El hallazgo de fósiles en la Antártida, revelan que el continente blanco era mucho más habitable hace 40 millones de años, antes de cubrirse de hielo, explicaron paleontólogos.
Buenos Aires, 20 de mayo de 2016 (Telam)– Un ave gigante y enormes mamíferos que recorrían la planicie en busca de hierbas, fósiles de los cuales fueron hallados recientemente en la Antártida, revelan que el continente blanco era mucho más habitable hace 40 millones de años, antes de cubrirse de hielo, explicaron paleontólogos.
Los registros fósiles ayudan desde el presente a descifrar el pasado y desde el pasado a anticipar el futuro, desafío que comienza cuando las misiones antárticas integradas por científicos se ponen en marcha en busca de esos rastros.
«La Antártida estaba poblada por muchas especies de pingüinos y gaviotas, y muy próximo a su costa había un ambiente boscoso habitado por mamíferos terrestres», explicó a Télam Marcelo Reguero, director de las campañas paleontológicas del Instituto Antártico Argentino.
Además había comadrejas, marsupiales y ungulados (mamíferos que caminaban apoyados en los extremos de los dedos, ya extintos, del tamaño de una oveja) y los falcónidos (las ave del tipo del halcón) más antiguas del mundo, añadió.
Las expediciones, entre ellas la del hallazgo del ave que vivió hace 50 millones de años y cuyas alas desplegadas sumaban seis metros, permiten «una reconstrucción ambiental de la Antártida bastante acertada», explicó Reguero. Así se refirió el paleontólogo «a la meseta y submeseta antártica, dos formaciones cercanas a la base Marambio durante el período comprendido entre los 50 y los 35 millones de antigüedad, aproximadamente».
Javier Gelfo, paleontólogo e investigador del Conicet e integrante del Museo de La Plata, dijo a Télam que «el desafío de los científicos consiste en lograr armar una historia de ciencia ficción con sólo uno o dos fotogramas, siendo que la película completa necesita de 24 por segundo».
El húmero del ave gigante, cuyo estudio se publicó recientemente en la revista científica Journal of Paleontology, y el diente del mamífero terrestre que vivió hace 40 millones en la Antártida, «representan ese fotograma que nos permiten reconstruir la historia completa de esas especies, sus hábitat y sus relaciones ecológicas», sostuvo Gelfo.
Según el estudio, ese grupo de aves -que llegó a distribuirse por todo el mundo poco tiempo después de la extinción de los dinosaurios- tenía alas que le permitían atravesar grandes distancias sobre los océanos. Además, sus huesos muy livianos le permitían tomar altura aprovechando las corrientes de aire, casi como si fuera un barrilete.
«El estudio del ave que se pudo hacer a través del hallazgo del húmero ayudó a reconstruir el pasado de la especie desde el presente y configurar el futuro. Lo que es posible porque las funciones se repiten», señaló. La frase de Florentino Ameghino («el que no sabe lo que busca no interpreta lo que encuentra») le sirvió a Gelfo para destacar esa parte de la investigación que terminará en hallazgo.
Asi como hubo «gigantes en la Antártida» también hubo especies que experimentaron enanismo; y todas esas características son adaptaciones al medio y a «la búsqueda del recurso alimenticio», señaló el científico.
Según los estudios realizados hasta la actualidad, hace 50 millones de años se inició un período de calentamiento de la temperatura de los océanos que provocó una gran productividad biológica de los mares antárticos. Esto permitió que los pelagornítidos (aves pseudodentadas) y los pingüinos tuvieran alimento suficiente para poder desarrollar tamaños tan gigantescos.
Estas grandes aves se extinguieron hace aproximadamente tres millones de años y tuvieron una gran influencia en sus ecosistemas, no solo porque eran de gran tamaño, sino porque también habrían sido bastante abundantes.
Es posible que formaran colonias en zonas alejadas de los depredadores, como en pequeñas islas o islotes, de forma similar a lo que acostumbran actualmente los albatros y otras grandes aves marinas; y aún no existían las focas ni los lobos marinos para competir con ellos por el alimento. – See more at: