10 - noviembre - 2024

El dinero y la dictadura de la Feria Internacional del Libro de Santiago

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«En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito».

Edgar Allan Poe, Escritor estadounidense


Por: Karina García Albadiz


El Estado subsidiario es el fundamento de la política-económica neoliberal chilena y bajo la subsidiariedad, el Estado es mero espectador y un más que débil regulador del mercado. Debe ceder siempre, en nombre de la supuesta «eficiencia» tecnócrata, cualquier clase de iniciativa comercial, ya que se privilegia sobre todo el emprendimiento de la empresa privada. El Estado solo puede gestar una empresa cuando el privado no tenga interés en ello, es decir, cuando no signifique lucro o ganancia al capitalista. Otra característica común del Estado subsidiario es la transformación de los procesos de administración burocráticos a tecnocráticos de las pocas empresas estatales que mantiene la subsidiariedad. Es por eso que TVN, canal «estatal», debe competir con otras estaciones privadas, de igual a igual, como otro privado más, aun a costa de degenerar y rebajar el contenido cultural, desechando su rol estatal educador. Es por eso que las carreteras chilenas están llenas de peajes, ya que siempre se privilegia la concesión a privados, aunque las licitaciones resulten finalmente más caras para el Estado que asumir la reparación de las carreteras. La política del IVA diferenciado o de abolir el IVA, en el caso de los libros, según esta normativa, transgrede la «no discriminación» en el trato que deben dar el Estado y sus organismos a empresas privadas, aun a sabiendas que en la educación privada se puede acoger a la exención en el pago de IVA. Es un bonito modelo pseudocientífico, en el cual se le niegan derechos a una mayoría en pos de una supuesta libertad de una minoría acomodada, minoría que se salta olímpicamente su dignidad científica y va en contra de su propio discurso liberal, siempre que esto le genere un beneficio mayor. Esta conformación ideológica de alianza Estado-empresas constituye una nueva forma de “dictadura” en democracia, debido a que se ejerce un férreo control sobre la disidencia contra el sistema a través de la invisibilización, la alienación y la represión policial y sicológica. Esta situación ha prosperado por la abdicación de los intelectuales que han asumido y defienden el sistema neoliberal, que claramente ha perjudicado a la gran mayoría de la población como se ha visto en los casos de corrupción y colusión económica y política, lo que no puede dejar de reproducirse en el ámbito cultural a través de una dictadura de la luz(1).

Gestión privada en un espacio público

El Centro Cultural Estación Mapocho es un bien público administrado con fines culturales por una corporación de derecho privado sin fines de lucro: la Corporación Cultural de la Estación Mapocho. Esta institución de derecho privado se constituyó en Febrero de 1991, instaurando una experiencia pionera de gestión privada de un espacio público. Si bien la ex estación  Mapocho es un edificio que pertenece al Estado de Chile, su administración y financiamiento es completamente autogestionado por dicha Corporación(2). Ahora bien, por concepto de Ley de Donaciones culturales, la Corporación recibió para la Feria Internacional del Libro de Santiago el nada despreciable monto total, autorizado para estos tres años (2014, 2015 y 2016)  de $ 1.238.268.000. Es decir, aproximadamente unos 400 millones anuales. Esta experiencia de gestión privada en un espacio público es algo que criticamos a propósito del Centro Cultural Gabriela Mistral donde se realiza La Furia del Libro, feria de editoriales independientes.

Cobros de stand y entradas

Tenemos dos ferias internacionales en Chile: la FILSA y la Feria del Libro de Viña del Mar, ambas organizadas por la Cámara chilena del Libro. En el verano de este año denunciamos que en la feria de Viña el costo por stand estaba en $1.300.000. Bueno, en la FILSA se cobra por el stand $3.000.000 a las editoriales más grandes y $1560.000 a las  independientes, además se cobra  por la entrada general $3000 y $2000 estudiantes los fines de semana. Consideramos que a pesar de la rebaja de la entrada con la impresión de un volante o el no cobro de entrada en ciertos días a segmentos de la población como mujeres o profesores, se sigue recaudando mucho dinero por este concepto que incluso puede llegar a significar una entrada mucho mayor que lo que recibe la Cámara vía la Ley de Donaciones Culturales.

