Medio grado más, medio grado menos, ¿qué planeta dejaremos a nuestros hijos? Necesitamos establecer un estado de urgencia climático y actuar ahora por un clima de paz duradera.
Por: Daniela Castro, Área técnica, Consejo de Defensa de la Patagonia
Publicado en eldivisadero.cl diciembre de 2015
El ambiente en Paris está tenso, el estado de emergencia decretado tras los atentados del pasado viernes 13 de noviembre se ha prolongado. En las calles, se pueden percibir las medidas de seguridad reforzadas y las manifestaciones públicas siguen prohibidas. En una decisión que pretendía ser una señal de esperanza para el mundo, se mantuvo la “COP21”, reunión de dos semanas, largamente preparada, para negociar un acuerdo internacional que permita disminuir el calentamiento global idealmente a 1,5° C para fines del siglo.
A pesar de los discursos esperanzadores de los jefes de estado y sus entusiastas llamados a “Salvar el planeta” el lunes pasado, las negociaciones avanzan con dificultad y los resultados se esperan con escepticismo. No me refiero aquí a los “clima escépticos”, quienes estos últimos años se han encargado de poner en duda la mera existencia del calentamiento global (cada vez menos numerosos y más desacreditados) pero más bien a la sociedad civil también presente en Paris. En gran parte se encuentra representada en la “Coalición climat 21”, un colectivo que se ha encargado de organizar actividades paralelas a las reuniones oficiales de la COP21, algo así como una “una COP21 en off”. Con estas actividades, se espera presionar positivamente el resultado de las negociaciones, pero sobre todo demostrar que la sociedad civil no se queda esperando, los brazos cruzados, la sola toma de decisiones de los representantes políticos para actuar frente al cambio climático.
Bajo el lema “Si no hacemos nada, nadie lo hará por nosotros”, se realizó este fin de semana en Montreuil, una comuna de Paris, la cumbre ciudadana por el clima y la aldea de las alternativas,donde miles de personas de la sociedad civil se reunieron para conocer, intercambiar y potenciar las iniciativas ciudadanas que son parte de la necesaria transición energética que la humanidad necesita poner en marcha para trascender. Y que muchos ya han iniciado sin esperar reuniones ni negociaciones.
¿Sin duda ya conocen la fábula de la “parte del colibrí”? Esta cuenta la ocurrencia de un gran incendio en el bosque; del cual la mayoría de los animales escapan asustados, mientras el colibrí “hace su parte”, llevando sin cansarse, una a una, gotas de agua destinadas a apagar el fuego. Bueno, precisamente, de eso se trata, si cada uno hace su parte, avanzaremos hacia la solución. Si dejamos que siga actuando el actual sistema, el resultado ya está claramente identificado. No hay que dejarse engañar por la aparente ingenuidad de esta postura, el desafío es inmenso, y necesita la acción de todos. Porque de eso se trata en realidad, de la sobrevivencia de nuestra propia especie, y de la justicia climática que seremos capaces de crear para la humanidad. Medio grado más, medio grado menos, ¿qué planeta dejaremos a nuestros hijos? Necesitamos establecer un estado de urgencia climático y actuar ahora por un clima de paz duradera.