Por JCR.-
Ha fallecido Patricio Aylwin Azócar, presidente de Chile entre 1990 y 1994. Tenía 97 años.
Su historia política es de luces y sombras. Pero con la información que hoy existe, sus luces cada vez alumbran menos y sus sombras lamentablemente oscurecen más.
Su gran sombra fueron esos años previos al desastre nacional, antes del golpe militar de Pinochet. Don Patricio Aylwin no estuvo a la altura y falló. Era presidente del Partido Demócráta Cristiano y se demostró favorable al golpe militar contra Salvador Allende. El PDC de Aylwin inicialmente toleró las bayonetas y la instalación de la cruel dictadura. Y su sombra siguió ensombreciendo a este país cuando afirmo que había que hacer «justicia en la medida de lo posible»…
Su mejores años comenzaron entre los años 1987 y 1989, cuando ocupó nuevamente la presidencia del PDC. En 1988, colaboró por la campaña del «NO» para el plesbiscito. También, fue vocero de la Concertación de Partidos por la Democracia. En 1989, fue designado candidato a la presidencia de la República por la Concertación, luego de una larga pelea con Gabriel Valdez Subercaseux.
Patricio Aylwin se convertiría en el primer presidente democrático en casi 17 años y el segundo democratacristiano en el país, además de ser el primer presidente concertacionista.
Durante la primera parte de su mandato resaltó la creación de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, destinada a restablecer la convivencia nacional y aportar luz sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura y buscar los antecedentes de muertos y desaparecidos. Pero todo este esfuerzo se ensombreció con la cobarde y acomodaticia frase que quedó en la historia chilena con su firma: «justicia en la medida de lo posible».
Otra situación por la que quedará en la historia es porque su gobierno mantuvo la administración economicafue el auge económico y un crecimiento de un 7% y sacar a más de un millón de chilenos de la extrema pobreza.
Por otro lado, don Patricio Aylwin no hizo nada esencial para mudar el modelo pinochetista de explotación.
Don Patricio Aylwin quedará en la historia política y en la mayoría de los chilenos como un político chileno honrado, (mientras no se agregue algún antecedente desconocido.)
Eso ya es un gran valor cívico si se compara con la profunda corrupción actual de una gran parte de los políticos nacionales.
