17 - septiembre - 2024

“Las salmoneras actúan como gigantescos tubos extractivos que se llevan todo, incluyendo los sueños del isleño”

marcos-uribe


En función a contribuir con la reflexión acerca de las protestas sociales en Chiloé, publicamos nuevamente una entrevista realizada a Marco Uribe, profesor de filosofía e integrante de la banda Armazon que la periodista Isabel Diaz realizó para el Centro Ecoceanos el año 2008. “Chiloé está siendo ocupado y devastado, social, cultural, económica y ambientalmente y sus habitantes puestos al servicio de las necesidades de una industria que no les pertenece, que no les impulsa como pueblo, que no les considera como objeto de sus beneficios, que no le reporta desarrollo”, reflexiona desde Ancud el músico chilote y profesor de filosofía Marcos Uribe.

En entrevista con Radio del Mar, Uribe plantea que tres décadas de intervencionismo en Chiloé de un modelo basado en el monocultivo industrial de salmones ha dejado “despojo, proletarización, desprecio y abandono”.


Por: Isabel Diaz Medina
– ¿Qué consecuencias ha generado en Chiloé la imposición de un modelo de “desarrollo” basado en la introducción de un monocultivo industrial intensivo de salmones destinados a la exportación? 
– Primero, el “modelo de desarrollo” no se advierte entre el conjunto de acciones  concretas que se han implementado como parte de este modelo monoproductor. Al menos, para Chiloé, no se advierte. Tal vez implique un “modelo de desarrollo”, pero si existe, Chiloé participa más  bien como una víctima, con un costo ambiental, social y cultural. Por tanto, las consecuencias de la intervención de este poder industrial  ha implicado un fuerte daño a todo aquello que identifica la cultura local, en toda su extensión, material e inmaterial, sufriendo deterioro, marginación y maltrato.
Esto no significa que la gente siempre lo percibió así, pero cada vez más se evidencia que aquello que muchos pensaron que significaría potenciar armónicamente el fruto de una cultura llena de particularidades y riquezas, sólo ha significado despojo, proletarización, desprecio y abandono. Mucho más abandono e indiferencia, porque si bien antes existió aislamiento y abandono, este se hace más evidente y agrede más cuando es una condición en medio de una acción de explotación y enriquecimiento, enclavado en el centro mismo de tu territorio.
Las salmoneras actúan como gigantescos tubos  extractivos que se llevan todo, incluyendo los sueños del isleño. Miren las carreteras destruidas y los campos abandonados y sus acopios de chatarra industrial en treinta años de intervención. Miren las calles llenas de mendicidad, alcoholismo y droga, y los municipios sin recursos para sostener salud y educación. Es una larga y justificada lista aquella que se podría detallar; no existen universidades bien instaladas, ni hospitales de buena calidad, y la educación de calidad media y básica es un servicio limitado y escaso, etc. Los sueldos de los trabajadores del salmón no son buenos y las condiciones laborales distan mucho de la dignidad.
– ¿Qué rol jugó el Estado en medio de la crisis económico social en Chiloé, luego de la propagación del virus ISA en los centros de cultivos salmoneros en 2007, que generó cesantía y contaminación? ¿Ha sido el “mercado” quien finalmente regula estas situaciones?
– El Estado fundamentalmente dirigió sus esfuerzos hacia el apoyo financiero directo de la industria. Sus políticas sociales diríamos que, si existieron, fueron planteadas en el espíritu de la “doctrina del  chorreo”, apostando a que la recuperación de la industria solucionaría los problemas que su crisis generaba.  Pienso que el Estado sigue apostando al mismo modelo de actividad económica en la isla.
Durante la década del setenta y el ochenta sólo estimularon la desarticulación del campesinado y del modo de producción tradicional del la isla. Asfixiaron a los campesinos hasta destruirles económicamente, empujándoles a alimentar con mano de obra barata la industria que se instalaba como un nuevo referente, que debía acaparar, finalmente, el centro estratégico de la economía, concentrada en unos pocos propietarios.
Durante la última crisis salmonera se presentó la coyuntura para impulsar nuevas áreas de actividad económica, volviendo a revitalizar el campesinado, pero ello implicaba fortalecer un escenario de participación social que, con toda seguridad conduce a un mayor desarrollo del isleño, pero un obstáculo para el proyecto (de mayor magnitud en resultados económicos-comerciales) de esos pocos poderes transnacionales que se lo llevan todo por nada. En fin….es el mismo tema de siempre, reiterado una y otra vez en América Latina y que se instala en nuestros territorios, siempre de la mano con esos poderes políticos funcionales, que disfrazados de servidores públicos, no son más que un regimiento de zapadores del gran capital en todas sus formas.
– ¿Los chilotes siguen siendo mano de obra barata para una industria global y transnacional?
