La destrucción de eucaliptos transgénicos por campesinas brasileñas que ocuparon el 5 de marzo las instalaciones de la empresa biotecnológica Suzano-FuturaGene, puso en alerta la situación que se vive en los demás países de América en relación a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y sus efectos ambientales.
La Gran Época
marzo de 2015
Las razones por las cuales científicos, agricultores y residentes en torno a estos monocultivos los rechazan, se concentra en la destrucción del medio ambiente, la contaminación y el dramático aumento del consumo de agua, lo que ocasiona una inminente sequía.
En la vasta bioma pampeana que ocupa grandes extensiones de Brasil, Uruguay y Argentina, los gauchos llaman a las plantaciones de monocultivos de árboles, “desierto verde, donde nada vive”.
Cuando en 2011, la empresa UPM Forestal se instaló con viveros de eucalipto transgénico en Uruguay, a 12 kilómetros de Guichón, prometió un aumento del 30 por ciento en la producción, según el medio OLCA, asegurando que para mantener las calderas usaría como combustible su propia madera, pero sus representantes no aclararon el tema del agua y de los agrotóxicos que se utilizarían.
Hoy, FuturaGene, propiedad de la empresa de papel y celulosa Suzano, promete en Brasil a través de su portal y en Youtube, un aumento del 20 por ciento de producción de eucalipto con los transgénicos, asegurando que este beneficio es un beneficio económico socio ambiental.
Pero la realidad es diferente según el reporte de Paolo Giardelli, en el film divulgado por la Organizacao e Filmagens en 2012:
- “El árbol de eucalipto consume aproximadamente 30 litros de agua por día, causando la erosión y salinización del suelo”.
Se puede concluir que el eucalipto transgénico clonado consumirá del 20 a 30 por ciento más de agua al día.
- Una única fábrica [de eucalipto] consume al día “una inmensa cantidad de agua y emite gases nocivos para las personas y el medio ambiente”.
- No hay nada vivo o natural en las plantaciones de monocultivos. “No producen absolutamente nada que tenga conexión con la naturaleza y sus especies”, según la bióloga María Carmen Sastrem Bastos de InGá.
- La bióloga afirmó que en el año 2012, se introdujo el eucalipto transgénico y que sus consecuencias adicionales -al ya efecto nocivo de los monocultivos- es impredecible.
- Como es imposible atravesar las extensiones de kilómetros de árboles pegados uno al lado de otro, las especies de animales desaparecen porque no hay alimentos en esos lugares.
- “Todo proceso químico es altamente residual y eso inquina a la naturaleza y elimina las especies”, según Serdio Reis, del Movimiento World Rainforest.
- Pese a los intentos de mantener cultivos en los alrededores de las plantaciones, en sus entornos, la realidad de destrucción medioambiental es evidente, sumado a otras actividades del hombre.
- Los eucaliptos transgénicos, plantados uno al lado de otro no producen flores en la parte baja, y son grandes problemas, “es un riego muy grande”, aseguró la especialista (ver galería de imágenes).
- Se aplican herbicidas en árboles enteros, destaca Enio Paiva, técnico forestal, por lo que después de cortado no brotan más.
Por el conflicto en Brasil, el Movimiento World Rainforest destacó los siguientes riesgos del eucalipto transgénico el pasado 27 de febrero, en una apelación al gobierno de Brasil para evitar la liberación legal oficial de estos productos:
- Se perdería el importante sector de la economía de miel orgánica, libre de transgénicos. Al respecto explicó que los estudios científicos presentados son insuficientes. “La producción de miel actual de Brasil es de más de 40.000 toneladas al año, y el sector abarca 500.000 productores de miel, principalmente agricultores familiares de pequeña escala, y dos millones de colmenas”.
- Se declara una alerta por la aplicación a gran escala de los agrotóxicos usados en estos árboles, “y el voraz consumo de agua por monocultivos de eucalipto en un país que enfrenta en estos momentos una de las crisis más graves de agua”.
- La inserción de eucaliptos transgénicos en este modelo no aliviará, y sólo empeorará los impactos sobre el medio ambiente, la biodiversidad y las comunidades indígenas y locales
- “Las condiciones de vida de las comunidades rodeadas de operaciones de Suzano se han destruido hasta el punto de que ahora están luchando para garantizar su soberanía alimentaria y están cada vez más en riesgo de perder sus territorios”.
- El impacto a las abejas polinizadoras afecta a toda la agricultura.
Una manera que utilizan las comisiones legislativas para aprobar las plantaciones transgénicas es omitir los estudios ambientales que demuestran los riesgos, destacó hace un par de semanas el director de la Asociación Soil, Peter Melchett, al referirse al caso del Reino Unido, donde un grupo de parlamentarios busca liberar los productos anunciando sólo los beneficios económicos para las empresas emprendedoras.
Malcon Mallison, en el reporte de Transgénicos en Sudamérica de 2011, explicó que “en Sudamérica los primeros cultivos transgénicos a nivel comercial se empezaron a sembrar en suelo argentino en el año 1996 usando semillas de soya transgénica (Soya RR). Casi simultáneamente se introdujeron de manera ilegal en el Estado de Rio Grande do Sul en Brasil y desde allí pasaron a Paraguay y Bolivia”.
A nivel legal, Mallison destacó que las medidas de autorización, fueron tomadas, en general, por los Poderes Ejecutivos de los gobiernos a través de decretos supremos o acuerdos ministeriales, con cláusulas de confidencialidad en los expedientes, justificadas por razones comerciales.