Hablar de masividad, profundidad y alta representatividad quizá sea la mejor manera de poder expresar lo que fue el primer Encuentro Social por la Defensa del Mar que se desarrolló este sábado 07 de mayo en San Antonio. A la cita llegaron organizaciones estudiantiles, de pobladores, políticas, una delegación de Chiloé y por cierto todas las agrupaciones de la pesca artesanal de la zona central del país. Es decir Pueblo, mucho Pueblo. Genuino Pueblo.
Por: Partido Igualdad 09 de mayo de 2016
Para todas las formas de rebeldía, un encuentro de esta naturaleza no es otra cosa que una excelente noticia, una forma de recuperar la esperanza de que la unidad no es metáfora sino una necesidad tan urgente como histórica. Para entender mejor los alcances de esta jornada hablamos directamente con el compañero Milko Caracciolo, un dirigente de la pesca artesanal acostumbrado a estar en la primera línea de los combates por la soberanía alimentaria y la defensa del mar.
Imposible comenzar la conversación sin antes pedir alguna referencia respecto de la Rebelión en Chiloé y la Región de Los Lagos, al respecto, Milko señala que un “modelo económico que se basa en la explotación irracional del medioambiente produce mucha acumulación de Capital e inevitablemente rabia, pobreza y precarización en el Pueblo”. Agrega que “la lucha del pueblo chilote es justa y el Estado chileno tal cual le entregó recursos a la industria salmonera debe entregarle a los afectados del daño ambiental que causó la industria además con el aval de la armada”.
Volviendo a San Antonio, a los temas de la pesca de arrastre, a la Ley Longueira, a las luchas por el pan en la mesa, a la justicia social, Milko estalla cuando sostiene que en una feria de Santiago estamos comprando el kilo de jibia a $ 1.500 pero en la quinta región se la pagan al pescador a 150. “No puede ser que un pollo sea más barato que un kilo de pescado, hay gente ganando mucha plata y esos no son los pescadores artesanales, esta ley maldita ha hecho eso, trasladar al mar los procesos de acumulación de Capital, precariza al pescador, lo hambrea, se construyen fortunas con eso y además, les regalan soberanía”.
Pero se está dando una lucha concreta –dice- “ya se está entendiendo que la lucha por el mar y los recursos no son una cuestión solamente nuestra. Este primer encuentro de la coordinadora de defensa del mar agrupó a más de 26 organizaciones políticas, sociales, sindicales, estudiantiles, poblacionales, muchas de ellas con presencia nacional. En estos momentos la lucha por la anulación de la ley de pesca ya no está solamente en manos de nosotros los pescadores artesanales, se abre un escenario de ascenso en la que comienzan a involucrarse otros actores relevantes de nuestro Pueblo. La unidad en torno a la derogación de la Ley de Pesca es una bandera que se alza en todas partes, de costa a cordillera, de norte a sur. El gobierno y el Congreso ya no pueden seguir estirando el elástico porque se va acortar y todo el territorio chileno será Chiloé”.
Al oírlo al compañero se genera uno la impresión de que Chiloé puede transformarse en la mecha que termine por encender de manera definitiva un estallido social ante la crisis de la economía popular y domestica que supone el exterminio de la pesca artesanal. Una revuelta que avanza por el borde costero del país. ¿Estamos hablando de política ficción o se ve hoy como una realidad o al menos como una posibilidad cierta?. Milko señala que “por lo conozco de la orilla, los ánimos están caldeado y se está entrando al momento cuando ya no hay que echarle a la olla y lo único que queda es la lucha directa. Nuestros compañeros están dispuestos a todo y más. Ya los bonos y las migajas que entrega el Estado no son suficientes y cada ves son menos los pescados”.
Hay hambre de futuro en el compañero. Hay certeza, no hay espacio para la duda. La rueda se echó a andar y no hay miedo. El encuentro dejó instalada una proyección a mediano y largo plazo y la elaboración de una agenda de lucha. “Hay que darle cara a los empresarios, el ícono de la corrupción y la colusión político-empresarial es la Ley Longueira, hay que bajarla para darle futuro a nuestro Pueblo, para darle comida a los hijos y las hijas de la pesca. Este 21 de mayo no hay nada que celebrar, desde la Coordinadora por la Defensa del Mar se llama a poner banderas y trapos negros en casas, lugares de estudio y trabajo como una muestra de luto ante la muerte de la pesca artesanal y el crimen ecológico de la pesca de arrastre y la industria del salmón”.
Finalmente pregunto: ¿cómo se viene el 21 en el Puerto? “Bonito” dice el compa, y sonríe.