Fue auténtico. Fue original. Hernán Castellano Girón tenía un amplio registro artístico. Era, además, una persona encantadora. Así lo recuerda hoy el mundo cultural ante su fallecimiento ayer en Isla Negra.
Había nacido en Coquimbo en 1937, estudió Química y Farmacia en la Universidad de Chile. Fue profesor de la Universidad de Chile. Después del golpe militar de 1973 tuvo que exiliarse. En Roma fue investigador del Instituto Superior de Sanidad (1974-1980) y obtuvo una maestría en literatura latinoamericana con una tesis sobre Rosamel del Valle. Fue doctor (PhD) en la Universidad de Wayne, Detroit y profesor en la Universidad Estatal Politécnica de California. Regresó a Chile en 2007 y se radicó en Isla Negra. Fue un original pintor e ilustró libros de grandes poetas.
Hernán Castellano Girón dio una dura batalla contra el ninguneo del que fue objeto a su vuelta a Chile, la metódica negación de ciertas mediocres camarillas chilenas, que no quisieron reconocer su inmenso talento.
Hoy es velado en la Capilla de Isla Negra.
Varios escritores han reaccionado de inmediato ante la sensible pérdida
Jaime Pinos :
Conocí a Hernán Castellano Girón en Isla Negra. Llegamos casi simultáneamente al litoral, yo a trabajar, él retornando a Chile después de un largo exilio. Conocí mejor su trabajo, organizamos exposiciones y lecturas. Narrador, poeta, crítico, pintor, cineasta, jazzista. A pesar de su extensa trayectoria y las ediciones de los últimos años, permaneció como un escritor secreto. Dijo alguna vez sobre su trabajo y la escasa atención que se le daba: «Estoy convencido que mi pecado mayor ha sido uno sólo, ser original, llevar adelante un discurso que no calza con ninguna de las líneas aceptadas y aceptables sobre todo en narrativa» Ahora que está muerto, tal vez no sea tarde para sacar su literatura del secreto. Leerlo, releerlo, será el mejor homenaje. Salud compañero HCG!
Camilo Brodsky
No dirán nada los diarios, seguramente, y mucho menos los matinales o las noticias de la tele. pero se nos fue un pedacito de historia, alucinada y en compás de jazz, de escritura, de memoria. se nos fue Hernán Castellano Girón, y hace más frío adentro de uno hoy por la mañana que afuera en la calle.
Hasta siempre compañero, hermano lindo, que lo reciban las estrellas allá donde vaya.
Leonardo Sanhueza
Murió Hernán Castellano Girón. No sé qué decir, es una cosa tristísima. Me parece escuchar su risa infantil de siempre, sus historias sobre Mingus y Thelonious Monk, sus canciones chinas y alemanas para la sobremesa. Adiós, compañero, hasta siempre.
Recuerdo que, allá por el dos mil, Hernán hizo una «avant-première» de su película «Nosferatu, una escenita criolla». Estreno mundial. Había sido filmada a comienzos de los 70, pero después del golpe tuvo que ser enterrada para salvarse y, treinta años después, una vez pegadas las voces y la banda sonora, resucitar. Hernán convocó al elenco de actores y a otros amigos, entre los que yo era el más joven. En la película está todo el espíritu de Hernán, sus chistes chilenos, su histrionismo, su pasión por lo fantástico, a la vez que su mirada sobre la historia nacional. Aquí dejo un link para ver la película y reírse de buena gana para despedir a ese pájaro raro y maravilloso que se llamó Hernán Castellano Girón.
El 2012 pude comentar «Llamaradas de nafta» gracias a los marvelous Poesía y Crítica, y el mismo Hernán Castellano Girón comentó ese escrito sobre su libro. Es una pérdida gigante, literaria, humana.
“Interroga los adoquines con una cinta de centímetros. ¿Qué responderán?: que hay un dinosaurio muerto en nuestros corazones, vivo en la piel que engruesa, en la periferia donde se manifiesta nuestro único tipo de vida”.
Omar Pérez Santiago escribió en el 204, en el suplemento Utopista pragmático del diario La Nación, sobre su obra Calducho, lo siguiente:
Hernán Castellano Girón (n. 1937) en su novela Calducho o la serpiente de la calle Ahumada (1998) nos lleva a un mundillo de encanto y de ilusión de un niño soñador y palomilla, sociable y curioso, llamado Hernán Castellano, (o sea, él mismo) y sus historietas de infancia a mitad de siglo en una urbe mesocrática (una clase media-media que era, o creía ser, testa del país). Las aventuras se inician en su casa de Ñuñoa, donde lo central era la radio y su serie El Siniestro Doctor Mortis de Juan Marino. O donde, de pronto, corrían frente a su casa, para su delirio, vacas desbocadas. A ese hogar llega Rosa Millatún, la empleada, y el Pollo Castellano (su alias del liceo) descubrirá el sexo embrujante en la cocina del hogar.
(Ahí sí que no me toque (…) Déjeme que te la toque un poquito no más (…) bueno, pero un ratito cortito).
La novela continúa en un Instituto Nacional de patios vigilados por el simbólico inspector führer. El escolar patiperro y pajero, un antihéroe, cimarrea por las calles y cines de una metrópolis amable: el barrio Brasil, la Quinta Normal o el Zoológico. El fabulador recrea leyendas urbanas (¿perdidas?), usando fotos, dibujos, cantos, chistes, dichos y refranes, memorias y crónicas y le da un sello y, también, una poética, a los recuerdos del Pollo.
La novela, situada en la picaresca americana, tiene algo de un Henry Miller angelical, del humor de Bryce Echenique y de Cabrera Infante de La Habana para un Infante difunto. A veces Hernán Castellano abusa de los retratos detenidos, mas su obra tiene un humor y un experimento insólito de una búsqueda muy auténtica y esencial.
Publicado en Utopista Pragmático, La Nación, enero-2004
En la Foto Hernán Castellano Girón y Omar Pérez Santiago en Isla Negra
Obras
- Kraal, cuentos, El Viento en la Llama, Santiago, 1965
- El bosque de vidrio, cuentos y collages, Ars Nova, Santiago, 1969
- El automóvil celestial / L’automobile celestiale, poesía, Gea Edizioni, Bari, 1977
- Teoría del circo pobre, poesía, Ediciones Cordillera, Ottawa, 1978
- Los crepúsculos de Anthony Wayne Drive / Twilights of Anthony Wayne Drive, poemas, Operation DOME Press, Detroit, 1983
- Otro cielo, poesía, Ediciones Sur, Concepción, 1985
- El ilegible: las nubes y los años», novela corta, Ediciones Sur, Concepción, 1988
- Calducho o las serpientes de calle Ahumada, novela, Planeta, Santiago, 1998
- Un Orfeo del Pacífico, antología de Rosamel del Valle, LOM, Santiago, 2000
- El huevo de Dios y otras historias, cuentos, LOM, Santiago, 2002
- Nosferatu, una escenita criolla, guion e historia fílmica, Tralcamahuida, Isla Negra, 2009
- Las palabras ásperas, ensayo, Ediciones Una Temporada en Isla Negra, 2010
- Llamaradas de nafta, novela, Cuneta, Santiago, 2012
- Espectros, novela, Ediciones Una Temporada en Isla Negra (según el autor, es una autobiografía fantástica, que había comenzado en 2007)6
- El Invernadero, novela, Cuneta, Santiago 2013
- Coral de invierno / Winter Chorale, poesía, Ediciones Una Temporada en Isla Negra, Isla Negra, 2015.