– En términos generales, sí. Esta es una condición que no sólo resulta ser una coyuntura o una resultante casual. Es una condición claramente estimulada; promovida en esta dirección. Porque en treinta años de instalación de un modelo, ya no podemos pensar otra cosa. Se puede argüir esfuerzos orientados a programas de emprendedores, apoyo a  las PYME, etc., pero todos sabemos que estos no constituyen más que una suerte de distractores que pretenden desvirtuar el foco de aquello que es esencial: Chiloé está siendo ocupado y devastado, social, cultural, económica y ambientalmente y sus habitantes puestos al servicio de las necesidades de una industria que no les pertenece, que no les impulsa como pueblo, que no les considera como objeto de sus beneficios, que no le reporta desarrollo. Todo impide u obstaculiza los canales de movilidad social, aunque prefiero el término “desarrollo”, porque cuando hablamos de movilidad social, tendemos a imaginarnos el desplazamiento particular de sujetos en relación a puntos de referencia que se establecen como base de esa movilidad.
La continuidad de estudios  es muy difícil, el emprendimiento requiere de apoyos financieros y técnicos que no se encuentran disponibles en proporción razonable, los costos de la vida diaria no permiten salir de un ahogo permanente de la mayoría de los hogares.
APUESTA DE DESARROLLO
– ¿Cuál es el modelo de desarrollo al que apuesta Chiloé, luego de la crisis sanitaria, social y económica de esta industria transnacional? 
– Este es un punto crucial y que no se está resolviendo. Chiloé no tiene apuesta alternativa. Chiloé aún vive una situación traumática. El isleño perdió la hegemonía sobre su devenir histórico y no ha logrado reposicionarse como sujeto activo y constructor consciente de su proceso. El isleño sufre aún la fuerza de este tsunami feroz que le ha azotado; le ha removido sus fundamentos; le ha derribado su pié derecho y su viga maestra. Muchos entraron en el sueño de una modernidad  de oropel  y  hoy alucinan con grandes centros comerciales y se hacen hinchas entusiastas del  proyecto del casino Enjoy.  El aumento del parque automotriz, gracias al endeudamiento -que termina con la pérdida del patrimonio familiar- y el colapso de las calles de la ciudad, es signo de que vamos caminando hacia el desarrollo. La ciudad requirió de semáforos y ahora más semáforos y esto es signo de nuestro desarrollo. Estamos discutiendo sobre el problema vial que generará la instalación de un Mall en el centro de la ciudad, pero lo discutimos porque es parte de los dramas del desarrollo. No estamos advirtiendo que nuestro sentido histórico está siendo avasallado; que nuestra coherencia cultural está en crisis; que nuestra economía nos ha sido arrebatada; que nuestro medioambiente violado, etc.  Aún mantenemos, dominantemente, por cierto, una posición pasiva ante la necesidad de diseñar un camino; ante la responsabilidad histórica de ejercer nuestra soberanía.
– ¿Las formas de subsistencia económica previas a la llegada de la industria de salmón a Chiloé son viables de implementar actualmente, luego del desastre ambiental y sanitario provocado por la industria?
– Deberíamos tener la fuerza histórica para hacer retroceder a la nada este intervencionismo, sobre todo por el carácter depredador, dicho en el sentido de su primera acepción en el Diccionario de la Real Academia (robar, saquear con violencia y destrozo). De alguna manera, la gran mayoría de las instalaciones industriales, no sólo de Chiloé, comparten esta cualidad. Pero de acuerdo al poder que les respalda, imagino que compartimos la sensación de que resulta un propósito demasiado ambicioso (por ahora). No obstante, creo que se dan condiciones que permitirían recuperar importantes espacios de esa economía tradicional. Este propósito apuntaría definitivamente a un nivel de participación y bienestar instalado a mayor profundidad cultural y en mayor magnitud social. Gran parte de la actividad del isleño,  asociada al mar, hoy se encuentra seriamente limitada, pero una intervención correctiva podría llegar a significar la recuperación de importantes espacios, tal vez asociado a modificaciones técnicas y metodológicas, pero orientadas con el espíritu cultural histórico de la sociedad isleña. El campesinado, por ejemplo, puede ser revitalizado y apoyado a fin de proyectar, con nueva potencia y capacidad, su incorporación a los nuevos criterios de mercado, sin hacer de esta cultura, esta sociedad y este territorio, una nueva ruina del despojo industrialista de mentalidad primaria.
Muchas cosas son posibles, pero sólo pasarán de la potencia al acto, cuando se alteren un conjunto de variables que, de mantenerse en el status quo, sólo alejarán dicha posibilidad. Una variable fundamental a modificar en esta dirección, es la de los liderazgos políticos. Hoy estos liderazgos están orientados a conducir hacia la complicidad con estos poderes hegemónicos de depredación y enriquecimiento. Las vanidades personales y los intereses pequeños, son actores principales en los municipios y en las redes de poder de base. Los intereses partidistas, orientados a la simple detentación del poder, sin importar los costos profundos de la acción política, se imponen por sobre el diseño de estrategias claras y coherentes con la continuidad histórica de la sociedad y cultura de Chiloé. Los partidos políticos, que por supuesta definición de sus fundamentos deberían estar en una acción clara de oposición a estos poderes hegemónicos, se han absorbido en una suerte de mala ingeniería pro-parlamentarista y de disputa de posiciones de administración pública y se preocupan de políticas de alianzas tácticas, que terminan redefiniendo sus propias estrategias, mimetizándose de manera inocua en medio de la ola de la dominación ideológica.
MUJER CHILOTA
– ¿Qué rol juega la mujer en los procesos de recuperación de esas tradiciones culturales de subsistencia económica local? 
