Lo que ha sucedido estos días en Chiloé es histórico, es el estallido final que pequeñas organizaciones y movimientos vienen impulsando hace años. Si queremos que Chiloé no siga siendo basurero industrial y zona de postergación, la lucha es hoy. Pareciera que estuviéramos juntando todo, pero en realidad a Chiloé se le juntó todo. Eso es lo que sucede cuando por décadas olvidas un territorio.
Por Nayadeth Arriagada y Miguel Gallardo. Tomado de Le Monde Diplomatique, edición online chilena
“Este no es un gobierno de billetera fácil” fue la frase utilizada por el Ministro del Interior para referirse a la demanda de los pescadores artesanales de Chiloé por la crisis ambiental que vive el archipiélago. Las desafortunadas palabras del jefe de gabinete de Bachelet dan muestra que, nuevamente, la clase política no dará el ancho para comprender el problema que tiene frente a sus ojos, pues solo entiende la dimensión monetaria de una crisis mucho más compleja y profunda que la magnitud de un bono.
Chiloé hoy vive la peor crisis socio-ambiental de su historia y los antecedentes sobre la autorización de Sernapesca para descargar más de 5.000 toneladas de salmones muertos, junto con la peor marea roja que haya afectado al archipiélago, son solo la punta del iceberg de políticas de Estado que han tenido a la Isla Grande como una zona sacrificio ambiental y en el abandono.
El malestar que se ha gestado en Chiloé responde a una combinación de factores que van más allá de la actual coyuntura y que es necesario entender para dimensionar este conflicto. Estos factores se pueden agrupar en dos ejes:
1) El abandono del Estado con Chiloé
2) La depredación de recursos naturales por parte de diferentes Industrias.
Detrás de ese destino turístico por excelencia y escenario único de novelas y películas, se esconde la cara de un Estado casi ausente en toda la historia de la isla. La población chilota, sumida en el abandono estatal, ha tenido que levantar de manera histórica demandas por derechos básicos como salud y educación. Pero ojo, no sólo se trata de salud digna. Mientras en Santiago la demanda por salud es por los tiempos de espera y el gasto, en Chiloé la precariedad es tal que la lucha consiste en no morir. Gente de las islas del archipiélago tiene que viajar horas en lancha para acceder al hospital de Castro, el cual ni siquiera es de alta complejidad. Es por ello que por esta misma fecha el año 2013 se levantaba un movimiento que luchaba por una salud digna para el archipiélago. Luego de una serie de negociaciones el movimiento cesó, y hoy en día, 3 años después, los chilotes con enfermedades graves aún deben ser derivados a Puerto Montt porque nada de lo prometido se ha cumplido.
Como si fuera poco, el Estado en su afán de parchar la herida, promueve el proyecto Puente Chacao. Las justificaciones oficiales para su construcción radican en que a través de él se podrá acceder de manera más rápida a los Servicios de Salud de Puerto Montt. Además de dichas razones que rayan en lo absurdo, estudios muestran que la rentabilidad social de este proyecto de US$740 millones es nula y que su apuesta descansa en supuestos que no condicen con la realidad de Chile y la deuda que se tiene con la zona en materia de derechos básicos (Navarro, 2014). Si a esto se sumamos que el 85,2% de la población chilota considera que “Chiloé tiene muchas necesidades urgentes, antes que un puente sobre Chacao” (CESCH, 2015) y el creciente movimiento en contra que se ha estado gestado desde el año pasado en la isla, su construcción llega a parecer una burla por parte del Estado en vez de resolver el problema de fondo.
El segundo eje de factores que explican la crisis hace relación con la depredación de recursos naturales y el impacto ambiental que ha tenido en la isla. La salmonicultura y la extracción de pompón y turberas han provocado sequías y un daño ecológico sin precedentes. Las miles de toneladas de salmón muerto arrojadas al mar en Chiloé es sólo el acto principal de un espectáculo de contaminación que la Industria salmonera viene desarrollando por décadas. Chiloé ha sido una zona de sacrificio ambiental donde sólo ha importado aumentar las utilidades a costa de prácticas que han la han ido asesinado.
Ejemplos de estos daños hay de sobra, como el uso excesivo de antibióticos en salmones, 75 veces más que en Noruega, han generado la aparición de genes de resistencia a los antibióticos en salmones y el medio acuático que han puesto en riesgo la salud de personas, consumidores y especies marinas silvestres, donde los trabajadores de la Industria del salmón son los más expuestos. En este sentido, las infecciones asociadas a bacterias resistentes a los antibióticos pueden llegar a ser 2,5 veces más mortal que una infección por bacteria sin resistencia, y los días de hospitalización pueden aumentar en un 30% (Cabello, 2004). Por otro lado, estudios muestran que donde existen cultivos de salmones, la pérdida de vida de fondo marino es casi total. La merma de la biodiversidad puede ser hasta de 60%. Esto se ocasiona por el exceso de materia orgánica: alimentos no digeridos y fecas, que producen los cultivos de salmón. La materia se descompone y las bacterias ocupan el oxígeno disuelto en el agua, donde las diversas especies mueren de asfixia (Sommer, 2009). Por dar un ejemplo, en un estudio realizado en el Estuario del Reloncaví, donde viven 4 mil personas, se demostró que las salmoneras depositan en el ambiente acuático una cantidad de desechos equivalentes al que producirían cerca de un millón de personas (Kol, 2007). Para más remate, hay que sumar las consecuencias negativas que trae consigo una Industria que se caracteriza por sus largas horas laborales y bajos salarios (FAO, 2014).
El archipiélago además se encuentra hoy con una crisis hídrica tremenda debido a la extracción indiscriminada y no regulada de pompón y turberas. El pompón y las turberas son reservatorios de agua dulce por excelencia en la isla ante la falta de suministro desde las montañas (León et. Al, 2012). Como guinda de la torta, Chiloé en un futuro también será sacrificado como zona minera. Hoy en día hay 310 concesiones mineras aprobadas en la isla (CESCH, 2016). La razón de un puente sin rentabilidad social encuentra su pieza faltante. Y como todos sabemos, la minería chilena no se caracteriza por ser la Industria más sustentable.
Así, cual lamentable tormenta perfecta, la crisis mezcla malestar histórico acumulado por años de abandono del Estado, rabia producto de un conflicto social, económico y medioambiental de larga data, que tuvo en la marea roja y la descarga de salmones la chispa que prendió una de las movilizaciones más grandes que recuerden los chilotes. Hoy la crisis abre un camino donde el primer paso consiste en aclarar los últimos acontecimientos de contaminación ocurridos, que paguen los culpables y se indemnice a los perjudicados. Pero sin olvidar que el movimiento que hoy se levanta es producto de todos los factores antes mencionados y que la solución pasa por pensar un nuevo modelo de desarrollo para la isla, donde el Estado sea capaz de proveer derechos sociales mínimos, a la vez que regule de manera real el impacto de las actividades productivas. Que la clase política reduzca todo a un mero bono, es simplemente no entender nada.
Lo que ha sucedido estos días en Chiloé es histórico, es el estallido final que pequeñas organizaciones y movimientos vienen impulsando hace años. Si queremos que Chiloé no siga siendo basurero industrial y zona de postergación, la lucha es hoy. Pareciera que estuviéramos juntando todo, pero en realidad a Chiloé se le juntó todo. Eso es lo que sucede cuando por décadas olvidas un territorio.
Referencias:
Cabello, Felipe (2004): Antibióticos y acuicultura en Chile: consecuencias para la salud humana y animal. Rev Méd Chile 2004; 132: 1001-100
Cabello, Felipe, Fortt, Antonia y Buschmann, A. (2006): Residuos de tetraciclina y quinolonas en peces silvestres en una zona costera donde se desarrolla la acuicultura del salmón en Chile.
CESCH (2015): Primera encuesta provincial: Chiloé y sus prioridades.
Gajardo, P., Mondaca, E. & Santibañez, P. (2016) La minería industrial como una nueva amenaza al espacio marino costero de Chiloé. CESCH – Centro de Estudios Sociales de Chiloé, N° 5.
FAO (2014): “Mejorando la legislación del empleo en la acuicultura. Una evaluación global».
León, C. Oliván, G. & Fuertes, E. (2012): Turberas esfagnosas de Chiloé (Chile) y su problemática ambiental. Boletín de la Sociedad Española de Briología 38-39: 29-40 (2012).
Navarro, Claudio (2014): Puente sobre Chacao, ¿rentabilidad política o económica?. Tesis para optar el grado de Magíster en Políticas Públicas, Universidad de Chile: http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/117335 (última visita 4/05/2016).
Sommer, Marcos (2009): Acuicultura insostenible en Chile. REDVET Revista electrónica de Veterinaria. ISSN: 1695-7504 2009 Vol. 10, Nº 3