El IVA al libro

Recordemos que la FILSA se inaugura en 1981, en plena dictadura militar, en la época de consolidación del sistema económico neoliberal en Chile. Por otro lado, Chile era un país sin impuesto al libro hasta diciembre de 1976 y fue la dictadura de Pinochet la que instaló el gravamen en un momento en que miles de chilenos eran perseguidos, torturados o exiliados, las editoriales allanadas y la prensa disidente acallada. En ese contexto, ese simple mecanismo tributario, instalado por decreto, fue una herramienta más de control y censura. En contraste, observen esta pequeña maravilla de composición legal que había colocado —hasta el 76— la lectura al mismo nivel de elementos tan vitales como la leche y el agua. “Estarán exentos de impuesto: Pan, leche, sea en estado natural, desecada, condensada, evaporada o en polvo, alimentos de sustitución láctea; agua potable, frutas y verduras frescas, papas, cebollas, ajos, trigo, maíz, porotos, lentejas, garbanzos, arvejas, arroz, huevos, ganado, aves, sal, harinas de cereales o de legumbres; carne fresca, congelada o deshidratada; pescado, algas marinas, mariscos y crustáceos frescos y congelados destinado al consumo humano, (excepto ostras, langostas y centollas); textos y cuadernos escolares, libros, diarios y revistas destinados a la lectura”. Económicamente, el IVA es impuesto regresivo. Un impuesto regresivo es aquel en el que se capta un porcentaje menor en la medida en que el ingreso total aumenta. Un impuesto regresivo afecta más a los que menos tienen. Por lo tanto, se debería eliminar el IVA a todos los artículos de primera necesidad, incluyendo el libro como bien cultural simbólico.

Críticas a las ferias internacionales del libro

Desde que llegamos como Grupo Casa Azul editado por Ediciones Universitarias a la FILSA y a la Feria Internacional de Viña del Mar hemos sostenido una crítica a estas ferias. Sin ir más lejos, en el verano recién pasado protagonizamos una Funa a esta feria porque las convocatorias que realiza la Cámara del Libro no son abiertas. También denunciamos los altos precios de los stand ($1.300.000) y porque, de los tres stand que están exentos de este pago, el de la SECH está acaparado por un grupo editorial desde hace cinco años, además de compartir dicho stand con una editorial de Santiago que presta sus boletas para que este negocio funcione. Logramos, después de tres días de intensa intervención, no ser desalojados, además tuvieron que instalar un stand gratis cuya cenefa Microeditoriales Independientes se transformó en un espacio que acogió a todos los escritores por igual. Todas las ventas realizadas fueron publicadas en nuestros sitios. Pero lo más importante conseguimos lanzar nuestros plaquettes de poesía y gráfica del sur, rompiendo con ello el acaparamiento que hacen del programa tanto los organizadores como las sociedades y círculos de escritores de la región.

Actualmente siguiendo nuestra misma política fuimos a la FILSA a filmar qué pensaba el público y  escritores sobre toda la problemática del IVA al libro, cobro de stand y entradas y, en definitiva, cuál es la opinión que le merece a la gente la gestión privada en espacios públicos llevada adelante durante los gobiernos postdictadura. Estas entrevistas fueron recogidas en el programa “Apuntes del Subterráneo” disponibles en el canal Youtube del Grupo Casa Azul.

En relación a la polémica suscitada durante el inicio de la feria, reconocemos como un aporte que los editores independientes hayan cerrado sus stand en protesta por no recibir todas las entradas gratuitas prometidas por la Cámara del Libro en los lanzamientos de sus libros, pero pensamos que no están solidarizando con el público lector, sino que están abogando por sus intereses particulares, dejando de lado la injusticia que implica el modelo de feria que tenemos.

Como Centro de Investigaciones Poéticas no queremos ser cómplices de esta nueva versión de la dictadura de la luz, que utiliza a la cultura y sus escritores como anillos del poder que nos llaman a resignarnos y adaptarnos a este neoliberalismo. Nosotros creemos en un intelectual transformador de la realidad y que se mantenga disidente frente al modelo cultural economicista dominante. Queremos transformar las ferias del libro en espacios democráticos, al alcance de todos, donde primen el pensamiento crítico y los valores estéticos.

 


 

Karina García Albadiz

Grupo Casa Azul, Playa Ancha, 2015

grupocasaazul.blogspot.com

grupocasaazul@gmail.com

 

(1) Karina García, “Dictadura de la luz: Forum de las Culturas en Valparaíso”, Revista Botella del Náufrago, N°15, p. 64, 2010

(2) El Directorio actual está formado por el Ministro de Educación, Presidente: Adriana Delpiano Puelma, Alcaldesa de Santiago,  Vicepresidente: Carolina Tohá Morales, Fundación Tiempos Nuevos, Directora: Paula Forttes Valdivia, Director Corporación Cultural de Santiago: Andrés Rodríguez Pérez, Presidente Fundación Pablo Neruda: Enrique Inda Goycoolea, Presidente Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral: Jaime Quezada Ruiz y el Rector de la Universidad de Chile: Ennio Vivaldi Véjar.

Lee también:

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