30 - enero - 2025

Según la prensa sueca una presidenta Bachelet seriamente en apuros visita Suecia

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El diario sueco Svenska Dagbladet entrega hoy una crítica visión de Chile, de sus políticos y sus empresarios, a horas que la presidente Michelle Bachelet aterrice en Suecia. Este es el artículo firmado por Hakan Forsberg.
El martes, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet llega a Suecia en una visita de Estado. Las promesas de un Chile más equitativo y más democrático la ayudaron a volver al poder en 2014. Pero el apoyo a un «país moderno» Bachelet ha caído en picada; reformas son lentas, la economía se retrasa y la corrupción han empañado la buena reputación de Chile y Bachelet.
Hace veinte años la pareja real sueca fueron los huéspedes de honor en La Moneda, el palacio presidencial en Santiago de Chile. Ahora es Michelle Bachelet, la primera presidenta de Chile que viene en una histórica visita de estado de tres días. Ella va en procesión al palacio real, hablará en el Parlamento e irá al banquete real.
Durante sus primeros cuatro años (2006-10) se convirtió la socialista Bachelet, en una especie de matriarca. Cuando se retiró, el 80 por ciento de los chilenos consideraba que ella hizo un buen trabajo – un número record. Pero ella no podía ser reelecta, de acuerdo con la Constitución. En su lugar fue elegido Sebastián Piñera, un rico hombre de negocios, su sucesor. Fue el primer presidente de derecha desde que la dictadura militar del general Augusto Pinochet (1973-1990) llegó a su fin.
Mientras Piñera y su gobierno de la derecha  luchaba contra las crecientes protestas de los estudiantes y de la escuela y registraba bajos números en las encuestas, Michelle Bachelet, esperó su tiempo en Nueva York, al frente de ONU Mujeres. En 2013, ella volvió  a presentarse a las elecciones presidenciales, y ganó en grande. Detrás de Bachelet tuvo una amplia coalición de partidos de centro-izquierda.
Bachelet regresó al poder con un  radical programa de reforma. Se apoyó en tres pilares: la educación gratuita de calidad, aumento de los impuestos para financiar la educación y el bienestar y una nueva constitución más democrática.
La constitución actual es un legado de la dictadura de Pinochet. También se comprometió a aflojar la dura ley del aborto y modernizar la legislación laboral, incluidos  de la época de Pinochet.
Sin embargo, estas reformas han sido difíciles de aprobar en el Congreso. No sólo la oposición de derecha está en contra, también hay tensiones dentro de la coalición de Bachelet, desde comunistas a democristianos.
Mientras tanto, la economía dependiente de las exportaciones de Chile perdió impulso, debido en gran parte al mundo exterior. El precio del cobre, que representa el 50 por ciento de las exportaciones, se ha reducido a la mitad desde el año 2011. Sin embargo, según la oposición y la comunidad de negocios son la reformas costosas y las políticas fiscales que perjudican la economía del gobierno.
La reforma de la educación – insignia de Bachelet – ha sido lenta. La idea es reemplazar el sistema de Pinochet  basado en el mercado con una escuela libre de alta calidad e igual para todos. Pero se ha demostrado que es difícil financiar completamente las reformas.
 La pieza más pesada de la lista de la reforma es una nueva constitución. Pero Bachelet no lo conseguirá a través de los dos años que le quedan. En primer lugar, los chilenos, en reuniones y conversaciones, aprenderán más acerca de la Constitución y de los derechos y libertades. Luego la presidenta preparará una propuesta para una nueva constitución para presentar al Congreso en 2017. El nuevo Parlamento (2018-22) continuará trabajando con el texto – pero finalmente será aprobado en un referéndum.
El aborto es totalmente ilegal en Chile. Doce veces han intentado cambiarlo, sin éxito. Tan fuerte es el poder de derecha, democristianos y el poder de las iglesias. Sin embargo, se realizan entre 70.000-160.000 abortos en Chile cada año. La ex ministra de Salud Helia Molina dijo en voz alta lo que todo el mundo sabe, que las niñas y las mujeres de familias ricas pueden ir a sus propias «clínicas de ricos»: «La gente con dinero no tienen la ley.» Ella fue despedida directamente por la Presidenta Bachelet, quien habla muy cálidamente sobre el empoderamiento de la mujer.
Bachelet ha presentado una ley sobre el aborto en tres casos específicos: violación, peligro para la vida de la madre o el feto sin la posibilidad de supervivencia. En marzo, fue aprobado por la cámara baja. Ahora la ley se trilla en el Senado. La ley también se informó a la Corte Constitucional, que suele pronunciarse a favor de la oposición.
Chile se ha visto como una excepción en América Latina, con un crecimiento económico elevado y estable. Pero también es uno de los países más desiguales del mundo. Tres cuartas partes de los trabajadores ganan menos de 6000 coronas por mes.
Chile es uno de los países en el mundo con un mínimo de corrupción, según Transparencia Internacional. Pero el año pasado se reveló varios casos de corrupción que tienen en desgracia  a los políticos y a los empresarios. A través de facturas falsas tienen contribuciones ilegales de campaña canalizadas por empresas privadas, principalmente derivados de la UDI, el apoyo del partido de la era de Pinochet. Pero incluso a los partidos pertenecientes a la coalición gobernante.
Además de esto explotó el «Caso Caval» en los pies de Bachelet, en febrero de 2015. Se descubrió que su hijo y su nuera tenía un enorme préstamo bancario para hacer especulaciones con terrenos. El hijo fue obligado a abandonar su posición como jefe de Cultura en la Oficina  Presidencial de la madre.
Todo esto ha deteriorado la confianza en Bachelet. Y ha alimentado la desconfianza en la élite política y económica del país. Ahora Bachelet ha tenido todo un año con bajos números de aprobación en las encuestas – menos del 30 por ciento.
Uno de los problema más grande de Chile es una creciente insatisfacción con el sistema político y la clase política. Cuando Bachelet fue elegida en 2013 votó  sólo el 42 por ciento – la participación más baja desde que se restableció la democracia de 1990.
Y esto va a continuar, cree Marta Lagos, directora del instituto de sondeos Mori.
– Hay miedo, desconfianza y distancia de la política. El sistema político no puede ser renovado si no se eligen personas nuevas, dice Lagos al diario La Segunda.
– Cinco millones de chilenos nunca han votado. Sería bueno que ellos hablaran sobre lo que quieren.
Hakan Forsberg
Svårt pressad president besöker Sverige
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