Romanticismo, peligro, esperanza y el sexo más salvaje que se pueda imaginar. En su nuevo libro, “Sex in the Sea” (Sexo en el mar), la ecóloga especializada en arrecifes coralinos Marah J. Hardt trata la desinhibida vida sexual de las criaturas marinas, los peligros que plantean la contaminación y la sobrepesca, y una nueva esperanza de lograr mantener el mar limpio y a sus habitantes excitados.
Hardt habló con National Geographic sobre esperma gigante, langostas galantes y de la razón por la cual la satisfacción sexual de la fauna marina nos beneficia a todos. Este artículo fue tomado del diario Eldia.com de Mar del Plata.
– ¿Qué la llevó a pensar que valía la pena escribir este libro?
– Estaba en una fiesta cuando una mujer dijo, “me gustaría estar en el cuerpo de un hombre y saber qué pasa por su cabeza”. Yo respondí que “sí, si fuéramos peces loro”. La conversación se interrumpió. Continué, “Empiezan siendo hembras y cuando llegan a un determinado tamaño se convierten en machos, así que el mismo pez sabe cómo son ambos sexos. Todos abrieron los ojos, así que decidí ver qué tan lejos podía llegar con esto. Les propuse, “imaginen que están pescando en un arrecife y atrapan todos los peces más grandes. Sacan todos los machos. Esto genera un nivel de complejidad totalmente diferente”. Más tarde escuché que alguien le comentaba a un invitado, “¿sabías que los peces cambian de sexo?”. Y entonces pensé que sí, que el océano encierra las historias de sexo más extrañas. Si hablamos de sexo y lo hacemos de manera graciosa, podemos entrelazar mensajes sobre conservación, porque en definitiva, una vida sexual exitosa es la clave de la sustentabilidad: promueve en el océano la abundancia de la que todos dependemos, ya sea para obtener alimento, por los arrecifes que protegen nuestras costas o por los nuevos medicamentos. Si queremos un océano saludable, debemos asegurarnos que sea seguro para la actividad sexual.
-¿Qué criaturas marinas pueden considerarse románticas?.
– ¡Las langostas! El romance llega luego de algunos juegos previos algo pervertidos que incluyen una una suerte de lluvia mutua de orina seguida por la cohabitación. La levanta su enorme pinza y golpea al macho primero de un lado, luego del otro, como si lo estuviera armando caballero. El mensaje es, “Quedate conmigo, nene, ¡pasemos a la acción!”. Pero el macho es un amante tierno. La levanta suavemente en sus patas, la acuna y la ubica de espalda y luego, en la posición del misionero, van a sus asuntos.
– ¿A qué animal marino le cuesta más el cortejo?
– Los cachalotes macho literalmente recorren todo el Pacífico en busca de una pareja, valiéndose del sonido para navegar y probablemente enviando señales que les ayudan a dar a conocer su tamaño. Desafortunadamente, suelen competir con sonares, ruidos producidos por la exploración de gas y petróleo, el tráfico de embarcaciones. La actividad humana ha dificultado el encuentro de los cachalotes en medio de tanto ruido. En el caso de las ballenas azules, se ha documentado que cantan con un registro más bajo desde hace pocas décadas. La sobrepesca arrasó la población en un 95%. Los investigadores creen que luego de la caza de ballenas, la ballena azul debió gritar “dónde estás” en un tono más alto, que no llega tan lejos pero es más fuerte. A medida que el número de ballenas azules va aumentando lentamente, no necesitan ir tan lejos a buscar pareja, y aumentó la competencia. Los machos más grandes pueden producir sonidos más profundos, que las hembras de muchas especies encuentran más atractivos.
– ¿Cuáles fueron los que la sorprendieron por salvajes y pervertidos?
-El osedax, que significa comehuesos. Las hembras de estos gusanos viven de los huesos de las ballenas muertas que han caído a las profundidades del océano. Los investigadores descubrieron hembras con esperma en su interior pero no lograron encontrar machos. Sucede que lo que creyeron que era esperma eran en realidad los machos. Estamos en presencia de hembras llenas de machos microscópicos que les derraman esperma todo el día.
Fuente original: http://www.eldia.com/revista-domingo/la-curiosa-vida-sexual-de-las-criaturas-oceanicas-118673