La sociedad chilota siempre ha sido muy inclusiva de la mujer en el proceso productivo, por tanto está históricamente garantizada su capacidad e intencionalidad en este contexto. Ahora, la posibilidad de participar de un proceso de recuperación pasa por la articulación de políticas de desarrollo de acciones orientadas a ese propósito. Esta es claramente una tarea local que se vincula a esa necesidad de discutir socialmente un plan de recuperación de actividad económica que se separe de esa unidimensionalidad de la salmonicultura. Las mujeres participan activamente, por ejemplo, en algunas actividades vinculadas a la artesanía textil y en fibra vegetal. Este es un fenómeno que no se debe considerar menor. Existe una fuerza creativa y renovada, integrando con un criterio interesante de síntesis, nuevos códigos estéticos y se abre un interesante horizonte de expansión posible de una actividad que ha estado fuertemente arraigada a la historia local. Ahora, esto, más que significar una recuperación es más bien un indicador de posibilidad. La textilería chilota, no obstante esta condición ya señalada, está ad portas de una crisis terminal o muy profunda. Está en un momento de gran intencionalidad, pero llegando al límite de su posibilidad, en conformidad a su escenario actual. Pienso que es el momento preciso para generar políticas contundentes de apoyo al campesinado, que articulen la proyección de una textilería local, involucrando diversas áreas de la producción campesina, pero esto implica un plan muy bien diseñado, que incluya el impulso necesario a la ganadería y el apoyo en transferencia tecnológica, orientada a la readecuación técnica, capaz de vincular con éxito la actividad textil con las demandas del mercado y con el escenario de la competencia de la cual no se puede abstraer.
La diversificación de la industria del alimento también ofrece un amplio espectro capaz de generar opciones de participación que sean más amables, inclusivas y respetuosas del medioambiente y que no tienen que traducirse, necesariamente, en esfuerzos de mega industrialización, que terminan significando nada más que el interés de generar grandes caudales de ingresos en beneficio de unos cuantos grupos económicos transnacionales.
– ¿Considera una opción viable el turismo sustentable de avistaje de mamíferos marinos como una apuesta de desarrollo comunitario y sustentable?, ¿Cuáles son las amenazas para el desarrollo sustentable de Chiloé?.
– En general la isla contiene grandes atractivos para el visitante. Estos atractivos, sin duda, no están a salvo de los efectos depredadores de la industria ni a la contaminación multifactorial del medio. La contemplación de la fauna, sin duda es un atractivo muy interesante. No obstante, si hablamos de turismo, siento que el principal recurso turístico de Chiloé lo ofrece su sociedad y su cultura. Este es un tema muy delicado y, así como los recursos naturales demandan una inteligencia superior en la definición de los criterios de producción, la industria del turismo cultural también implica ello. Actualmente esto no se ha comprendido. La mega industrialización de la salmonicultura resulta ser hoy antagónica con la proyección de este recurso turístico, porque lo que ha significado la incorporación de esta industria, ha sido la desfiguración de la cultura, la sociedad y su sustento económico que le dio sentido. He hablado anteriormente de tres fenómenos consustanciales a este proceso que llamo neocolonial de la isla de Chiloé: proletarización, en lo económico, popularización, en lo social y folclorización en lo cultural. Estos tres fenómenos encierran la pauperización de aquello que precisamente se ha edificado históricamente como esa “particularidad universal” que hace de nuestra cultura, sociedad y territorio, un patrimonio de la humanidad.
– ¿Considera que en Chiloé hay elementos que se repiten respecto a la situación que generó el movimiento social en la región de Aysén? (Empleos precarios, aislamiento, falta cobertura salud y educación pública de calidad). En ese contexto, ¿será posible una explosión social en Chiloé?
– Ya  he mencionado anteriormente varios de estos factores y se deduce de lo expresado que identifico muchas similitudes. Nuestro aislamiento geográfico no resulta tan extremo, por cierto, pero la condición del maltrato insistente, permanente y persistente por parte de la administración central, evidencia una postergación que es crecientemente irritante y denota cada día esa suerte de territorio ocupado, de colonia, de patio trasero. El habitante de la isla no se siente plenamente integrado al Estado de Chile. Tampoco digo que sea un anhelo del chilote sentirse plenamente chileno, pero se avanza en la claridad de que cualquier reacción ante este estado indeseable de cosas debe hacerse en contra del Estado de Chile, que desde principios del 1800 ocupó militarmente el archipiélago y le anexó a su administración política. Tengo la impresión que el tema multisectorial en la isla es más significativo que en la provincia de Aysén y esto hace más compleja la concertación de voluntades, sin embargo creo que la acción de algunos referentes sociales y políticos (que hoy los tengo sólo en el imaginario) podrían llegar a cohesionar suficientes fuerzas, capaces de presionar por medidas orientadas hacia algún plan estratégico que pudiera cristalizar en la discusión de base.
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