Diego Ancalao, vicepresidente nacional de la Izquierda Ciudadana, señaló a RdM que los políticos que administran el país están transformados en “monigotes de los grupos económicos”, porque mantienen la lógica de la negociación bajo cuerda y los que están financiados por Penta, SQM y por los empresarios deben renunciar.
Asimismo, sostiene que “la denominada Bancada estudiantil” desciende y depende de la pequeña y mediana burguesía.”
“En pleno proceso de constitución de comités comunales está la Izquierda Ciudadana en La Araucanía y también en el país. La misión no ha sido fácil. La clase política enfrenta hoy un escenario adverso que dificulta la misión de quienes hoy trabajan para encantar a la ciudadanía y hacerle ver que la única forma de lograr un cambio es haciéndose parte de los procesos, de manera organizada y participativa,” afirma Diego Ancalao
Diego Ancalao, joven vicepresidente nacional de la Izquierda Ciudadana, es más bien optimista y está convencido de que las cosas puedan cambiar. Considera que ya él es muestra de cambio y se ha dado a la tarea de hacer ver a los chilenos que los espacios para corregir las injusticias existen y que sin dejarse llevar por los vicios del pasado, ni haciéndose cargo de irregularidades cometidas por otros, cree que la política es la forma para avanzar, haciendo uso de la democracia que garantiza la Constitución.
¿Qué está causando el evidente desencanto con la política?
La vieja lógica de la política de negociar bajo cuerda. La ciudadanía se dio cuenta que las campañas son financiadas por grupos económicos y que es por eso que no se ha modificado la Constitución ni se hacen leyes que realmente beneficien a la gente… Por eso que aún mantenían la concesión del agua y aún mantienen pendiente muchas deudas con las AFP… Creo que quienes han estado administrado el país han estado trabajando para intereses económicos y personales, y no para la mayoría del país.
Pero la Nueva Mayoría y sus partidos ofrecían ese cambio…
Efectivamente y como Izquierda Ciudadana creemos que el proyecto de la Nueva Mayoría es el más progresista que ha habido desde el regreso a la democracia. Es un gobierno progresista que habla de cambiar la Constitución, de cambiar la educación, pero el problema que tenemos es que los políticos que administran el país son del siglo pasado y son precisamente ellos los que hoy mantienen las lógicas de la negociación bajo cuerda, que los transforma en monigotes de los grupos económicos. Ante eso, el tema es que nosotros, los políticos nuevos, los que estamos ingresando recién a la dinámica del poder, no tenemos por qué pagar los costos de otros o de sus decisiones políticas.
¿Cómo es posible que esos políticos ofrezcan un cambio, sabiendo que ellos tienen las manos sucias?
Estamos completamente de acuerdo en que hay partidos políticos que tienen las manos sucias, también muchos parlamentarios, algunos ministros y esposas de ministros. Pero el nuestro es el único partido de la Nueva Mayoría que no tiene las manos sucias, que no es financiado por grupos económicos. El diputado que tiene nuestro partido nunca ha sido financiado por grupos económicos, nunca ha sido vasallo de los intereses capitalistas. Por lo tanto, en ese sentido, en la Nueva Mayoría hay personas que tienen las manos sucias y eso está comprobado, pero nuestro partido es la excepción y yo no puedo hablar en nombre de quienes tienen las manos sucias
¿Qué deben hacer los partidos y los propios políticos?
Los políticos tienen que hacer conexión con la ciudadanía. Hoy esa conexión está totalmente separada entre lo que la sociedad necesita y los negocios que hace la clase política. Los políticos deben modernizarse, sincronizar con la ciudadanía y resolver los problemas que tiene el pueblo. Tienen que olvidarse de esos discursos de llegar a acuerdo, de tapar las cosas, de “arreglarlo entre nosotros”. Eso la ciudadanía no lo quiere. Lo que tienen que hacer los que administran el país es recuperar la credibilidad, eliminar las AFP, cambiar la Constitución, hacer una asamblea constituyente y hacer una reforma laboral para los trabajadores y no para los empresarios. Deben demostrar en la práctica lo que ellos predican.
¿Cómo pueden preocuparse de la ciudadanía si están todos pendientes de no ser relacionados a escándalos como Penta y SQM?
Ese es el problema de la clase política. Están preocupados de salvarse solos y no de salvar a la ciudadanía. Los políticos quieren que la ciudadanía crea en ellos. Pues bien, que demuestren credibilidad con cuestiones concretas y eso tiene que ver con sacar adelante las reformas que el país necesita y dejar de seguir salvándose solos. Que dejen de preocuparse de eso de las boletas, de lo contrario, no tienen ninguna posibilidad. La responsabilidad de cambiar esta situación es inevitablemente nuestra.
¿En concreto?
Creo que los políticos que fueron financiados – y pienso que la ciudadanía espera lo mismo-, por Penta, SQM y por los empresarios, deben renunciar, porque definitivamente no cuentan con la credibilidad popular.
¿No afectará también el hecho que los rostros en política – digan lo que digan – se repiten?
Se repiten las mismas familias, se repiten los mismos nombres. Desde que Chile se constituye como país se repiten los Errázuriz y otros. Pero lo que la ciudadanía necesita es empoderarse y no sólo participando a través del voto. Ya se demostró que esa participación mediante el voto es totalmente instrumental y no ayuda a que el pueblo resuelva sus problemas. La participación política de la ciudadanía debe ser aún más empoderada. De lo contrario, los políticos van a seguir haciendo sus negocios. De ahí que la reforma a la Constitución tiene que ver con iniciativas de ley populares y que las puedan presentar la ciudadanía. En ese sentido la Constitución hoy está bloqueada.
Hoy hay rostros nuevos en el Congreso, líderes que surgieron básicamente del Conflicto Estudiantil. Sin embargo, da la impresión de que desde adentro, no logran impactar tanto como sí lo hacían desde las calles, en las masivas marchas que los hicieron conocidos…
Lo que pasa es que la llamada Bancada Estudiantil no representa a la ciudadanía, porque también dependen y defienden -lo que no es una crítica social ni resentimiento de mi parte- la pequeña y mediana burguesía, y la Bancada Estudiantil no es más que eso, con menos edad y con otros nombres, pero descendiente y perteneciente al mismo grupo económico que no ha vivido la pobreza, la falta de agua ni la falta de oportunidades.
¿El fin del sistema binominal es un aporte real al cambio que la ciudadanía quiere?
No, porque el Congreso es un Congreso binominal donde están representadas las dos macrofuerzas. La reforma del binominal se hizo de una forma que acomodara a esas macro fuerza políticas y no conforme a los que no están. Un ejemplo de ello es que un presidente de una junta vecinal tiene que renunciar al cargo un año antes para poder ser candidato al parlamento. Sin embargo, los parlamentarios no renuncian y siguen siéndolo hasta la elección. Igual pasa en los cargos públicos y me parece injusto. Es una muestra de que definitivamente es una reforma que les acomoda a ellos, no a las fuerzas políticas ni a los líderes sociales que no están sentados ahí opinando sobre esa reforma.