publicado la novela Allende, el retorno.

250238_860249813998650_1757012500632382362_n

[gs-fb-comments]
spot_img

Últimas Informaciones

Artículos Relacionados