En pleno período de Wiñol txipantü, que marca el cambio de ciclo para el mundo mapuche y para la mayoría de los pueblos indígenas, se efectuó una nueva jornada de trabajo del Programa Huerta Mapuche del Parlamento de Koz Koz. La jornada se efectuó el pasado 21 de junio en el Espacio Trafkintuwe (lugar de intercambio) de Panguipulli.
Artículo tomado de trafkintuwe.cl. Junio de 2016
Durante la actividad, se conversó en torno a las experiencias y vivencias de las participantes sobre Wiñol txipantü, se evaluaron y recordaron algunas de las actividades pasadas dentro de está iniciativa, así como las que vendrán. Una de las que más concentró la atención fue la primera maqueta del módulo multifuncional que será construido con palets para que cada una de las participantes lo instale en sus predios.
En la oportunidad también se detalló aspectos generales sobre las jornadas de capacitación que se vienen en los próximos meses entorno a las temáticas que ellas han relevado como prioritarias para fortalecer su conocimiento en el ámbito de la agricultura. También se desarrolló una experiencia teórico – práctica para conocer más en profundidad la construcción y funcionamiento de una cama alta de cultivo.
Renuevo
Entre los cerca de 30 participantes de la iniciativa, existen diversas experiencias e historias entorno a lo que significa el período de solticio de invierno, aspectos que se vinculan con el ordenamiento general de la vida mapuche entorno al ciclo natural. Si bien hay frutas, verduras, hongos y flores durante todo el año, de ahora en adelante se empiezan a cultivar ciertas especies específicas para que den sus frutos en la próxima estación.
También se dio una voz de alerta frente al contexto actual de la celebración del Wiñol txipantü, pues el Estado ha intentado institucionalizar esta celebración haciéndola cuadrar a fuerza con el 24 de junio o potenciando que se exprese como una actividad masiva y folklórica.
Jeanette Neculpan, una de las Kvzawfe (trabajadora en mapuzugun) que participa de este Programa recordó conversaciones con familiares y un lonko en que le comentaron cómo el ordenamiento del tiempo en el mundo mapuche estaba dado por el calendario de lunas. Del mismo modo destacó la importancia de la observación del entorno, pues a su parecer los tiempos estarían actualmente alterados.
“Los seres humanos que van a poder contribuir a la sobrevivencia al calentamiento global son los pueblos indígenas porque llevan miles de años. Nosotros mismos se dice que llevamos aquí 60.000 años. Para construir un idioma un pueblo de demora más o menos 20.000 años y el mapunzugun es un idioma muy avanzado (…). El conocimiento está ahí, en el idioma. Una palabra significa un montón de cosas”, comentó Francisco Kakilpan, dirigente del Parlamento de Koz Koz y asesor cultural de esta iniciativa.
“Tenemos un rol que jugar para las futuras generaciones, pero una de las cosas que tenemos que hacer es ordenarnos nosotros. (…) Somos un animal más, pero nos hemos alejado de la naturaleza” planteó Kakilpan.
Por lo que fue y lo que vendrá
En la jornada hubo espacio para la evaluación colectiva de dos actividades anteriores (visita al bosque nativo y Trafkintu). Juana Bravo Huenupan de la Comunidad de Chaura destacó el respeto que se le debe tener a cada planta y valoró que en la visita se pudieron observar y dialogar entorno a las plantas medicinales, dada la presencia de alta variedad en el lugar. Mientras otra participante se refirió al olor del bosque, muchas recordar distintos aspectos como el rol que tiene el bosque en la conservación del agua, así como la presencia de un suelo muy rico, pues es de tierra de hojas.
Con respecto al Trafkintu efectuado en mayo se valoró que vinieran personas y organizaciones de otros territorios, como por ejemplo, de la zona costera de Valdivia los que trajeron sierra ahumada. Del mismo modo, se evaluó como positivo que además de semillas y plantas se haya podido intercambiar alimentos preparados “me ayudó a la economía de mi casa porque llevé tortillas, llegué a preparar el mote, hice un guiso, comí mote con miel. El trafkintu no es una cosa folklórica o sólo de semillas, sino es una economía más sustentable. Es una cosa muy compleja.” Planteó Jeanette Neculpan, participante del sector de Huitag.
