Los SS.CC. argumentan que Barros Madrid está «comprometido en las acusaciones de abusos realizadas en contra de Fernando Karadima; y, por tanto, su nombramiento no está en sintonía con la tolerancia cero que está queriendo instalar la Iglesia». La Congregación religiosa teme que la mantención de Barros puede tener consecuencias gravísimas tanto para Barros Madrid como para la Iglesia.
Santiago, 16 de marzo de 2015. (Radiodelmar.cl)– A pesar que la representación de El Vaticano en Chile confirmara el nombramiento de Juan Barros como obispo de Osorno -sin tomar en cuenta el rechazo que provoca su designación debido a su vinculación con hechos de abuso sexual a menores perpetrados por el cura Karadima-, las voces para que renuncie a la jefatura de esta diócesis comienzan a ser cada vez más potentes. Ahora es la poderosa congregación de los Sagrados Corazones (SS.CC.)q ue públicamente ha demandado su renuncia para que su mantención en el cargo no se transforme en «una catástrofe con pérdidas irreparables».
Este lunes el sitio web de esta congregación titulo un artículo «Monseñor Juan Barros debiera renunciar», exponiendo que el canon 401,2 del código de derecho canónico afirma que «se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo».
Los SS.CC. argumentan que Barros Madrid está «comprometido en las acusaciones de abusos realizadas en contra de Fernando Karadima; y, por tanto, su nombramiento no está en sintonía con la tolerancia cero que está queriendo instalar la Iglesia».
Agregan que el nombramiento de Barros ha «sido una decisión llevada adelante en solitario por el Nuncio Apostólico, sin el respaldo de la mayoría de los obispos de Chile. Cuesta entender cómo es posible que todavía se den este tipo de mecanismos, que llevan a una decisión con tan poco respaldo».
La Congregación religiosa teme que la mantención de Barros puede tener consecuencias gravísimas tanto para Barros Madrid como para la Iglesia. «Tenemos que tomar en serio el hecho de tener un pueblo de Dios más empoderado. El Papa nos ha llamado a hablar con “parresía” (con libertad, sin miedo) y, por eso, las consecuencias de la llegada de Monseñor Juan Barros a la diócesis de Osorno pueden ser gravísimas, para él mismo y para la Iglesia».
«Hay un momento en que los incendios son controlables: basta con dos o tres compañías de bomberos. Por eso es clave que quienes llegan primero al lugar evalúen la correcta dimensión de la emergencia. Si se equivocan, lo que parecía un pequeño incendio se transformará en una catástrofe con pérdidas irreparables. Que la sabiduría aprendida de nuestras catástrofes naturales nos ayude a evitar las catástrofes eclesiales», dicen los SS.CC.