Hasta hace poco tiempo, era desconocido para muchos y exiguos los intentos por colocar en el común saber, la idea de impulsar a Chiloé como una fuente de energías renovable para el país. Ciertamente una idea innovadora, contemporánea y estratégica, consonante con los mensajes de devastación que trae el calentamiento global y escasez de recursos no renovables ante un acelerado crecimiento.
Y así, de un momento a otro, en sólo un par de años, nos vimos en medio de una nueva forma de imposición pasiva del bien o mal llamado progreso, siendo objetivo de una decena de proyectos energéticos destinados a la isla grande de Chiloé, lo que nos puso en status quo: flanqueados por un lado con mensajes de desastres naturales globales y escasez energética nacional, y por otro lado con el paradigma del desarrollo insular basado en decisiones mínimamente soberanas.
Lee aquí un reporte del Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural de Chiloé CECPAN.
http://cecpan.org/wp-content/uploads/2015/01/Hacia-d%C3%B3nde-vas-Cordillera-de-Piuch%C3%A9.pdf