Orietta Jara, encargada del área Capacitación dentro del equipo profesional de apoyo del Programa, dio a conocer los talleres mensuales que se vienen. En julio se trabajará en plagas y enfermedades que atacan a las plantas. Luego se trasladarán a una de las huertas de las participantes para llevar a cabo una experiencia práctica entorno a siembras y asociación de plantas. Habrá más adelante un taller de elaboración de biopreparados que son “pesticidas naturales para controlar enfermedades y plagas con plantas o elementos que ustedes tienen en su huerta. También se prepararán biofertilizantes, es decir, fertilizantes líquidos que complementen el abono que van a sacar de las aboneras”, explicó Blanca Carrasco, Agrónoma que también participar del equipo del Programa Huerta Mapuche.
Del mismo modo habrá un modulo para compartir conocimientos entorno al manejo y conservación de las semillas. En paralelo a las sesiones mensuales, en dos ocasiones se desarrollarán talleres de conservación o secado de frutos de distintas estaciones. En el mes de agosto se está planificando una jornada de dos días para fortalecer la red de huerteras y avanzar en la construcción colectiva del sello (protocolo de formas de trabajo) del Programa Huerta Mapuche.
La mañana terminó con una taller teórico/práctico de camas altas de cultivo. Se efectuó el inicio de una en el mismo patio del Espacio Trafkintuwe. “Se rodea con tablas para que no pisen las platabanda de cultivo (…) no debe ser de más de 1.20 cm de ancho de modo que de uno y otro lado se llegue cómodamente a la mitad de la platabanda para trabajar. La orientación debe ser según el sol o si está en pendiente que sea atravesada a la pendiente” comentó la agrónoma.
Otro aspecto remarcado tiene que ver con los cercos vivos para rodear la huerta. Para remarcar aquello se entregó un listado de especies y para qué sirve cada cual. “El cerco vivo son plantas arbustivas que cumplen funciones de prevenir ciertas enfermedades. Por ejemplo, el ajenjo sirve de repelente del gorgojo que da problemas en las leguminosas, repele algunas orugas y algunos ácaros (arañas chiquititas que a veces atacan a los porotos)” comentó en la ocasión Blanca Carrasco, diferenciando los cercos de vientos que se ponen más alejados de la huerta y en los que si se ocupan árboles.
Se aprovechó la ocasión para organizar mingas por sector, demostrando que el trabajo comunitario de apoyo mutuo o “keyuwun” es una forma de trabajo propia del mundo mapuche. Así, cada participante contará con una jornada en la que las otras ñañas que viven cerca la irán a apoyar en alguna tarea que ella necesite realizar durante una jornada en su huerta. Además participarán algunos integrantes del equipo de apoyo. Lo importante es que el apoyo será en mano de obra, por lo que los materiales deben ser provistos por las participantes.
Un espacio cómodo de trabajo
Mauricio Bravo, un diseñador industrial que vive actualmente en Pucón presentó una primera maqueta del módulo multiuso para trabajos de cosecha y educación en la huerta que se concretará para cada participante durante el segundo semestre. La construcción modular esta hecha a base de palets generando un espacio 2x 4 metros que puede ser ampliado a futuro por cada participante. Se priorizó por estos materiales para que sea fácil armarlo y ensamblarlo. Posee espacio contemplado para dejar los canastos con los frutos o verduras cosechados, así como otra altura para la selección de los frutos, el lavado y preparado básico. Si se habilitan cajones también podría servir para generar algún grado de bodegaje.
El módulo tendrá un rincón para exhibir información explicativa sobre el Programa Huerta Mapuche para darla a conocer a quienes visiten el lugar. El próximo paso será elaborar una maqueta a escala real que será instalada en el Trafkintuwe.
Se presentaron observaciones respecto a los materiales para techarlo, así como en la forma en que podría surtirse de agua para el lavado, la reutilización de esa agua, así como la colecta de lluvia. Una preocupación también estuvo dado por la necesidad que tuviera un espacio para el fuego dado la importancia que tiene para la cultura mapuche y para que el humo ayude a la conservación de la semilla como se hace tradicionalmente.
Momentos para compartir
Los Pichikeche (niños y niñas) también tuvieron un espacio y actividades educativas que funcionaron durante toda la mañana.
Luego de la jornada se compartió un rico almuerzo y un par de participantes e integrantes del equipo de apoyo fueron entrevistadas en el programa radial “Huerta Mapuche: recuperando lo antiguo para sembrar lo nuevo” que se emite por Radio Wallon 91.1 FM los días lunes, miércoles y viernes a las 08:00 y 20:00 hrs